FACA, ‘cuchillo grande, con mango de madera o hueso, con punta y filo muy cortantes, y de forma levemente arqueada’, probablemente tomado del port. faca ‘cuchillo (en general)’, documentado desde más de trescientos años antes y de uso más general; el origen de éste es incierto, mas parece ser aplicación figurada de faca ‘jaca, caballo pequeño’, por una metáfora de tipo jergal.
1.ª doc.: Fernán Caballero (obras 1849-62), en Pagés; Acad. 1884, no 1843. En portugués, 1535.
El origen no se ha estudiado seriamente hasta ahora. Desde luego es preciso rechazar la etimología de Eguílaz (393), hispanoár. fárȟa ‘cuchillo de un palmo’ (R. Martí), que de ninguna manera podía dar la forma romance (una forma faca no existe en árabe, a pesar de lo que equívocamente da a entender Eguílaz). Tampoco es admisible la propuesta por A. Coelho y Gonçalves Viana (RL I, 206), lat. FALCŬLA ‘hoz pequeña’, que sólo podía dar *falcha 4. Lo más probable me parece ser la sugestión de Baist (RF IV, 400) de que sea lo mismo que el port. faca ‘caballo lindo y esbelto’, ‘jaca, caballo pequeño’, del mismo origen que nuestro JACA (faca en el Quijote). La dificultad semántica puede superarse suponiendo que se trate de una metáfora jergal, sea partiendo de la forma corva de la faca andaluza comparada con el espinazo de una jaca, sea admitiendo que el fadista portugués parangonara su instrumento por excelencia con el caballo inseparable del caballero. La verdad es que hoy faca no es palabra jergal en el idioma vecino5, mas pudo serlo primitivamente, y el uso de la faca o el facón como armas de pelea, en Andalucía y en la Arg., sería conservación de este estado de cosas primitivo6, a no ser que se tratara de una palabra sorotáptica. A este propósito no quiero silenciar un vago indicio: una etimología muy seria y más concreta que se ha propuesto para DAGA y para DALLE supone que estas palabras sean representantes «ilirios» (área mesapio-ligur) de una raíz indoeuropea en DH-; como este concepto etno-lingüístico no se distingue netamente del lenguaje de les Urnenfelder y el sorotapto representaba la BH-, y aun seguramente otras aspiradas sonoras, por F-, no sería por cierto descaminado postular junto a DAKA (> daga) un sorotapto *FAKA. A la vista está lo audaz de la idea. Lo decisivo sería averiguar si en Portugal faca es más antiguo que el S. XVI, y si (puesto que faca ‘hacanea’ no puede datar de antes de 1400) pertenece o no al léxico acarreado hasta el Portugal mozárabe (del Ribatejo para el Sur) desde el Norte y desde Galicia. De lo cual no hay pruebas. Tanto más importante por ahora es el dato de que en gallego no es voz reciente (no figura, que yo vea, en los léxicos gallegos medievales) ni suena a importada desde Portugal: Sarm. en 1745 ya catalogó «faca ‘navaja’, en especial la que es algo corva» (CaG. 114v; «muy común» Crespo Pozo), «facada, golpe de navaja». Mi impresión es que el tono estilístico del vocablo y los datos filológicos no son muy alentadores en este sentido, aunque hay una freguesía de Vila Facaia (no muy al Norte del Tajo, pero más cerca de Coímbra, 40 km. al SE.) cuyo raro sufijo (sólo toponímico) reforzaría vagamente esta sospecha.
DERIV.
Facón, vid. arriba.
1 En Andalucía se extiende a toda la región, llegando por el Este hasta Almería.― ↩
2 Es curiosa la variante andaluza efaca registrada por A. Venceslada («el tío echó mano a la efaca y se quedó solo»). No me la explico sino suponiendo que al principio significaría ‘acto de echar mano a la navaja’, como alteración de *desfaca = desenvaine.― ↩
3 Vid. Tiscornia, M. Fierro coment., con citas desde h. 1850. La variante alfajor, documentada desde Hidalgo (h. 1815), parece ser eufemismo popular y pintoresco, con sustitución por el nombre del conocido dulce argentino.― ↩
4 Partiendo de la forma disimilada FACULA (COlumela, Catón) podríamos llegar sólo a *falha. Podría imaginarse otra variante *FACCULA (que habría dado *facha), pero deducir de ahí un derivado regresivo *FACA sería absolutamente inverosímil. Por lo demás, habría insuperables dificultades semánticas.― ↩
5 Creo que tampoco lo es en la zona catalana en torno a Alicante, donde se emplea para una navaja de hoja ancha, p. ej. en Monóver (glos. de S. Guarner a L’Oncle Canyís de J. Amo y A. Mtz.-Ruiz, 1973, p. 152).― ↩
6 Más arriesgado sería suponer que al entrar en Portugal el fr. hache ‘hacha, segur’, mientras por una parte daba el port. facha ‘hacha de armas’, por otra parte hubiese sido hiper-nacionalizado, por decirlo así, convirtiéndolo en faca, según el modelo de roche ~ roca, vache ~ vaca, etc.; pero claro está que una faca es muy diferente de un hacha, aunque sea de armas; y el hecho de que en la Arg. los dos modos de atacar con el facón se llamen herir de punta y hacha (es decir, con la punta y con el filo, vid. Martín Fierro), no prueba mucho en cuanto a la posibilidad de este cambio semántico. Más inverosímil todavía sería suponer una adaptación del alem. hacke ‘azada’, hacken ‘cortar’, que por lo demás no se ve por qué camino habría podido llegar a Portugal. Admitir que faca sea vieja voz mozárabe de origen prerromano, conservada en Portugal y Andalucía y hermana del enigmático daga (con el cual se hallaría en la misma relación que el lat. FALCULA frente al lígur *DACLA > DALLE), me parece muy arriesgado. Aunque es excesivo afirmar que sea inverosímil una voz prerromana con F- en esta parte de la tierra hispánica donde el sorotáptico se caracterizaba precisamente por responder con esta misma consonante a la F- latina procedente, como ocurría aquí, de una aspirada sonora del indoeuropeo. Desde luego sería de esperar en mozárabe conservación de la -K- intervocálica. En conclusión es idea audaz, pero no tanto que quepa descartarla resueltamente. ↩