GRIMA, ‘desazón, horror que causa una cosa’, probablemente del gót. *GRIMMS ‘horrible’ (a. alem. ant. grim o grimmi ‘hostil’, ‘espantoso’, b. alem. ant., ags., fris. ant. grim(m), escand. ant. grimmr ‘rabioso, impetuoso’).

1.ª doc.: APal. 346d: «pavere: aver grima o miedo».

El vocablo vuelve a aparecer en J. del Encina, Egl. de Carnal («cuido, grima y cordojo»), ed. 1496, f° 109, RFE XL, 166, en la traducción del Cartujano (a. 1502, RFE XXII, 194), en Pérez de Hita («era tanta la gritería de la gente, que ponía grima; y era la causa que el toro había dado vuelta por toda la plaza, habiendo volteado y derribado mucha gente», «causaba grima ver las centellas que saltaban de los escudos»1), y Aut. cita ej. de F. de Arteaga (a. 1641); además Quevedo injiere la locución dar grima entre los idiotismos de que se burla en el Cuento de Cuentos2; la tradición lexicográfica no tardó mucho en recoger el vocablo: «grima: a fright, the standing up of the hair on the head» (Percivale, 1591), «grima: peur, frayeur qui fait dresser les cheveux en la teste», «grimoso: paoureux, affreux» (Oudin), «grima: el horror y espanto que se recibe de ver alguna cosa horrenda de que un hombre queda pasmado» (Covarr.). Acertadamente agregó Gamillscheg (R. G. I, 391; en términos poco satisfactorios en RFE XIX, 235) otras palabras de la misma familia: grimir ‘estremecerse (de frío)’3, grimiente ‘horrible, repugnante’4 y grimoso5.

En la actualidad grima, y especialmente dar grima, pertenece al lenguaje coloquial más que al idioma literario, pero es bastante vivo y lo he oído a gente ciudadana de varios puntos de España (también grima «miedo» en el Cibao, según Brito). Además port. grima ‘antipatía, odio, rabia’ (ter grima com alguém, Moraes), trasm. grima ‘miedo, pavor’ (RL I, 212). En cambio deben borrarse del artículo de Gamillscheg los cat. grim, grima, totalmente desconocidos, y el cast. grimazo, sólo conocido a través de Covarr. que, derivándolo de grima, nos informa «los pintores llaman grimazos unas posturas extraordinarias de escorçados»: debió ser palabra poco conocida y pronto olvidada, pues no figura en otra fuente, y si bien Aut. reproduce el dato subrayando que es sólo de Covarr., la Acad. pronto canceló este artículo. Es erróneo a todas luces derivar de ahí el fr. grimace ‘mueca’ (según quisieran Schmidt, BhZRPh. LIV, 185-6, y Gamillscheg), palabra vivaz, popular y arraigada desde el S. XV, por lo menos: por el contrario, es el cast. grimazo, término de pintores, el que vino del francés6. En lengua de Oc algo de esta familia ha de haber existido, comp. alpino grimous «avide, passionné» (Mistral), pero los vocablos medievales que se le atribuyen presentan intrincados y oscuros problemas de sentido y trasmisión de texto (vid. Levy). Concluyamos con el it. antic. grimo ‘(viejo) arrugado’, ‘miserable, mezquino’, ‘difícil, incómodo’.

La extensión geográfica de la voz grima y su familia es favorable a un origen gótico, y la ausencia en catalán y rareza en lengua de Oc, parecen indicar un germanismo tardío, posterior a la época en que los godos tenían la capital en Tolosa o en Barcelona; luego no es de extrañar el tratamiento de la I breve de *GRIMMS como i romance; me parece preferible esta segunda explicación de Gamillscheg a la que habían dado primero el mismo autor (RFE XIX, 235), M-L. (REW, 3867) y Th. Braune (ZRPh. XXXIX, 366-70) a base de gót. *GREIMA o *GREIMI ‘máscara’ (pron. grīma, grīmi), que no satisface desde el punto de vista semántico, y se resiente, del carácter demasiado problemático de la relación con el fr. grimace.

DERIV.

Para derivados V. arriba. Además, probablemente, agrimar, estudiado s. v. ARRIMAR.

1 Ed. Rivad., 526a y 572a, basada en la de Sevilla, 1613. Faltan en la ed. príncipe (reprod. Blanchard, I, 57.39, 237.35).―

2 «La viuda... viendo que el mozo se moría por sus pedazos, estuvo hecha de sal y muy donosa, diciendo de aquella boca, que daba grima», Cl. C., 187.―

3 Hapax documentado h. 1500 en el Canc. de Castillo «entre aquel triste gentío / donde calecen y grimen / todo en una» (I, 20).―

4 Una vez en el Canc. de Baena: «el villano, nesçio, grimiente, cochino» (p. 429). Lectura confirmada por W. Schmid. No hay que pensar en un error de lectura por gruniente = gruñente, pues grimente es hoy andaluz para ‘cerdo de corta edad’ (A. Venceslada).―

5 «Debéis dejar esa grimosa querella», Lucas Fernández, h. 1515 (p. 56); confirmado por Oudin y recogido por la Acad. (S. XX). Hoy «grimoso: sombrío, que infunde miedo» en el Cibao dominicano (Brito).―

6 Dejo a un lado el problema del origen del vocablo francés, que es también occitano desde el S. XVI (Levy). Th. Braune (ZRPh. XXXVIII, 191-2), Gamillscheg y Kluge (s. v. grimasse) lo traen del germánico; Schuchardt (ZRPh. XXXI, 9-10) pensaba en grimoire, GRAMMATICA, con cambio de sufijo. Comp., además, Spitzer, RFH, 155-9, y mi nota en RFH VI, 139. Según Kluge, de un a. alem. ant. grimmizon ‘rabiar’ (derivado de grimmi), de donde también fr. grincer ‘rechinar’, it. grinza ‘arruga’.