FIERO, del lat. FĔRUSl> ‘silvestre’, ‘feroz’

1.ª doc.: orígenes del idioma: Cid, etc.

Cej. IX, § 166. Muy frecuente en todas las épocas. La forma con f- conservada parece haber sido siempre general1, y se explicará por predominio de la pronunciación de la gente educada, más que por un verdadero semicultismo (comp. FIEBRE, FALTAR): el término más vulgar en lo antiguo parece haber sido BRAVO. En la Edad Media presenta a veces matices vagos: en Berceo, Mil., 720d, o en Lope2, por ej., es ‘terrible’. De ahí que en América haya pasado a significar ‘malo’ en la Arg.3, o ‘feo’ allí4 y en Colombia, Méjico5 y el interior ecuatoriano (Lemos, l. c.): fenómeno semántico en relación con feo ‘malo’, y del cual hay ya antecedentes en España, pues fiero por feo se emplea en Ribagorza6, Aut. da un ej. en Agustín de Salazar († 1675), y feróstico tiene el mismo sentido en Andalucía (Toro Gisbert).

DERIV.

Fiero m., ‘bravata, baladronada’ [1599, G. de Alfarache, Cl. C. III, 19.4, y otros ejs. en el mismo]. Fiera f. [J. Ruiz, 393d]. Cat. ferum f. ‘olor fuerte’ a veces casi ‘hedor’, sobre todo el de ciertos alimentos que se cuecen, de ciertos animales a menudo silvestres, de algunos hombres, etc.; port. dial. farum m. ‘mal olor’ (Algarve), ‘olor a mosto’ (Minho) y port. clásico y mod. faro ‘olor que exhalan ciertas personas, bestias y objetos’, ‘olfato de los animales’, gall. ferún «tasto» [‘sabor u olor desagradable’] «esto ten ferún», que Sarm., CaG. 23lv, conocía de Pontevedra, si bien agrega una variante farún, que An. Otero anota en el gall. sept. «olor ferino que despiden los animales del monte» (Carballo, apéndice a Eladio Rdz.); ferume «olor y sabor que a silvestre tienen algunas plantas y a montaraz varios animales». Como faro ya se documenta copiosamente en sus dos acepciones en los clásicos portugueses del S. XVI (Moraes) se ha tomado de ello indicio de que la etimología es FLAGRARE (cf. cat. flaire = port. faro); pero rechazo la idea porque el tratamiento fonético FLAGR- > faro presentaría inexplicable irregularidad, y esto ya ha dado el gall.-port. cheiro, cheirar, cat. flaire, flairar, incompatibles con faro; también los pormenores fonéticos y semánticos de ferum así en el Este como en el Oeste hispánico se explican mejor por un deriv. de FERUSfiero, fiera’; si bien las variantes gall.-port. en -um corresponden a -UNU, y las catalanas, con la gallega en -ume, postulan claramente el colectivo -UMEN, se pasa con facilidad y frecuentemente de lo uno a lo otro (cat. bestiar cabrum -UMEN, cast. el chotuno ‘hedor a choto’, etc.); luego creo seguro que el port. faro se extrajo secundariamente de farum, en lo cual no hay tropiezo alguno, puesto que existe fartum «cheiro resultante de ranço, nauseabundo, bafio» con farto, gall. bravún = farún y tantos casos análogos. Fiereza [fereza, Berceo, Mil., 473; S. Mill., 78; fiereza, Nebr.]; también se dijo feredad o feridad [1457, Arévalo, Vergel, p. 388b]. Enfierecerse. Cultismos: éfero, del latín effĕrus. Feral. Feroz [feroce 1444, Juan de Mena, Laberinto 48h, 189b, 274c; APal., 440b, 159b; Nebr.; feroz, h. 1570, A. de Morales], de ferox, -ōcis, íd.; ferocidad [Santillana (C. C. Smith, BHisp. LXI); APal.117d, 159b, 504d; Nebr.], que también se dijo ferocía [1555, Laguna]; enferozar. Feróstico ‘díscolo’, ‘muy feo’ [Acad. 1869, no 1817; ejs. andaluces en Toro G., RH XLIX, s. v.], debido a un cruce de feroz con el tipo cat. feréstec ‘feroz’, ‘arisco’, que a su vez es el lat. vg. FORASTէCUS (FEW III, 707-8), derivado de FORASfuera’, modelado según DOMESTICUS. Hermano del lat. ferus es el gr. ȎƓρίον ‘animal’, de donde deriva ȎƓριακƲ ‘remedio contra el veneno de los animales’, ‘contraveneno’; de éste se tomó el lat. theriăca, y de ahí, por vía culta, el cast. triaca [atriaca, 1251, Calila, hasta Nebr. y Covarr.; marca, G. Conq. de Ultr. 444b; thriaca, S. XVII, Núñez de Cepeda, Aut.; theriaca, 1555, Laguna; para formas mozárabes, vid. Colin, Hespéris VI, 63]; triacal; triaquero [atr-, Nebr.]; triaquera.

CPT.

Fieramente (nótese el antiguo feramente, fieramient(r)e, ‘mucho’, vid. ejs. en BKKR). Fierabrás [‘fanfarrón’, Terr.; ‘niño travieso’, Acad. 1884, no 1843; no es de origen inglés, según afirma Puigblanch en 1828, vid. Viñaza, col. 1653, sino tomado del francés, donde ya se emplea con la primera de estas acs. desde 1718, o bien aplicación directa del nombre del gigante Fierabrás de los libros de caballerías]. Pantera [1570, C. de las Casas; Covarr.; en la Pícara Justina es una especie de ave], lat. panthēra, tomado del gr. πάνȎƓρα, formado con ȎƲρ ‘fiera’ y πĘν ‘muy, enteramente’. Ha dado en Francia e Italia bastante descendencia en la ac. secundaria ‘red o trampa para cazar pájaros’; el mismo origen tendrá el gall. panterno o pantenro ‘armadijo para cazar pájaros’, como indica J. L. Pensado, Acta Salmant. n.° 51, pp. 74-76, parcialmente disimilado en panterlo; pero no hay que pensar en un diminutivo *Pantherulus sino en una contaminación de pan tierno, gall. pan tenro, explicable por las migas de pan que se ponen como cebo.

1 Aunque jiero existe en las aldeas andinas del Ecuador (Lemos, Barb. Fon., 55) y seguramente en otros puntos de América, pero puede ser alteración moderna de fiero, como jamilia de familia, etc.―

2 «¡Qué fiera y espantosa voz!», Dineros son calidad, Rivad. XLI, 70-72.―

3 Agua fiera ‘de mal gusto, impotable’, en Mendoza. Ejs. en Draghi, Canc. Cuyano, pp. XXXVII, 142, 302. También se emplea como adverbio ‘mal’ («habla muy fiero de usted», en Ascasubi, Santos Vega, n. 2820; ‘extraordinariamente’, ibid., v. 88). «Fiero torian los perros. Fiera ta la noche» en Alberto Córdoba, La Prensa, 4-VIII-1940.―

4 Tiscornia, BDHA III, 199; Draghi, Canc. Cuyano, 214, 295, 306.―

5 BDHA IV, 54.―

6 Saroïhandy, Primer Congrés de la Ll. Catalana, p. 333.