HARTO, del lat. FARTUS ‘relleno’, participio pasivo de FARCIRE ‘rellenar, atiborrar’.

1.ª doc.: farto, Cid.

Frecuente en todas las épocas. Sólo conservado en los tres romances ibéricos; el verbo farcir se ha conservado en catalán y galorrománico. El empleo adverbial se documenta por lo menos desde el S. XVI (ej. de Ambrosio de Morales en Aut.), y aunque hoy se ha hecho arcaico en muchas partes, sigue siendo popular en Chile y otros países de América. Es notable el empleo en femenino en el segundo Lazarillo (a. 1555) «entramos dentro con harta poca resistencia», del cual se podrían hallar ejs. en el actual uso americano. Sustantivado en el sentido de ‘hartura’: «tal vez suele agradar una villana / como tosco manjar, que por antojos / da el arto del faysán al apetito», Vélez de Guevara, Serrana de la Vera, v. 3135.

DERIV.

Hartón ‘pan’ gnía. (V. ARTALETE). Hartura [Nebr.], hartazga [Nebr.] o hartazgo. Port. y gall. fartura ‘fertilidad, superfluidad’; gall. farturento ‘fértil’ (Castelao 143.25). Hartío, ant. Hartar [f-, Cid], también port. fartar, cat. afartar; hartada. Fartucu o fartu ‘harto’ ast.; fartar o fartucar ‘hartar’ ast. (V). Farte o fartal, ant. Infarto, tomado del lat. ĭnfartus ‘lleno, atiborrado’, participio de infarcire ‘rellenar’; infartar.

CPT.

Hartabellacos ‘tortilla de pan guisada’ zamor. (F. Duro).