FARDO, sacado por regresión de los antiguos fardel íd. y fardaje ‘equipaje’, de origen incierto, probablemente tomados del francés, donde fardel ‘fardo’ (hoy fardeau ‘peso’) y farde íd. son muy antiguos y de etimología dudosa: aunque hoy fárda tiene bastante extensión en árabe con este significado, en esta lengua el vocablo se halla sólo en fecha reciente y no tiene enlace claro con el significado de la correspondiente raíz semítica, por lo cual es probable que sea de procedencia europea; teniendo en cuenta que el cat. farcell ‘fardo’ viene probablemente de *FARTICELLUM, diminutivo del lat. FARTUMrelleno’, es posible que el fr. ant. fardel resulte de una metátesis *FARCITELLUM.

1.ª doc.: fardel, h. 1400, Glos. del Escorial; fardaje, h. 1400, Canc. de Baena, p. 99; fardo, 1570, C. de las Casas («fagotto, viluppo»).

Fardel se halla también en APal.1, en la Celestina (Cl. C., p. 156), en ley de 1503 (N. Recopil. IV, ii, 4), en el Lazarillo (Cl. C., p. 95), y todavía en Covarr. y en varios autores clásicos; Aut. y Acad. se abstienen de calificarlo de anticuado, aunque en su sentido propio hoy lo es, en el lenguaje común. Fardaje aparece en la Caída de Principes empezada por López de Ayala h. 1360 y terminada por sus continuadores en 1422, también en la Crónica de Juan II (h. 1460), en Flores y Blancaflor (1.ª ed., 1512), y Aut. lo califica de anticuado; ast. fardaxe ‘zurra de nalgadas’ (V). En cuanto a fardo, figura también en la Descripción de Mármol (1573) y en Oudin y Covarr.2; farda ‘bulto o lío de ropa’ es voz de germanía en Juan Hidalgo (1609). Toda nuestra familia de vocablos falta del todo en fuentes anteriores al S. XV e incluso en Nebr. y PAlc. Esta fecha y las terminaciones -el, -aje, revelan claramente procedencia galorrománica. En efecto, el francés es el romance donde la hallamos primero: fardel es allí muy frecuente desde el año 1300, y dos ejs. del mismo vocablo o de su diminutivo se documentan ya unos cien años antes en Huon de Bordeaux y en el Reclus de Molliens (God. III, 722; IX, 600); además un primitivo farde, femenino, aparece con el mismo significado en el último de estos autores y en otros dos pasajes de un texto de la época. Los ejs. medievales de oc. fardel son más raros y algo más tardíos, pero hay uno en Guiraut de Bornelh, h. el año 1200. Del cat. fardell no conozco ninguno antes de 1460 (Spill, v. 3297; J. Esteve; Xàvega dels Notaris, Valencia, 1604, RH L, 308)3; el vocablo antiguo en este idioma, y el único usual todavía en el Norte y centro del territorio, es farcell, ya frecuente en el S. XIII4. En italiano, en cambio, el radical fard- vuelve a tener antigüedad y arraigo, pues no sólo fardello es corriente en la actualidad, sino que se halla en literatura desde fin del S. XIV (F. Sacchetti) y desde el XV (Morgante); además Edler señala ejs. de fardello en 1260 y 1340, fardo en este mismo año y fardolino en 13705.

El significado en todas partes, por lo menos en la Edad Media, es ‘paquete, fardo, bala’, especialmente de ropa o telas («bundle of silk», «bale or package», Edler; bala o farcell de roba, en el Consulado; fardel de dras, en francés), a veces de otras mercancías (de formatges III farcells que no sien cordatz, Lleuda de P.). ¿De dónde partió el vocablo en romance? Más bien de Francia que de Italia, puesto que el ej. italiano más antiguo y el de 1370 están fechados en Troyes y en Avignon, y que los numerosos testimonios del b. lat. fardellus reunidos por Du C. (desde 1252) proceden todos de Francia o de Flandes, ninguno de Italia. Harán falta investigaciones más completas para decidir inapelablemente este punto, pero los materiales de que ahora disponemos sugieren un origen francés de la palabra italiana, y la fecha tardía del cat. fardell es también desfavorable a una procedencia mediterránea.

