BRAVO, adjetivo común a los tres romances hispánicos, a la lengua de Oc y al italiano, de origen incierto, probablemente del lat. BARBRUSbárbaro’, ‘fiero’, ‘salvaje’.

1.ª doc.: 1030, doc. de León: M. P., Oríg., 332.

Sin entrar en el terreno polémico, todos los romanistas están de acuerdo en que la ac. más frecuente en lo antiguo fué la de ‘violento de carácter, cruel’1 aplicado a personas, ‘fiero, salvaje’ a animales, ‘inculto’ a tierras, ‘tempestuoso, revuelto’ al tiempo; la de ‘valiente’, aún no registrada por Nebr., sólo aparece en el Siglo de Oro, y se abusó de ella en el XIX por reflujo del francés (Baralt). Desde ésta se llegó a toda clase de significados favorables (brava música en la Ilustre Fregona, ed. R. Marín, 246; DHist. 12), y en resumen puede decirse que la historia semántica de bravo ha sido muy parecida a la del italianismo BIZARRO, sin excluir los últimos desarrollos como ‘elegante’, ‘guapo’, que en el caso de bravo hallamos en los dialectos franceses (FEW I, 249a).

Pasando al estudio de la etimología, en las cuestiones donde los grandes maestros han emitido una opinión personal, es preciso hacer un esfuerzo encaminado a evitar que las tendencias de escuela nos aparten de la objetividad. Cornu, Rom. XIII, 110-3, propuso derivar el cast. y port. bravo, cat. y oc. brau, it. bravo, brado2, de BARBRUS, teniendo en cuenta que en documentos de Portugal, de los años 870 a 1043 son frecuentes frases latinas como terras ruptas vel barbaras, donde este vocablo tiene el mismo valor que bravo como sinónimo de ‘inculto’3. M. P., l. c., objetando que no hay ejs. de barbarus aplicado a animales (uso muy antiguo en el español bravo y estereotipado en oc., cat. brau ‘toro’), le opuso el empleo frecuente de pravus aplicado a animales y terrenos indómitos o incultos en docs. de 1035 a 1090, y el hecho de que la Primera Crónica General traduzca por bravo el pravus de su original latino, en vista de lo cual admitía la etimología de Diez: PRAVUSperverso’. A lo cual replicó M-L., VKR III, 4-8, que pues existen en bajo latín las dos traducciones pravus y barbarus, una de las dos deberá ser forzosamente una falsa latinización con que los escribas medievales trataban de disfrazar la voz romance bravo, y sólo la otra podrá obedecer a una tradición antigua, luego es más probable que ésta se refleje en barbarus por ser más antiguo y porque estando más alejado de bravo fonéticamente era más difícil que se atinara a inventarlo. Debo reconocer que es argumento convincente.

Adviértase que habiendo entrado el vocablo a formar parte de la terminología formularia notarial era preciso latinizarlo en una forma u otra, y la solución pravus no tiene más valor demostrativo que la otra también corriente brabidus (M. P., Oríg., 29, en documento de 1061), que de ninguna manera podría invocarse en favor de la antigua etimología de Storm, RABIDUS, pues se debe a influencia de éste y del opuesto domidus. En lo fonético bravo < PRAVUS sería un caso único de sonorización de PR-, la cual no se podría comparar, según bien indica ya M. P., con el caso frecuente de CR- > gr-4. Y no sólo no es cierto que no haya ejs. de barbarus aplicado a animales, sino que se hallan ya en latín clásico: el ThLL II, 1740b 27ss. cita vespis barbaris ‘avispas silvestres’ en Plinio, y notemos allí mismo que Marcial, buen testigo para el uso hispánico, escribió luci barbari ‘bosques incultos’ y rure vero barbaroque laetatur, que ya nos anuncian de cerca las terras barbaras del S. IX5.

Desde el punto de vista fonético tengamos presente que BARBRUS presentaba una combinación muy peculiar, expuesta a la disimilación en todos sentidos. Este helenismo se hallaba en el mismo caso de CITHRA > CITHERA > cedra6, y el resultante *barbro debía perder la primera r por disimilación, y podía y casi debía trasladar la segunda (breba < bebra, brebaje < bebraje, etc.)7.

DERIV.

Bravamente ‘cruel, ásperamente’ [S. XIII], ‘con bravura’ [S. XIV], ‘bien, abundantemente’ [S. XVII]. Bravata [1548-51], tomado del it. bravata, derivado de bravo en el sentido de ‘bravucón’ (Hidalgo en 1609 lo considera germanesco): lo castizo era fiero m.; bravato adj. ‘bravucón’ [1548, hasta la 1.ª mitad del S. XVIII]. Bravear. Braveza [1251, Calila 31.450]. Bravío (sólo ejs. del S. XIX en el DHist., pero Aut. cita uno del XVI, aplicado a plantas). Gall. bravádigo ‘castañar nuevo, destinado a varas’ (Pardo Bazán, Obras 1943, 1490), con interesante valor colectivo del sufijo -ATICUM (cf. lamádigo). Bravo interj. [Cadalso, † 1782], tomada del italiano, donde era propiamente adjetivo, aplicado en tono de aplauso a una persona. Bravocear debe borrarse del diccionario, pues es mera cacografía en lugar de bravosear (1614): aquél sólo aparece en Cervantes de Salazar, que ya presenta casos de seseo mejicano; bravosear viene de bravoso, frecuente en el S. XVI. Bravonel ‘bravucón’ (SS. XVI-XVII), de singular terminación, quizá tomado del val. bravonell íd., pero como no hay autoridades de éste, puede sospecharse que se sacó del conocido nombre judío Abrabanel por floreo etimológico (Covarr. dice que es nombre de rufián): abravanel ‘doctor’ está en el Canc. de Resende, h. 1500 (vid. Magne, Dic. da L. Port. Mediev. e Cláss.). Bravucón [1836]. Bravura [S. XIII]. Desbravar ‘amansar (ganado)’, desbravarse ‘deponer o dexar su braveza, su ira, su ímpetu’ [1492, Celestina, en Aut.], desbravador. Embravecer [S. XIII: Calila 19.53, 1.ª Crón. Gral; vid. Cuervo, Bol. C. y C. III, 260-3]; desbravecer.

