FARDACHO, ‘lagarto’, arag., del mismo origen que el cat. merid. fardatxo: cruce del ár. Ʌardûn ‘lagarto’ con el preislámico valenciano de origen bizantino sarvacho.

1.ª doc.: Acad. 1817 (no 1783), como palabra provincial; el derivado fardachina ‘lagartija’ ya figura dos veces en un inventario aragonés de 1374 (BRAE II, 342).

En mis artículos de BDC XXIV, 20-22, y RFH V, 12-14, estudié la extensión del vocablo, su origen y variantes en catalán, en aragonés y en árabe; véanse allí los pormenores. Aunque ya en 1884 había suprimido la Acad. toda mención regional en su artículo fardacho, no tengo noticia de que esta palabra española se haya empleado nunca fuera de Aragón, donde puedo señalarla en algún punto de los valles pirenaicos (Panticosa, etc.), pero sobre todo en el Bajo Aragón y en la llanura del Ebro; en la Puebla de Híjar corre la variante fardazo, donde tenemos la forma castellana del sufijo -ACEUM, en lugar de la mozárabe -acho, que ha predominado en el resto. En catalán se emplea fardatxo desde el Ebro, incluyendo el Priorato, hasta el extremo Sur del dominio lingüístico (son falsas y ultracorregidas las formas fardajo y fardaig que citan algunos vocabularios valencianos)1, y ahí también es mozárabe, por la tx y la -o, la forma del sufijo. En forma paralela se explica el cat. dial. farditxa o esfarditxa (en el Priorato, cerca de Tortosa), con terminación mozárabe, pero aquí diminutiva, pues significa ‘lagartija’. En algunos puntos del Alto Aragón, Navarra, Álava y en Tarazona, existe una variante gardacho ‘lagarto’, que aparece ya en el S. XIII, Vidal Mayor 4.38.79, explicable por otra trascripción del fonema semítico Ʌ, y otras variantes debidas a cruce con el tipo sangartana ‘lagartija’, vid. RFH, l. c.

De un particular interés es el valenciano sarvatxo ‘lagarto’. No creo ya en que aquí tengamos, como admití todavía en el DCEC, el resultado de una transcripción aproximada del Ʌ extranjero, pues con esto no nos esperaríamos la -v-2 y los ejemplos de Ʌ > s que reunía ya en BDC XXIV, 22 son pocos, no todos claros y sólo hay otro en palabra de origen árabe. Por cierto, el gall. de Tuy xardón ‘lagarto arnal’ (Sarm. CaG. 208r y p. 227), el port. Sardâo3 ‘especie de lagarto verde’ y su derivado sardonisca4 coinciden tanto con el ár. hardîm en su terminación, que tampoco ahí es razonable dudar de esta etimología, pero cabe admitir que su s- se deba a la contaminación de un sinónimo romance, que para Schuchardt sería salamandra; sin embargo, nos acercamos más en lo semántico atribuyéndolo a un nombre prerromano de la lagartija, de la familia del cast. sabandija, port. sevandilha, -ija, vco. segundilea (y variantes), cat. sargantana.

Volviendo a sarvatxo, sus áreas y las del val. fardatxo alternan desde el Sur al Norte del país: fardatxo en Elche, Jijona, Teulada y hasta Alcoy, luego reaparece en la zona central, desde el Júcar (Carlet) (lo que hace que éste sea el vocablo más conocido en todo el País) y hasta la Plana de Castellón y el Alto Maestrazgo (Benassal); viene luego otra faja de sarvatxo en el Bajo Maestrazgo (Vilafamés, Les Coves de Vinromà); en fin otra vez fardatxo desde Alcalá de Xivert hasta Alcañiz, incluyendo ambas márgenes del Ebro hasta el Norte del Priorato; pero desde Margalef, La Horera de Montsant y Siurana empieza ya el área del cat. estricto (y literario) llangardaix y del tarrag. y rosell. lluert. Todavía habría una tercera zona de sarvatxo cerca del Ebro, más al O., entre Reus, Mequinenza y Lérida, en la comarca de las Garrigas (Maials, Llardecans, Sarroca de Segrià, ya no en Seròs ni Lérida), pero allí se dice hoy sardatxo, evidentemente un compromiso entre sarvatxo y el más extendido fardatxo. Pero la zona más amplia de aquél y aquélla donde se presenta con mayor arraigo es alrededor de Albaida y al Este de Alcoy. Según Martí y Gadea se emplea en el valle de Seta (a la gente de Balones les llaman sarvatxos, etc.)5, es general en la ciudad de Albaida y la tengo recogida personalmente en Carrícola y demás pueblos de Benicadell; por el Oeste alcanza por lo menos hasta Aielo de Malferit (ahí como topónimo Lloma del Sarvatxo y creo también vivo) y por el Este supongo llegará incluso a estas dos ciudades6.

