ESTERO, del lat. AESTUARIUMterreno costeño anegadizo, que se inunda en la pleamar’, ‘laguna, marisma, piscina junto al mar’, ‘desembocadura de un gran río’, derivado de AESTUS, -ȢS, ‘agitación del mar, oleaje’.

1.ª doc.: APal., «estero, acogida de barcas y morada de algund solitario», 471b; «estero de mar: aestuarium», Nebr.; 1513, Woodbr.

Oudin define estero como «le soupirail d’une cave», ac. que en latín conocen Plinio y Vitruvio, y estero de mar como «bras de mer, enflement de la mer, la rade ou rivage où la mer flotte et se debat». Aut. dice que es lo mismo que albufera, y éste lo define «laguna... que se origina de las crecientes del mar u de los ríos, que se difunden y derraman en tierras baxas y profundas, como es la de Valéncia, que viene del mar, y las que en la Mancha forma el río Guadiana en su nacimiento»; agrega cita de Bartolomé Argensola (1609) «puso su navío en un estero que forma el río» y otra de Góngora «liberalmente de los pescadores / al deseo el estero corresponde»; Francisco Gaspar de Carvajal (1542) en su Descubrimiento del Río de las Amazonas habla de un pueblo «que estaba metido en un estero, donde se remataba una sabana o vega de más de dos leguas por la banda del río», ed. J. T. Medina, 1894, p. 67: parece tratarse de una población palustre. La Ac. en 1843 definía «caño o brazo que sale de un río y que participa de las crecientes y menguantes del mar, con lo que a veces es navegable», y hoy mantiene una definición semejante, siempre referente a la costa marítima.

En las tierras de América el vocablo tuvo y conserva vida más lozana, y a menudo se refiere a parajes del Interior continental, de acuerdo con una tendencia semántica que he estudiado en detalle (AILC I, 25); del artículo de Friederici, Am. Wb., 246-7, pongo de relieve los testimonios siguientes: ‘laguna que forman en su desembocadura los afluentes de un gran río’, con referencia a Tierra Firme, Simón (1626); ‘laguna que forma un arroyo en su desembocadura al mar’, Portolá (California, 1770); ‘canal que une dos ríos’, Humboldt (Voyage aux Régions Équinoxiales, h. 1800); ‘marisma en un valle’, Belt (Nicaragua, 1874); ‘laguna alargada en forma de canal’, ‘antiguo brazo de río o meandro desecado’, Termer (Guatemala y Tabasco, 1942). Agréguese, en Venezuela, «sitio hondo en el cual van deteniéndose las aguas» (Picón Febres); en la Colombia amazónica «terreno bajo y lagunoso» (Rivera, Glosario de Vorágine, ej. en p. 77, ed. Losada); en Entre Ríos (Arg.) ‘laguna llena de vegetación acuática’ (E. Acevedo Díaz h., Bol. Bibliogr. Arg., 1941, p. XXIX); en el Chaco, ‘laguna formada por un río en las llanuras de suelo arcilloso’ (íd., p. XXX); ‘riachuelo de márgenes inundadas’ en San Juan (Arg.), ‘remanso de un río’ en el Sur de Chile (Guía del Veraneante, 1942, p. 244); ‘arroyo, riachuelo, torrente de alta montaña’ en los Andes chilenos (Ortúzar; centenares de ejs. en la Carta chilena de Estado Mayor al 1:100.000). Con acs. semejantes a las españolas aparece esteiro en portugués; en la Gascuña marítima, estèy es «chenal, petit cours d’eau» (Palay, Mistral), fr. occid. étier «chenal allant de la mer à un marais», «chenal de moulin» (Bloch).

Como el vocablo presente no parece haberse conservado en otras partes, resulta ser término exclusivo de lo que podríamos llamar el romance oceánico1. Para otro descendiente del mismo vocablo latino y otras precisiones semánticas y fonéticas, vid. ESTELA.

DERIV.

Esteral arg. ‘estero en su ac. argentina’. Estuario [1708, Tosca], duplicado culto de estero; estuación, tomado del lat. aestuatio,-ōnis, íd. Estiaje [Acad. 1884, no 1843] ‘caudal mínimo que en ciertas épocas del año tienen las aguas de río, estero o laguna’, del fr. étiage [1783], derivado del fr. occid. étier ‘estero’, estudiado arriba; como el estiaje suele alcanzarse durante el verano, han supuesto algunos que el vocablo sea derivado de estío, pero además de que ésta es palabra poco popular en español, y el sufijo -aje es poco castizo en este idioma, las primeras documentaciones del vocablo corresponden al territorio lingüístico francés, en el cual no se ha conservado el lat. AESTIVUS (> estío). Dámaso Alonso en su artículo de la NRFH VII, 157-64, ha visto también que estiaje es galicismo y debe separarse del port. estiar ‘serenar el tiempo’, ‘cesar de llover’; a esta opinión se adhiere M. L. Wagner en ZRPh. LXIX, 391, rectificando la identificación que había admitido en las pp. 364-5 entre estas dos familias, de las cuales la segunda ha de proceder de EXTENUARE ‘hacerse menos densas (la lluvia y las nubes)’, en vista de la forma estenar de Laciana, Astorga y Oeste asturiano; comp. TENUE.

1 Alguna huella suelta parece hallarse, sin embargo, en la toponimia pirenaica catalana: Estalavedra (AESTUARIA VETERA), valle con lagunas en la alta Vall Ferrera; Engolasters, aldea a orillas de un lago en Andorra (<¿gola d’esters?).