GARNACHA I, ‘vestidura talar que usan los togados’, voz común a todos los romances de Occidente, tomada del oc. ant. ga(r)nacha ‘manto de piel’, y éste probablemente del lat. GAUNACA ‘especie de manto velloso’, voz de origen iránico.

1.ª doc.: doc. de 1222 (cita de Vignau, en RABM, 1871, 270-1), garnacha de stanforte.

Aparece luego en el Apol., 349 las Cortes de Jerez de 1268 («mantón e garnacha»), el Fuero de Usagre (S. XIII), la Gr. Conq. de Ultr. (h. 1300), p. 40, J. Ruiz1, doc. de 1342 de Sahagún («una garnacha de burneta prieta en que havía siete varas», RFE VIII, 29), el glosario del Escorial (1400: «lacerna»), escritura mudéjar zaragozana de 1432 (Simonet: ‘vestidura de escarlata’), y Aut. da ejs. clásicos. Se trata, como explican Covarr. y Aut., de una vestidura de respeto, sólo empleada por personajes graves, y Felipe II en 1579 mandó que la llevaran los consejeros reales, oidores de chancillería y fiscales. De ahí que en León se haya aplicado al «cabello largo, en forma de melena que caía sobre el cogote y llegaba hasta los hombros», tal como lo llevan los viejos y venerables varones del país (BRAE III, 44; Puyol, RH XV, 5).

Pero en lo antiguo tenía un uso más general, pues se hacía de tela gruesa y fuerte (bruneta o estanforte, es decir, estameña gruesa) y servía como prenda de abrigo, según prueba su uso por las Serranas del Guadarrama. Hubo variante masculina garnacho, que J. Ruiz menciona repetidamente como prenda de uso cotidiano llevada por una serrana (1003c, 1019a), todavía viva en el portugués de Tras os Montes2, y también conocida, según veremos, en lengua de Oc3. Garnacha es también antiguo en gallegoportugués, donde ya aparece dos veces en las Cantigas de Santa María4 y en las CEsc. (35.6); y en catalán, pues ya figura en la Crónica de Jaime I (S. XIII; Balari), y aunque Ag. cita ejs. tardíos de garnatxa, uno de los citados (colección de Alart) pertenece según creo al S. XIV, y Du C. halló el vocablo en escritura de una reina de Aragón, de fecha 1213, que por lo demás lo escribe, tres veces seguidas, en la variante guasnacia, que podría tener gran interés si no es mero error de lectura. Los ejs. del fr. ant. garnache en God. IV, 233, no son fáciles de fechar, pero creo que el más antiguo es el del picardo Jacques Bretel, de 1285. En italiano tenemos guarnacca y guarnaccia, aquella forma es ya frecuente en Boccaccio, y ésta lo es en el S. XVI (hoy está en desuso), pero también figura en la Vida de Cola di Rienzo, S. XIV; además guarnaza figura en una poesía en dialecto de Pavía, que según P. Meyer sería del S. XIV, pero Monaci la atribuye al XIII5.

Aunque mi información es imperfecta, no parece que el vocablo sea más antiguo en Italia y el Norte de Francia que en España: más bien parece lo contrario. En lengua de Oc parece serlo algo más, pues ya se halla ganacha o gannacha en dos trovadores de la segunda mitad del S. XII (Bertran de Born y Peire Vidal), garnacha aparece en un doc. narbonense del mismo siglo (Arch. de Narbonne, p. 4b), hay tres ejs. más de la misma procedencia correspondientes al siguiente y todavía otros ejs. medievales de la forma con r y sin ella; además aquí tenemos muchos ejs. de un masculino ganach (la variante ganac parece ser grafía incompleta), todos en el XIV; la documentación reunida por Du C. al parecer es toda del S. XIII o posterior, pero es de notar que la mayor parte de los testimonios localizables son del Sur de Francia; italianos sólo hay uno de 1261-4 y otro de 1400, y los del Norte de Francia pertenecen a los SS. XIV y XV. En total, nada decisivo se puede deducir de la fecha y procedencia de la documentación, pero parece desprenderse que el vocablo sea más antiguo que en ninguna parte en el territorio occitano, y lo mismo indican la existencia de variantes en esta zona, la vacilación italiana entre guarnacca y guarnaccia y la pronta difusión del vocablo en España. Desde luego un vocablo en -acha difícilmente puede ser oriundo del castellano, lo cual resulta aún más claro al tener en cuenta que termina igual en catalán y en gallegoportugués, a pesar de no ser ahí menos antiguo que en Castilla: estos hechos sólo pueden compaginarse admitiendo que viene de más allá de los Pirineos; el b. gr. Ɣρανάτζα y el alto alem. med. garnaesch deben de ser de origen romance.

