GAMÓN, ‘asfódelo’, vocablo común a los tres romances hispánicos (port. gamão, cat. gamó, cat. ant. camó), de origen incierto.

1.ª doc.: h. 1490, Celestina (Fcha.); Nebr.: «gamón, ierva conocida: asphodelus»; el colectivo gamonal ya aparece en Calila, a. 1251, ed. Allen, 44.819 («siembra su simiente en los gamonales», como pasto grato a los cerdos).

Figura también en la Cirugía de Fragoso (1581: Aut.), en Rodríguez de Tudela (1515), Laguna (1555) y otros muchos (Colmeiro, V, 115-7). Hubschmid, ZRPh. LXVI, 11-12, documenta el colectivo Gamonedo, -eda, -ar, desde 887 (contra su etimol. V. lo que digo de gamuza); Pottier (BHisp. LVIII, 91) cita el gamon del enzina en doc. de 1379. El port. gamão figura ya en Amato Lusitano (1553), en Bento Pereira (1647) y en varios autores de los SS. XVIII y XIX. El cat. gamó se halla en el rosellonés Miquel Agustí (1617) y lo cita también Laguna (1555); por otra parte en la Farmacología catalana de Klagenfurt (S. XIV, o tal vez XV) hallamos una vez camó («aies dels suchs dels afudils, qui son rayls de camons», AORBB III, 253) y otra gamó (p. 262)1. No parece haber relación con Val-Anzasca kamunúy ( = it. -ononi) ‘anemone alpina’ (ARom. XIII, 172), planta muy diferente. También se trata de una planta demasiado diferente para que pueda haber relación con el cat. gaons, langued., prov. y lemosín aga(v)ous (aja(v)ous), ‘Ononis spinosa’, AGAO, -ONIS, en glosas latinas (CGL, VII, s. v. vermicularis, vermicaria). Pero quizá la haya con gamoû empleado en todo el alto valle del Ariège como nombre del gordolobo o verbasco (Rohlfs, RLiR VII, 164), que aunque también es planta diferente, tiene en común con el gamón el caracterizarse por un largo tallo vertical de cerca de un metro de largo. Es probable que éste venga del oc. cam(b)a ‘pierna’, que además significa ‘tallo de una planta’, como sugiere Rohlfs (ibid. VII, 135), pero ya es más dudoso que la voz hispánica pueda tener el mismo origen, cuestión planteada por el mismo filólogo (ZRPh. LII, 75), aunque podría apoyarlo la antigua forma catalana camó, y el romance CAMBA ‘pierna’ no es voz ajena al iberorromance (V. GAMBA). La dificultad está en que entonces debiéramos esperar *cambão en portugués; de suerte que esta etimología sólo podría mantenerse si la palabra portuguesa fuese castellanismo2. En sentido contrario, no podemos fiarnos mucho del nav. gambón «asphodelus cerasiferus», gamboncillo «asphodelus gistulosus», voces que Iribarren sólo recoge en Caparroso, pueblo de la Ribera: tratándose de una zona donde se vaciló mucho en el tratamiento de MB, es fácil, siendo variante meramente local, que haya ahí una ultracorrección.

Acaso palabra prerromana, aunque no me es conocido el célt. cammon a que se refiere Fig.

Interesan los datos gallegos del P. Sarmiento: en el Bierzo se le llama gamota; en la cordillera central gallega (O Seixo) los gamóns no es la planta (llamada abrótega) sino sólo sus varas, que secas «sirven de luces» (Sarm. CaG. 206r). El sentido básico, en efecto, debe de ser el de vara o retoño de planta y se tratará de una raíz prerromana, que aparece con varios sufijos: gamotas ‘parte del gamón’ (211r, 205v), pontev. gamallos ‘renuevos y espesos de los carvallos’ (216v) y gameitos ‘aquellos pezones de madera que salen de las ramas de los cerezos, de los cuales salen a la vez las hojas y las cerezas, con sus pezoncillos, y todo forma un ramillete’ (205v); en fin, está gamocho ‘tala’, que ya no es tan seguro que marche con todo esto, pues podría ser variante fonética de ESCAMOCHO.

Lo que está más claro es que -eito postula -AKTO- y que esto es una terminación prerromana indoeuropea, por lo general céltica. Recogió gameitogasgalho: renuevo o vástago’ también Vall. y otros gamallo ‘ramo, rama con follaje’ (Eladio Rdz.); pero ni uno ni otro existen en portugués ni en cast., donde sólo hay gamão, gamón ‘asfódelo’. El tipo GAMAKTO- reaparece quizá más allá del Pirineo: it. ant. camato ‘tronco, vara’, mod. scamato ‘bastón de cardar lana’, genov. ant. gamaitare ‘golpear’, a. it. ant. gamaito y un oc. ant. gamach ‘golpe’ (no muy extendido): en una palabra, un vocablo transapenínico de base KAMAKTO- que se desborda un poco hasta más acá de los Alpes.

M.-Lübke y otros aceptaron que la base es de origen griego, lo cual no parece probable, pues lo único documentado en griego es κάμαξ, -κος ‘percha, asta, palo’ y ahí no se justifica una derivación en -κτο-, puesto que en griego esto no es raíz verbal sino sustantivo aislado. Cierto que los indoeuropeístas le hallan algunos parientes en indoiranio, armenio y escandinavo, de forma algo alejada, y admitiendo una raíz indoeuropea KEM-, algo dudosa (Pok., IEW, 556). Si acaso, me inclinaría, pues, a creer que estamos ante un representante de lo mismo en céltico o sorotáptico. Claro que queda esto hipotético y dudoso; mas para partir de la raíz GEMBH-, de donde salen el lat. gemma, el gr. κóμưος ‘tarugo, diente’ y los nombres germánico y báltico del germen o brote (keim, etc., IEW 369), habría grave dificultad fonética (-MB- no pasa a -m- en gall.-port.).

DERIV.

Gamonal (V. arriba). Gamonito; gamonita [2.° cuarto del S. XVI, Sánchez de Badajoz en Fcha.]; gamonital [Nebr.]. Gamonoso (para las Dehessas Gamenosas, junto a Córdoba, vid. la nota de Montesinos a su ed. del Pedro Carbonero de Lope, p. 237).

1 Creo que así el cast. gamón como el cat. gamó son hoy generalmente usados. Cita el primero Sánchez Sevilla en Cespedosa de Tormes (RFE XV, 278); el segundo lo he oído en el Alto Pallars, etc.―

2 En este sentido podría invocarse la -n- conservada de las formas portuguesas gamoneira, gamonito, citadas por Avellar Brotero (1738), gammonito en Bento Pereira (1647). Que este último es castellanismo, es claro también por el sufijo.