ESTUFA, ‘aposento herméticamente cerrado y caldeado artificialmente’, ‘lugar cerrado donde se coloca al enfermo que ha de tomar sudores’, ‘hogar encerrado en una caja de metal o porcelana, que se coloca en las habitaciones para calentarlas’, del verbo estufar ‘caldear un aposento cerrado’, y éste probablemente de un verbo del latín vulgar *EXTȢPHARE ‘caldear con vapores’, adaptación del verbo griego Ɔκτύưειν ‘convertir en humo’, ‘avivar el fuego, atizar’, derivado de τǢưος ‘vapor’ (o derivado en romance de *TȢPHUS, procedente de este sustantivo griego); se trata de un vocablo común a varios romances, pero no es probable que en castellano sea autóctono en su forma actual, sino procedente del it. stufa.

1.ª doc.: estuba ‘baño de vapor’, h. 1300, Gr. Conq. de Ultr., p. 525; estufa, APal. («zete son estufas secas: casas escalentadas con fuego», 547d), Nebr. («estufa, baño seco: calidarium», «estufa como baño: thermae»). Cej. VIII, § 133.

En el sentido de ‘aposento calentado artificialmente’ se halla también estufa desde Antonio de Guevara († 1545) y en otros autores posteriores alegados por Autoridades (agréguese Mira de Amescua en Fcha. y los citados por Friederici, Am. Wb., desde 1540); de las dos primeras acs. citadas arriba hay ya ejs. en Aut., la tercera aparece posteriormente en Acad. [1817, no 1783], y parece ya aludida por Terr. La variante estuba, rimando con -b-, está también en G. de Segovia, en 1475 (p. 48). El verbo estufar escasea en castellano: regístralo Covarr. en términos poco claros, y Aut. con la advertencia de que «tiene poco uso», y lo emplea Góngora. La forma estuba está además bien arraigada en catalán y lengua de Oc, aquí documentada desde Daudè de Pradas (h. 1225) allí ya en el S. XIV (‘baño caliente’, en la trad. del Corbatxo, BDLC XVII, 74; en Jacme Marc, a. 1371, «casa de bany; aquell que s’hi calfa»), en ambos idiomas hoy muy viva: ‘retrete calentado con fuego que tienen los pasteleros para secar sus pasteles’ en Mallorca (BDLC VII, 145), ‘bochorno, calor sofocante’ en el Ampurdán, Gerona, Olot y Guillerías, ‘vaho que se aplica a los enfermos, a los toneles, etc.’, en Tortosa y en otras partes (BDLC III, 86; Ag.; tort. astubo(r) ‘bochorno’), ‘estufa para calefacción’ (oído en Santa Coloma de Queralt), etc. Por otra parte, los mismos sentidos o muy semejantes tienen el it. stufa y el fr. étuve, muy antiguos y populares en ambos idiomas.

La -b- catalano-occitana y del castellano antiguo ha de corresponder a una -P- intervocálica originaria, mientras que la -f- italiana supone una base con -F-; el francés podría en rigor corresponder a cualquiera de las dos, pero es más probable, sobre todo por razones geográficas, que proceda de una -P-; esta dualidad fonética puede explicarse por una diferente latinización de la -PH- griega, que en ambas formas suele pasar al latín vulgar. En castellano sería extraña la conservación de la -F- intervocálica, que se sonoriza en este idioma, y aun si en este caso alguna razón especial hubiese impedido el paso a sonora deberíamos entonces esperar que se convirtiera en aspiración; esto, unido a la mayor antigüedad de estuba en castellano, a la distribución geográfica de las dos variantes dentro de la Romania y a la mayor popularidad del vocablo en Italia, induce a creer que estufa es forma traída de Italia, aunque las relaciones con este país fuesen todavía poco activas en el S. XV; pero en términos de civilización no hay que extrañar la aparición de algún italianismo ya a fines del S. XV.

Ha sido tema de larga discusión la relación existente entre las formas romances y la familia germánica del alem. stube, ingl. stove, escand. ant. stofa o stufa, de significado idéntico, documentada en Inglaterra y en la Alta Alemania desde el S. VIII, y trasmitida desde muy antiguo por el germánico al finés, al lituano y al eslavo (izbá ‘casa calentada’). Primero se creyó que también en romance el vocablo era germanismo, pero ya en 1900 Schuchardt (Zeitschr. f. deutsche Wortfg. I, 66) indicó que en romance había de ser autóctono, pues aquí vivía junto a su primitivo TUFO, venec. tufo ‘vapor, vaho’, Luca tufa ‘bochorno’, etc.; en el mismo sentido se pronunciaron después varios lingüistas, y M-L. (Prager Deutsche Studien VIII, 1908, 78-9; REW, 3108) acaba concluyendo que la semejanza entre el germ. stuba y las formas romances es puramente casual, pues en ambas familias lingüísticas se explica etimológicamente, y no hay posibilidad de enlazar fonéticamente el pormenor de las formas. No sería éste el primer caso de tales coincidencias; sin embargo, inspira desconfianza la triple división a que llega así este lingüista: *EXTUFARE, *EXTUPARE y germ. STUBA; es más verosímil a priori que, puesto que dos de estos tipos llegan a resultados iguales, los tres orígenes deban reducirse a dos. Bloch admite que el oc.-cat. estuba viene del tipo estufa alterado por influjo del germánico, mientras que el fr. étuve saldría de estufa; pero extraño sería que la alteración germanizante se produjera en el Sur y no en el Norte: el dialecto germánico en cuestión sólo podría ser entonces el gótico; ahora bien, el gót. *STUBA pasando al romance sólo hubiera podido dar *estuva con v. Mucho más natural es la solución a que se inclinan Jud (BDR III, 6n.), Gamillscheg (R. G. I, 21), el dicc. de Kluge (ed. 1934) y otros, que manteniendo el doble tipo romance con -F- y -P-, consideran de origen romance el vocablo germánico, tomado cuando ya la -P- latina se hallaba en la fase -b-: la relación de stuba con el verbo stiuban ‘sacudir’, aunque esta operación pudiera practicarse durante el baño, es más verosímil sea fruto de una etimología popular que punto de partida de la etimología auténtica, y este influjo de stiuban (del cual stŭba pareció a los germanos variante apofónica) es el que explica la otra dificultad que hallaba M-L. para derivar la voz germánica del romance, a saber, la diferente cantidad de la vocal radical; aunque adoptada por los germanos, que tanto la necesitaban en sus climas, la estufa fué invención romana, que nos consta todavía no conocían los pueblos del Norte en tiempo de Tácito (vid. Kluge). V. además el artículo de Wartburg, en Word X, 1954, 290-305, que ya no he podido tomar en cuenta.

DERIV.

Estufar (V. arriba). Estufilla. Estufista o estufero1. Para otro derivado de este vocablo, vid. ESTOFAR.

1 El murc. estufido ‘bufido’ no tiene que ver con estufa, sino con el cat. estufar-se ‘hincharse de orgullo’, alterado por influjo del cast. bufido; para M-L., estufar-se vendría de TUFO y su fammilia, pero quizá se trate más bien de *TȢFUS variante de TOFUS, de donde tou ‘hueco’.