Diez, Wb. 134, quiso derivar nuestro vocablo del ár. farȓ (o fárȓa) ‘muesca’, ‘contribución’ (V. aquí FARDA y ALFARDA), con el cual no hay relación semántica posible. M-L., REW1, 3193, y Wartburg, FEW III, 416-9, siguieron sus huellas, confundiendo además este vocablo árabe con el étimo de Devic e involucrando el oscuro problema del gasc. y langued. fardas ‘vestidos’ (> fr. hardes), que deberá estudiarse especialmente6. Digna de discusión es, en cambio, la etimología arábiga propuesta por Devic (y aceptada por Baist, RF IV, 379; Eguílaz, 396; Dozy, Suppl. II, 250b; y Steiger, Festschrift Jud, p. 661): ár. fárda ‘fardo, bala de mercancías’. La duda está solamente en si este vocablo es de origen europeo en árabe o es arabismo en romance, puesto que no hay relación evidente con el sentido de la raíz arábiga f-r-d. Es cierto que la explicación semántica ideada por Devic es concebible; fárda es en general un miembro de una pareja de cosas iguales, y pudo aplicarse a cada uno de los dos bultos que se cargan a un animal haciéndose contrapeso mutuo: sabido es que este sistema de carga está en uso, y el viajero La Roque atestigua que se practica en Arabia. Que de ahí pudo tomar fárda el significado general de ‘fardo de mercancías’ claro está que es posible, pero falta probarlo, y mientras no se documente la existencia de esta ac. en árabe antiguo será preciso ponerlo en duda. Ahora bien, orientalistas tan autorizados como Freytag y Silvestre de Sacy han afirmado que fárda ‘bulto de mercancías’ es extranjerismo en árabe, y para refutarlos de nada sirve citar, como hacen Devic, Eguílaz y el propio Dozy, vocabularios y autores recientes, que sólo prueban su empleo en el árabe actual de Argelia, Egipto y Arabia (ahí ya en 1776, Niebuhr); el único que puede tener algún peso es el pasaje de las Mil y una Noches citado por Dozy, donde se habla de una fárda de alfombras7, pero ahí el vocablo sólo aparece en una de las dos versiones de esa colección narrativa, y la otra trae šíqqa ‘mitad’: luego no tenemos la prueba de que significara ‘fardo en general’, sino solamente ‘mitad de una carga’, y además ignoramos cuál de las dos versiones es la auténtica, y aun si lo supiéramos una prueba aislada carece de fuerza, tanto más tratándose de una recopilación de fechas diversas y en parte muy modernas, como las Mil y una Noches.

En espera de que los orientalistas acaben de resolver la duda con pruebas más abundantes y positivas, es excesivo el hecho de que nadie haya siquiera buscado una etimología europea al vocablo; pues, además de otras posibilidades8, la indudable relación entre el fr. fardeau y el cat. farcell invitaría a relacionar con FARCIRErellenar, atiborrar’: ahora bien, farcell es palabra muy antigua, documentada continua y abundantemente desde el S. XIII (V. arriba). La denominación FARTUMrelleno’ (sustantivo en Plauto, Plinio y Columela) convendría a una bala de mercancías, y su diminutivo *FARTICELLUM9> sería muy apropiado como nombre de un fardo, objeto más pequeño; éste nos explicaría farcell y un tipo *FARCITELLUM, que pudo ser metátesis de aquél o bien formación posterior a base del participio tardío FARCITUM, daría cuenta del fr. fardeau, puesto que la relación visible con este participio había de retrasar la síncopa de la vocal pretónica hasta el momento en que este fenómeno se produjo en malade de MALE HABէTUS y voces análogas. El fr. ant. farde, palabra bastante rara, sería formación regresiva, como lo es ciertamente el cast. fardo.

DERIV.

Farda gnía. (V. arriba); fardia ledra ‘dineros menudos’ gnía. [J. Hidalgo, ledro es el conocido adj. ‘que vale poco’, el origen del primer elemento es dudoso]. Fardarse ‘proveerse de ropa’ [1646, Estebanillo, propiamente ‘cargarse’, V. nota 6]. Fardaje y fardel, fardelejo, vid. arriba. Fardero; fardería. Enfardelar [Aut.], posteriormente enfardar; enfard(el)ador, enfardeladura.

1 «Cassidilis es fardel o çurrón de pastor», 63d; «crumena: fardel o bolsón», 99d; además 222d y fardelejo en 264d.―

2 El it. fardo, raro y anticuado, será portuguesismo, pues se halla en Sassetti, que escribía en Portugal y en la India h. 1580. En cuanto al ej. de 1340 recogido por Edler, puede ser regresión autóctona, paralela a la española.―

3 Estos ejs. son valencianos. Hoy también es palabra usual allí (Escrig, Griera) y en el Sur del Principado (oída en Tortosa, Reus y Valls), pero ajena al dialecto central, contra lo afirmado en el diccionario Alcover.―

4 Lleuda de Perpiñán, a. 1288, RLR IV, 506; Consulado de Mar, cap. 27 y 328. De allí pasó al aragonés, donde hallamos farzel en inventario de 1393 (BRAE IV, 520, n.° 23), y un derivado en otro de 1375 («hum costal de sarria, farcellado, el qual fué desligado e fueron trobados en el dito costal dotze cuyraças... Otro costal de sarria farzellado», BRAE IV, 213). Moll, AORBB II, 36, explica farcell como una contaminación de fardell por farcir ‘rellenar’, pero el caso es que aquél aparece 200 años antes que éste.―

5 Wartburg agrega sasarés fardellu en 1316. Como no cita fuentes, no hago caso de las fechas de 1535 y fin S. XIII que asigna a los cast. fardo y fardaje.―