1 De aquí la de ‘colérico’ tan firme todavía en América (Cuervo, Ap., 7.ª ed., p. 533; Wagner, RFE X, 75; ej. de 1782 en RFE XVI, 283), y ya en el portugués de Don Denís (ed. Lang,. vv. 2229, 2230). El val. brau es sólo palabra denigrante: un home brau se dice de un escapado de la justicia, de un hombre enfurecido, algo fiero y huraño; aún se dice más xiquet brau ‘niño o muchacho agresivo, de carácter violento y peleador, poco sociable’ (J. Giner).―

2 El fr. brave no puede ser autóctono dadas sus características fonéticas. Aparece en el S. XVI, por influencia conjunta, seguramente, del español y del italiano. Lausberg (ZRPh. LXVIII, 111) reprocha a Wartburg que en la 2.ª ed. de Bloch no haya eliminado la fechación del fr. brave en el S. XIV, teniendo en cuenta RF LX, 551. Más difícil es decir si es o no genuino el it. bravo. M-L., Wartburg y otros han admitido que es hispanismo. Desde luego en los SS. XVI y XVII el vocablo se enriqueció semánticamente por influjo español; Zaccaria prueba que la ac. ‘áspero, pedregoso’ aplicada al terreno (costa brava, etc.) es un préstamo semántico que aparece entonces; pero el sentido de ‘fiero, indómito’ es ya frecuente en los Pulci, a med. S. XV, y el de ‘bravucón’ aparece en Berni muy al comienzo del XVI. En el de ‘infame’ aparece en el Laudario dei Battuti de Módena, cuyo manuscrito es de 1377 (Bertoni, BhZRPh. XX, 85). Este último dato descarta el origen castellano. Pero no el occitano, dada la temprana acción de este idioma en Italia. Battisti-A. dicen que aparece ya en el S. XIII, pero parecen admitir que viene del provenzal. Oc. y cat. brau aparecen desde h. 1160 (en el trovador catalán Berenguer de Palol) y abundan en el S. XIII en ambos idiomas. Justamente la doble forma it. bravo ~ brado sugiere origen occitano, comp. biavo y biado < oc. blau ‘azul’, y biavo ~ biado < oc. blat ‘trigo’. P. Aebischer escribe «Sur l’origine portugaise de port., esp. bravo» en Rev. Port. de Filol., VI (1956), 37-50.―

3 Gassner agregó terras cultas vel barvaras en doc. de 883 (Leite de V., Textos Archaicos, 10. 19). Es fórmula frecuente. Leo terras ruptas vel barvaras en otro doc. de 1019 (PMH, Dipl., p. 151).―

4 Que la C-, aun sin ir seguida de R, se cambie a menudo en g- (gato, gavia, golpe, etc.) no se admitiría como prueba, p. ej., de que barato pueda venir de PARATUS. Y no hay otros ejs. de sonorización de inicial ante r, pues no es natural separar Bronilde de BRUNHILDIS para identificarlo con Fronilde. No convencen los argumentos fonéticos de Spitzer contra barbarus, pues el tipo fárfara está aparte de todo como voz expresiva, y además no es autóctono en España. La reducción de FARFARUS en el tarentino farfo, como la de RHEUM BARBARUM en el cast. ruibarbo, prueban que realmente sintió el pueblo necesidad de alterar esta combinación fonética, aunque pudo hacerlo de modos distintos. Por otra parte no son decisivas las razones semánticas de M-L., pues ya hemos visto que bravo llegó a significar ‘infame’ en Módena (casi como pravus), y el camino inverso, si bien menos natural, no me parece impracticable.―

5 Desde ‘silvestre, fiero’ se explica fácilmente el paso a ‘colérico, malo’. Pudo influir además la ac. ‘pagano’ que tomó barbarus en el latín eclesiástico, según notan Ernout-M.―

6 O de COMPRARE, SEPRARE > comprar, fr. sevrer, ALCREM > alegre. Es sabido que los helenismos tienden a cambiar la ă libre en otra vocal más cerrada, para adaptarse a la fonética latina: de ahí MONICHUS, ASTRICUM, CASTINEA o CASTENEA, CERESEA, etc.―

7 También pudo haber haplología. Dejo memoria de otras etimologías evidentemente imposibles: germ. brad-, isl. ant. brâr (Densu?ianu, Grai ?i Suflet VII, 271 ss.); onomatopeya en relación con el eslavón bravŭ ‘ganado’ (Sainéan, Sources Indig. I, 415-7).