FEO, del lat. FOEDUS, -A, -UM, ‘vergonzoso’, ‘repugnante’, ‘feo’.
1.ª doc.: Cid.
El tratamiento fonético del lat. FOEDUS, en cast., es notable: no sólo se hubiera debido perder o aspirar la F-, sino que la -D- se conserva por lo general inmediatamente detrás del acento (el caso de creo puede deberse a creer, y en los de fe, pie y análogos ayudaría la posición casi final, desde el romance primitivo, en que la -E tendía a perderse). Es verdad que la forma regular hedo existe: J. Ruiz, 961a, la pone en rima con queda y vereda («la gaha, rroyn, heda»), en el ambiente lingüístico de las serranas, lleno de rusticidad; y todavía h. 1400, Juan García de Vinuesa hace rimar «comiendo pan duro e hedo» con Salizedo, en el Canc. de Baena (n.° 391, v. 55). La forma feo no puede considerarse cultismo, atendiendo a la pérdida de la -d-, ni vulgarismo castellano, por la conservación de la -f-; creo será forma leonesa, pues este dialecto tiende a las condiciones portuguesas de eliminar toda -D- intervocálica: núo, desnuar, suar en el Cuento del Emperador Otas, de marcado sabor dialectal leonés; los castellanos de las ciudades aceptarían en este caso la pronunciación leonesa, más cortesana (por ser la de la capital del Reino, cuando Castilla era condado) y también como más clara y al abrigo de equívocos, puesto que mujer heda, lo mismo podía significar ‘fea’ que ‘recién parida’ (<l=lat.>FୱTA, V. s. n. FECUNDO). La conservación del lat. FOEDUS es uno de los rasgos arcaicos del castellano y portugués (feio, antes feo): en los demás romances resultó caduca esta vieja palabra latina (aun el sardo feu es sólo castellanismo, según M. L. Wagner, ARom. XIX, 16, y en Córcega procederá de Cerdeña).
DERIV.
Feote. Feotón. Feúco. Feúcho. Fealdad [fin del S. XIII: Bocados de Oro; J. Ruiz, 932a: «nunca digas nonbre malo nin de fealdat»; Danza de la Muerte, 416: «Muerte, non me espanto de tu fealdad»; fialdad, Corbacho, ed. P. Pastor, 260.17], antes de estas fechas, y aun después, significa ‘prenda’, ‘encargo de confianza’, ‘feudo’1: el vocablo procede etimológicamente de FէDELITATEM, que se cambió fonéticamente, primero en feeldad, y después en fealdad, ayudando el influjo de los numerosos abstractos de esta terminación (igualdad, maldad, port. lealdade, etc.): pero una vez alterado así el vocablo, se oscurecía el nexo fonético con fiel, e interviniendo el influjo de frialdad y crueldad se empezó a emplear fealdad como abstracto correspondiente a feo; antes se había dicho feeza y se han empleado feúra (ast., V, etc.) y otros2. Afear [h. 1300, Gr. Conq. de Ultr. en DHist.]; en lo antiguo también enfearse [Nebr.]; desfear [Partidas en Pagés]. Cultismo: defedación.
1 Berceo, S. Mill., 406c: «ellos se vos alzaron con vuestras fialdades». Fialdade en las Cantigas de Sta. María, 239. Ffialdat, en doc. de Burgos, a. 1315 (M. P., D. L., n.° 205, lín. 27). «Ninguno hidalgo non deve vender de las heredades que tiene en fealdat», «un omne comanda en fealdat a un otro cinquenta moravedis», Fuero de Navarra (citas de Tilander, pp. 313, 359); tener fealdat es ‘gozar el usufructo en viudedad, sin derroche y con castidad’ en varios textos legales navarro-aragoneses desde el S. XIII, vid. Vidal Mayor s. v. Y otros que he aducido s. v. FE. Borao registra fialdades ‘rehenes’ y en el Recontamiento de Alixandre figura fayaldaje «contribution» (RH LXXII, 598).― ↩
2 Acerca de este origen de fealdad véanse más detalles en el atinado trabajo de Malkiel, Univ. of Calif. Publ. in Ling. I, v, 189-214, que se inclina a creerlo galicismo (del fr. ant. fealté), lo cual es posible. Para enmiendas importantes a la explicación de Malkiel, V. FRIALDAD. ↩