GUACHO, ‘huérfano, sin madre’, ‘borde, ilegítimo, expósito’, ‘cría de un animal, y especialmente pollo de pájaro’, sudamer.; ‘chiquillo’, albac., conq.; del quich. ིƇa ‘pobre, indigente’, ‘huérfano’, diminutivo de wah ‘extraño, extranjero’.

1.ª doc.: guácharo ‘llorón’, Covarr.; guacho, doc. de 1668 escrito en Córdoba del Tucumán (Tiscornia, M. Fierro coment., p. 423).

Lenz, Dicc., 359-62; Friederici, Am. Wb., 269. Guacho es vocablo usual actualmente en el Plata, Chile, Perú, Ecuador y Sur de Colombia (más al Norte, en esta República, guaucho). Además de las acs. indicadas arriba, tiene otras derivadas: ‘silvestre, que nace espontáneamente en medio de plantas cultivadas’; guacha ‘jugada perdida o falsa, falta en el juego de la bola’ (en Chile), de ahí darle las guachas a uno ‘darle calabazas, despachar a uno’ (en Chile o Cuyo). La h aspirada, que precede en quichua a la ch, y procede de una k antigua, ha dejado huellas en la pronunciación del Interior argentino y ecuatoriano: guascho en Catamarca (Lafone), Tucumán1 y Jujuy (Carrizo, Canc. Pop. de J., glos.), huaccha en Catamarca, guaccha en el Ecuador («huérfano, pobre, infeliz», Lemos, Supl. II, p. 32); de ahí también el colomb. guaucho (comp. GAUCHO). Según indica Lenz, es probable que los españoles confundieran con el quich. ིƇa otra palabra del mismo idioma, Ƈ’okk ‘adúltero’, ‘fornicario’, que ayudaría a la formación del significado ‘borde, ilegítimo’; de una imitación imperfecta de la consonante final quichua saldría *guáchar, y de ahí la variante castellana guácharo2, viva en Guayaquil (Lemos, l. c.) y otro tiempo en Chile, según se ve por el derivado chil. guacharaje ‘conjunto de terneros separados de las vacas’3, ‘conjunto de hijos ilegítimos’. En ambas variantes el vocablo se propagó a España, lo cual se explica por la gran cantidad de hijos ilegítimos engendrados por los conquistadores en las mujeres del país: pronto constituyó esto una característica tan importante de la sociedad americana que los españoles repatriados y los indianos que viajaban a la metrópoli no tuvieron dificultad en popularizar allí el vocablo. El hecho es que ya Covarr. registra guácharo «el que continuamente está llorando y lamentándose», y así lo emplea Fr. Ant. Álvarez (h. 1600: Cej. IV, p. 544), Aut. le da el significado ‘hidrópico’, y Ponce de León (1605) lo sustantiva en el sentido de ‘hidropesía’ (unos guácharos); acs. en las cuales se refleja el primitivo sentido quichua ‘pobre, miserable’, pero en las últimas hubo además cruce semántico con AGUA y su derivado (en)aguachar. Nunca fué guácharo vocablo muy popular en España, y hoy parece hallarse olvidado. Guacho arraigaría también en tierras andaluzas, y se ha conservado allí y algo más al Norte: ‘chiquillo, niño pequeño’, ‘boquirrubio, inexperto’, en Albacete, Cuenca y Norte de Murcia (Navarro Tomás, RFE III, 412; A. Zamora, RFE XXVII, 249; G. Soriano), ‘polluelo de gorrión’ en Andalucía (AV).

DERIV.

Guáchara ‘mentira, embuste’ cub., portorr. (Pichardo). Guacharro o guacho o boca de guacho ‘planta que infiesta los sembrados, pamplina’ (Acad.); and. guacharrón ‘sumamente gorrón’, guacharrear ‘vivir de lo ajeno’, guacharreo ‘acción de guacharrear’ (AV).

1 «No le tengas miedo, se crió en casa. Era huascho... ¡Qué huascho! Como si le hubieran dado de mamar dos vacas», Fausto Burgos, en La Prensa de B. A., 21-IV-1940.―

2 Quizá nació por adición del sufijo átono castellano -´aro , de lo cual hay algún otro ej. en voces indígenas sudamericanas, aunque no bien seguro; V. mi nota en Anales del Inst. de Etnogr. Amer., Univ. de Cuyo V, 101, n. 10.―

3 «Potrero... destinado exclusivamente a la crianza del guacharaje», G. Maturana, D. P. Garuya, p. 125.