Ahora bien, llama la atención la coincidencia de esta área con la de la larga ocupación bizantina en tiempo de los visigodos, de la cual es probable que date el nombre mismo de Gandía (Candia en el Rep. de Valencia, seguramente de Kανƌία ‘Creta’), zona que además coincide con la de Hemeroscopeion (junto a Denia o Xàbia) y sus vecinas factorías griegas de la Antigüedad. Ni siquiera la venida de los árabes cortó esta acción, pues nos consta que en el S. VIII-IX Mallorca, todavía cristiana, recibió algún socorro bizantino, y no creo que el reino de Todomir, en el S. VIII, que reproduce el área de la dominación bizantina, no continúe en mucho la tradición de ésta.

Puesto que -ακƳν) es la forma más vivaz de sufijo diminutivo en griego moderno y medieval, y aun empiezan sus casos más viejos en el de la Antigüedad, me parece increíble que no haya relación entre sarvatxo y su sinónimo griego σαǢρος, σαύρα, pues aunque no tengo a mano documentación de σαυράκιον, no es casi necesario buscarla, tratándose de un sufijo de uso tan general. Sabido es que el griego αυ pasó pronto a pronunciarse av: es fenómeno muy antiguo, que dialectalmente se iniciaba ya en los SS. III y aun quizá IV a. C. (Beocia, Panfilia) y que pronto se fué extendiendo hasta generalizarse7, quizá ya durante la época imperial. Nuestros valencianos de la época visigoda oían pues, ciertamente, savrákio(n) a sus dominadores bizantinos. Y recordemos la grandísima difusión de los mitos, leyendas y folklore referente al lagarto y al dragón entre los griegos. ¿Hará falta recordar a sus famosos matadores helénicos, desde el paganismo (ୃπóλλων σαυρóκτονος, etc.) hasta ?εǠρƔιος, el santo cristiano? Si σαǢρóς tendía a especializarse en el gran saurio matado por el santo, el lagarto vulgar tenía que ser desde entonces un σαυράκιον. El foco de la devoción de San Jorge en Occidente es la costa de lengua catalana. Sant Jordi, patrón de Cataluña, no fué menos popular en la Valencia medieval: hermosos retablos como el de Martorell nos lo prueban en todas partes, y no parece improbable que entre esto y la ocupación o el antiguo comercio griego exista algún nexo. Sea como quiera no parece casual la perfecta coincidencia del área principal de sarvatxo con la del dominio bizantino. El nexo vr, ajeno al latín y exótico para oídos romances, sufrió trasposición en rv, y el tratamiento de -AK?O como -atxo es normal en todo el mozárabe.

En una palabra, me parece claro que fardatxo, más que a un espontáneo «cambio de sufijo», se deba a un verdadero cruce entre Ʌardûn y el preislámico sarvatxo, propio de la tierra valenciana. Claro está que ambas formas tuvieron que propagarse hacia el Norte, y acaso no fué extraña a esta propagación la resonancia popular hispánica de las leyendas helenísticas y hagiográficas8. Al propagarse hacia el Norte, de acuerdo con variantes fonéticas bien documentadas por la toponimia, se extendió a las áreas locales donde Ce y aun -C?- no daba Ƈ sino š (Cabrafeixet CAPRIFICETUM, algo al N. de Tortosa): allí correspondía, p. ej. fardaixos, que en plural está en el Llibre del Roser del S. XVI, y cuyo singular pudo ser *fardaixo o más bien fardaix en forma catalanizada (registrada ésta por varios diccionarios). El raro sufijo del catalán central lla(n)gardaix ha quedado hasta ahora sin explicación, aunque se admite que parte de un *llagart hermano del cast. lagarto. Ahora vemos claro que aun en éste se trata de un caso de propagación del mozárabe fardaix(o) ~ sarvatxo.

Imposible fonética y semánticamente es el étimo ár. fírȓiȟ ‘alacrán’, admitido por la Acad. (palabra además ajena al árabe hispánico y magrebí, recogida sólo por una fuente tan sospechosa como Kazimirski).

DERIV.

Fardachina (vid. arriba).