6 Un origen arábigo es difícil en vista de que el vocablo falta en Italia y en la Península Ibérica. No conozco el arag. farda ‘traje’ que cita Wartburg: falta en Borao, Coll y Puyoles-V.; debe de tratarse del artículo «farda: bulto o lío de ropa» registrado por la Acad., que en eds. anteriores figura como voz de germanía, y en Aut. igual, con cita de J. Hidalgo. En cuanto al gall. y port. farda ‘casaca, librea’, ‘uniforme’, del cual no conozco ejs. anteriores a Moraes, pudiera pensarse en un origen francés, dada su aplicación militar; quizá el gasc.-langued. fardas ‘vestidos’ saliera de nuestro vocablo pasando por ‘bulto de ropa’. Pero desde luego no puede haber relación con el ár. farȓ ‘traje’, que Diez cita de Freytag (Belot sólo trae firâȓ en este sentido) y que es palabra ajena al idioma vivo, según observa oportunamente Dozy, Gloss., 380. Comp. fardarse, abajo. El sentido ‘proveerse de ropa’ con que aparece esta palabra en el Estebanillo, 1646, que cito arriba, es inseparable del port. fardar ‘vestir de uniforme’, gall. antic. fardeta ‘chaqueta con faldones’. Este grupo más que del fr. fardeau y afines, vendrá del fr. hardes, germanismo con h aspirada (REW, 4041), quizás algo influido por el port. fatos ‘prendas de vestir’ (HATO). De todos modos no parece bien fundado el vocablo fardar que han admitido varios filólogos portugueses (T. Braga, Machado, R. Lapa, CEsc. 428.31). Con el significado de ‘vestir’ en un juglar Cladeiron de fines del S. XIII, quizás aragonés y que no domina bien la lengua: el verso Non se faz cedo por farpar peliça, tal está trasmitido por los dos mss. existentes (el de la Bibl. Nac. de Lisboa y el Canc. de la Vaticana; éste, menos bueno, coincide con el otro salvo cambiar cedo en todo), ha sido enmendado arbitrariamente sustituyendo farpar por fardar, a pesar de que aquél es ‘gastar una piel, cambiarla en farpas o sea harapos’: una pelliza no se convierte en harapos tan aprisa como un vestido de tela o paño. No se ve claro cuál es el sentido de fardar en la Gral. Est. gall. («chegou Rrachel c? a grey do seu padre, ca ella a tragia et fardava et a pascoava» 286.7), quizá ‘saciar de pasto’ como variante de fartar contaminado por el grupo de fardo, fardel, fardas, cf. especialmente el cit. cat. farda ‘materia sin valor, de relleno’ que también se emplea con el matiz de ‘comida de engorde, con escaso valor nutritivo’. De todos modos, no es de creer que tenga relación con el fr. mod. harde ‘hato de ganado’, pues este otro germanismo (REW, 4112) era herde en la E. Media; o mejor se trata sencillamente de un compromiso entre fartar y guardar en sentido pastoril, pues el otro ms. trae en lugar de esto: «apacie et la guardava».―

7 Reconozco que se me había pasado un vocablo análogo en PAlc., aunque no en este sentido pero sí en otro no muy distante: en masculino fard «capacho de fruta», «cesto de vendimiar» (PAlc. 139a6, 167a35, rectifico una perturbadora errata del Suppl. de Dozy, que disculpa mi inadvertencia; el plural es afrád, indicio, aunque no seguro, de arraigo y antigüedad); agrega Dozy que el mismo vocablo sale en dos pasajes de las Mil y Una Noches, que según Lane (Manner and Customs) contiene la ac. «Panier de feuilles de palmier» hoy usual en Egipto. ¿Se pasaría del sentido de ‘capacho para transportar fruta’ al de ‘fardo de hortalizas’ y de otras mercancías? Es bien concebible. Quedan todavía oscuros varios puntos para admitir el origen arábigo: la génesis semántica de fard desde la raíz arábiga frd de sentido tan diferente (¿‘ser solo’ > ‘desplegar, desarrollar, extender’, egipcio, Mil y Una Noches, y de ahí clás. ‘embalar aparte’, ‘meter en cestos o fardos’?), la vía por la cual el vocablo pasó primero al francés y de ahí a los romances meridionales (¿impedimenta militar de los Cruzados?), y la clase de relación o falta de relación con el cat. farcell. En conclusión, el problema sigue oscuro y deberá ser estudiado de nuevo en colaboración de romanistas, arabistas e historiadores del comercio y transportes.―

8 Sainéan, Sources Indig. I, 156, compara sugestivamente el it. farda ‘excremento’, en Oudin ‘lodo’ y ‘escupitajo’, junto al fr. fard ‘colorete’ (de conocido origen germánico), con el caso del it. belletta ‘lodo’ y belletto ‘colorete’. Ahora bien, farda ‘excremento’ se relaciona con el cat. farda ‘broza, maleza, hojarasca’, ‘desperdicio, materia sin valor, relleno’, que a su vez podría darse la mano con fardeau y su familia.―

9 Hay farticulum en Titinio y FARTALIA en Antimo y hoy en el Sur de Francia (FEW III, 422b).