Por lo demás, la etimología no se ha estudiado seriamente. Desde el punto de vista del radical y del significado, nada se opondría a derivar de oc. garnir ‘guarnecer’, aunque las formas italianas nada prueban en este sentido si vienen de Francia; pero no hay sufijo galorrománico ni romance que pueda explicar la terminación, y además queda la variante occitana ganacha, ganach, que no es ajena al francés del Norte6. ¿Es ésta o garnacha la primitiva? En principio sería más fácil explicar ésta como secundaria, debida a contaminación de garnir. Los datos filológicos no son claros, pues si varios ejs. de gan- pertenecen al S. XIV y uno de garn- es del XII, también hay dos casos de ganacha en este siglo, si bien es verdad que en Bertran de Born otros manuscritos dan la variante con -r-7. Falta también investigar la posible relación con el sinónimo cat. gramalla (de donde el cruce cat. gramatxa). Baist, KJRPh. VIII, 213, opinó que se trataba de un orientalismo traído en tiempo de la 3.ª y 4.ª Cruzadas, pero ni allí ni en otras partes parece haber fundamentado esta opinión. Nada hallo en árabe (bajo ġ-n-Ǥ, q-n-Ǥ, k-n-Ǥ ni w-n-Ǥ)8.

1 Dice el poeta, en su encuentro con la Serrana de Malangosto: «con miedo e arrezido, prometíl una garnacha, / e mandél para el vestido una broncha e una prancha», 966a.―

2 «Garnacho, casacƟo quasi como o gabinardo», esgarnachado «muito roto, com o peito da camisa desabragalado» (RL V, 93, 49).―

3 En doc. toledano de 1273 hay garnachón y garnanchón en el glosario del Escorial, V. las citas en la ed. de Castro, p. 195.―

4 Es un traje para rezar, garnacha de orações, «que ademais era bela et de mui rico lavor / se non que era mui curta, come d’alg?a pastor / pequeña», Cantiga 274. Cej., Voc., que además cita la cantiga 79, dice que en esta obra significa ‘guirnalda’ (relacionando con la ac. leonesa), lo cual carece de fundamento. Más ejs. portugueses del S. XIII cita C. Michaëlis, ZRPh. XXVIII, 429-31.―

5 Crestomazia, n.° 144, v. 177. Monaci identifica con nuestro vocablo un guaracia de un doc. de Siena de 1233-43, que podría ser errata de lectura por guarnacia, pero el contexto no permite deducir claramente el significado. Ignoro la fecha de un guarnacia genovés que Rossi cita en el apéndice a su Glossario Medievale Ligure.―

6 Dos ejs. en God., uno de 1340, procedente del Bourbonnais; otro de canache.―

7 Si el guasnacia de 1213 fuese auténtico, -sn- pudo evolucionar en -rn- y en -n-.―

8 Pese a todas estas incógnitas e inseguridades, puedo dar una etimología que, aunque nueva, me parece segura. Estamos ante un representante del lat. vg. *GALNACA, lat. GAUNACA, GAUNACUM, gr. καυνάκƓ, καυνάκƓς (ya en Aristófanes), nombre de un vestido persa, especie de manto velloso por fuera, comp. prov. ganacho d’agnèu «robe fourrée de peau d’agneau» (Mistral), y nótese que en los ejs. narbonenses citados por Levy se describe la garnacha como artículo de peletería (garnacha d’anhels, g. de lirons), en fr. ant. se habla de garnache fourrée d’ermine, garnache d’escarlate, cat. ant. garnatxa feta de vellut vermell (God., Alcover), etc. Era palabra de origen iránico (comp. E. Schwyzer, Zs. f. Indologie u. Iranistik VI, 1928, 238; H. Lüders, Abhdlgn. Preuss. Akad. 1936, iii, 8-12; P. de Lagarde, Gött. Nachrichten 1886, 121-4; y las palabras iránicas afines que cito s. v. GUALDRAPA y VÁNOVA, con su descendencia romance); que llegó a ser prenda de uso popular en el Bajo Imperio nos consta por la cita de gaunacarii o fabricantes de garnachas en varias inscripciones latinas. Otra forma del mismo vocablo, gaunape, nos aparece con variantes galnape o gannape en los mss. de San Isidoro (Etym. XIX, xxvi, 3) y en textos medievales (citas en VÁNOVA). Luego podemos dar por seguro que en lugar de GAUNACA se dijo *GALNACA, y que el raro grupo -LN- fué sustituído, parte por -NN-, parte por -RN-. El vocablo hubo de propagarse desde la zona Lemosín-Auvernia o desde el Centro de Francia, de donde el cambio de -CA en -cha, y siendo palabra de origen extranjero y tardía no sorprende que no se sonorizara la -C- ni se palatalizara la G-; confirmación de esta procedencia geográfica es la aparición por primera vez en el lemosín Bertran de Born y en muchos textos de los SS. XIII-XIV del Quercy y Montauban. La -C- originaria y el masculino lat. clásico GAUNACUM se conservan en la variante oc. ant. ganac, documentada repetidamente en las Cuentas de los Hermanos Bonis, procedentes de esta región, y quizá en la variante guarnacca del italiano antiguo (si bien ésta parece ser de origen francés, a juzgar por la ultracorrección gua- < ga-). Agrego en nota esta etimología sobre las pruebas.