1 Podría ser auténtica una forma val. ardacho citada por A. Boscá, Geogr. Gen. del Reino de Valencia, I, p. 513, pero como no la oí en parte alguna durante mis encuestas en todo el País, creo más bien que resulta de una mala partición en els sardatxos. También García de Diego, RFE IX, 149-50, menciona un cast. hardacho, cuya fuente desconozco, y, según Griera, AORBB I, 1, 35, fardacho se dice en Calatayud, pero ardacho en Murcia. En castellano, aun en Aragón, sí pueden ser estas formas resultado del Ʌ- del árabe Ʌardûn, a no ser que ahí también se trate de la deglutinación indicada; será bueno esperar confirmación en fuentes más seguras.―

2 Habría que pensar en un cruce con el ár. Ʌirbâ ‘camaleón’, palabra ya clásica (Belot) y empleada por el Harirí (1143), el famoso narrador, nacido en Básora. La emplea también dos veces el granadino Abenaljatib, pero es en su MiȐyâr, composición de estilo sumamente artificioso, en prosa rítmica y con algunas rimas en ciertos pasajes, que aunque afirma dar las cualidades del reino de Granada, es sobre todo un mosaico de frases ingeniosas y rebuscadas y de palabras raras y poéticas, muchas de las cuales son de Oriente (la publicó Simonet en la 1.ª ed. de su Descr. del R. de Granada por los autores árabes, donde he podido cerciorarme de que en ese sentido su valor histórico es relativo, y el lingüístico se reduce a la forma de sus pocos topónimos). Dije en mi primer trabajo que Ʌirbâ significa ‘lagarto’ además de ‘camaleón’ fiándome de R. Martí, pero éste traduce stellio en primer lugar por wázġa? y Ȑumm Ʌubaȳš y sólo después da ɅirbâȐ y otra traducción: cuando R. Martí da tantas, suele ocurrir que sólo la primera o primeras son exactas y las demás son equivalencias aproximadas o voces conexas en alguna forma. Así es como lo entiende Dozy I, 265a. Tampoco es bien seguro que Ʌardûn haya poseído el sentido de ‘camaleón’, aunque PAlc. tenga un artículo «camaleó, especie de lagarto: hardón», lo cual puede referirse a este último por ignorancia del equivalente árabe de ‘camaleón’; por lo demás el lat. stellio no es el lagarto corriente (lacertus) sino una especie de lagarto manchado; R. Martí, además de servirse de esta palabra latina, contiene como glosa el cat. dragó, que es una especie de lagartija corta y negruzca que vive en las paredes y ruinas. El vocalismo es en todas partes ɅirbâȐ y en Egipto y Siria Ʌirbâya (Boqtor, Mohit), también R. Martí da hirbâ (así en la p. 591 como en la p. 85, aunque en ésta vocaliza Ʌi- y Ʌa- a la vez, pero quizá sólo por vacilación o como notación aproximada de la pronunciación Ʌį- o he- del árabe vulgar). En una palabra, no son nada exactos la equivalencia semántica y el parecido fonético de Ʌardûn y ɅirbâȐ, y además ni siquiera es seguro que un ɅirbâȐ se empleara en el árabe vulgar de Occidente, pues R. Martí no deja de incorporar algunas palabras orientales en sus colecciones de sinónimos y el vocablo falta en PAlc. y parece ser hoy ajeno al árabe de Argelia (falta en Beaussier).―

3 Aunque existe un pueblo Sardón en la provincia de Salamanca y otro en la de Valladolid, no es de creer que se relacionen con el port. sardão. Puede existir un nombre así como orónimo o topónimo menor (tipo Lloma del Lagarto) y aun como topónimo mayor, si lleva terminación colectiva (Lagartera, Lacertales), pero no se entendería que un pueblo se llame ‘lagarto’. Claro que hay homónimos (cat. occ. sarda ‘páramo’ y sobre todo leon. sardu, zarzo, aquí s. v. ZARZA).―

4 Para sardonisca y su variante sardanisca vid. Leite de V., Opúsc. II, 97 y Etnogr. Pg. II, 181; hay todavía asalagarta, otro caso de cruce: éste con lagarto. El primer testimonio de la voz portuguesa puede verse en el b. lat. sardonis, traducido por estuerço (evidente errata por escuerço), por más que esta palabra se halle en el Glosario de Toledo de h. 1400. Con el cat. dial. sardatxo y port. sardão podrían ir los rioj. sardeta, sardilleta, zarc(ill)eta ‘lagartija’, pero es más probable que salgan de *ardeta, etc. (arag. ardacho), contaminado por el sinónimo rioj. sarrondija, serr-, celongrina (GdDD 3212), que irá con SABANDIJA.―

5 Joan Amades, Geografía Popular, p. 92, con referencia al pueblo de Balones, junto a Cocentaina, escribe serbatxo, dato de interés geográfico, pero sin valor alguno en lo fonético.―

6 La mayor parte de estos datos los he comprobado en los pueblos mismos que menciono; para los demás V. mi citado artículo.―

7 Cf. Lejeune, Phon. Myc. G. A. §§ 244, 44.―

8 No hay que mostrarse pedante en estos mitos con la naturaleza del animal. El dragón ha sido para unos una enorme serpiente, para otros una lagartija (cat. dragó), para el pueblo una araña gigantesca (el dicho vulgar catalán es Sant Jordi mata l’aranya), para los más un ingente lagarto alado.