FUSTETE, ‘Rhus cotinus, terebintácea de cuya madera y corteza se hace un cocimiento para teñir de amarillo las pieles’, probablemente del ár. fústaq, nombre de otra terebintácea, la Pistacia Vera o alfóncigo.

1.ª doc.: 1552, N. Recopil. VII, xvii, 25.

El port. fustete se halla ya en Moraes (con cita de un ej., creo moderno, sin fecha); de oc. fustet hay dos ejs. medievales, uno de Narbona y otro del S. XIV; de ahí procedió el fr. fustet, también fustel, documentado desde 1340; finalmente, el cat. fustet aparece ya en el S. XIII (doc. de 1249, y Costumbres de Tortosa). Vid. mi nota en BDC XXIV, 15. Allí propuse derivarlo del ár. fústaq (o fústuq) ‘Pistacia vera’, árbol de la misma familia, cuyo nombre deriva del gr. πιστάχτον o del persa pistah1. Como el acento se traslada al final del vocablo hispanoárabe en palabras de esta estructura, sólo falta indicar que la -t se debe a uno de esos cambios de terminación que se producen con frecuencia en palabras de origen árabe: ȟilâl > port. alfinete ‘alfiler’, bannî > albañil, tabaq > cat. tabà, Ȑanbîq> cat. alambí, y véase el artículo dedicado a FUSTÁN; es verosímil que el vocablo entrara por el catalán, en vista de la cronología documental, y allí el cambio era aún más fácil. Sea como quiera, fustique existe como variante castellana, según Colmeiro (Dicc. de los Nombres de muchas plantas; no en su Enumeración II, 22), y Terr. recoge fustoc ‘madera amarilla que sirve para los tintes’; comp. también el cat. festuc, como nombre del alfóncigo [1249]. No creo que se trate de un mero derivado de fuste, aunque la madera del fustete se emplee para el tinte, lo cual no es muy característico; también se emplean las hojas y ramas para curtir los cueros, según Aut. Comp. ALFÓNSIGO.

1 Según veo ahora, el DGén. ya había propuesto esta etimología. Gamillscheg, EWFS, se negó a admitirla por tratarse de una planta diferente, y declaró que el origen es desconocido. Pero es cambio leve, y son frecuentes los cambios de significado en plantas poco frecuentes en Europa. En Cuba, fustete ha pasado a designar un árbol silvestre, abundante en el Este de la Isla, cuya madera se emplea para tintes (Pichardo). Según Colmeiro, la Maclura tinctoria.