DALLE ‘guadaña’, ‘cuchilla fijada en la punta de un palo’, tomado del cat. dall o de oc. dalh íd., procedentes de una voz DACŬLUM del latín tardío, de origen desconocido.
1.ª doc.: APal., 424d («Rumex… linaje de arma semejante a la visarma francesa, que llamamos dalle»).
Por otra parte dall y dalla (dalh, dalha) tienen mucha más vitalidad y antigüedad en estos otros idiomas, donde constituyen la denominación normal de la guadaña, dail y daille se hallan en muchos dialectos de la lengua de Oïl (principalmente SO., francoprovenzal y Franco Condado) y daj se extiende hasta el Piamonte. Ninguna de las etimologías propuestas satisface plenamente: galo *DALGIS (sólo fundado en el lit. dalgis ‘guadaña’ y en el irl. dluigim ‘yo hiendo’), propuesto por Gamillscheg (EWFS, s. v.; comp. ZRPh. XL, 517-8; XLII, 86-89), es muy hipotético, aunque le sería favorable el área geográfica del vocablo1, comparable a la de VERNA ‘aliso’. El mismo reproche, aunque en menor grado, se puede hacer al lígur *ƌalklon (y con disimilación DACLU) supuesto por Niedermann como correspondencia del lat. FALCULA, a base de la forma ζάƔκλον ‘hoz’ citada por Tucídides como origen de ZάƔκλƓ, nombre propio de Siracusa (comp. Jud, Rom. XLV, 276; Bertoni, ARom. IV, 428); éste podría mirarse hoy por hoy como el étimo mejor apoyado, por lo menos filológicamente, pero en este caso se agregan pequeñas dificultades fonéticas, y la identificación de los sículos con los lígures tiene algo de arbitrario. Quizá a pesar de todo se deba insistir en el parentesco con el lit. dalgis, pero considerándolo voz de los Urnenfelder (cuya lengua se hallaba muy cerca de la familia báltica) trasmitida o no por los lígures. V. mi artículo de ZCPh. XXV, 1955, 30 ss. = Top. Hesp. II, 204-207 y 241; Ernout-M. s. v. falx; Pok. IEW 247, 12-19; y cf. Terracini, AGI XX, 126 ss. Si dalla ~ dalle procede de una base *DAKLA o *DAGLA podríamos creer además que el viejo tipo romance DAGA procede de una base ieur. paralela, pero sin el -LA, diminutivo derivativo; cf. además la conjetura muy dudosa que expongo en FACA.
El étimo de Schuchardt, *DACULA, diminutivo de *DACA ‘daga’ (Globus LXXX, 207-9; comp. ZRPh. XXXIII, 590-1) se derrumba (a pesar de la defensa de Brüch, ZRPh. XLI, 583-4) una vez que el de DAGA se considera muy improbable. En cuanto a DACTȷLUS ‘dedo’, defendido por Barbier (BDR I, 263-6), presenta toda clase de inverosimilitudes, semánticas (comparación de la guadaña con un índice doblado), fonéticas2 y de toda naturaleza (la comparación con un dedo se haría empleando una palabra griega, no latina).
DERIV.
Para derivados vid. arriba.
1 La forma DACULUM, sólo documentada en un glosario latino, que parece ser del S. VII aproximadamente, se opondría a esta etimología, según M-L., REW3, 2458. Pero en esta época ya -CL- y -LGi- estarían confundidos, y el timbre de las vocales finales en Francia ya se habría oscurecido bastante.― ↩
2 El paso de DACTYLUS a dail quizá sería admisible en francés, a base de una palatalización tardía de la L por una ȳ < C (comp. INDUCTէLIS > andouille), pero difícilmente podía dar este resultado en el dominio occitano y catalán, que es el propio del vocablo; comp. gasc. andìtou, andùtou < INDUCTILIS. Una de dos, si DACTYLUS perdió la postónica en fecha latina debiéramos esperar DACTYLUS > DACTLUS > *DACCLUS, que hubiera conservado intacto el grupo cl en romance; si la perdió tardíamente, sólo podríamos llegar a oc. *daitol o a lo más *dai(t)le. ↩