CURA, ‘cuidado’ ant., ‘asistencia que se da a un enfermo’, del lat. CȢRA ‘cuidado, solicitud’; al ‘párroco’ se aplicó esta denominación por tener a su cargo la cura de almas o cuidado espiritual de sus feligreses.

1.ª doc.: ‘cuidado’, Berceo; ‘párroco’, J. Ruiz, 1158c; en ley de Juan I (1358-90), N. Recopil., I, xii, 8.

En J. Ruiz, 386a, se aplica al párroco la frase entera cura de almas, en 1155b se le llama clérigo cura. Primero se diría la cura o la cura de almas, aplicándolo a la persona encargada de la misma (como se decía la guardia, la centinela), y después se haría masculino. Hoy vulgarmente se ha hecho sinónimo de clérigo, de donde la frase propiamente pleonástica cura párroco (Amunátegui, BRAE XIV, 431, 520).

DERIV.

Curar [curiar, Cid; curar es normal desde el S. XIV]1, del lat. CȢRAREcuidar’, ac. que se conserva en castellano hasta muy tarde (todavía no curé de lo saber en el Lazarillo, 1554), comp. Cuervo, Dicc. II, 699-703; es dudoso el origen de la i de la variante antigua: es imposible admitir con Cornu (Rom. X, 77-9) un desdoblamiento fonético kurar > kuürar > kuirar > kuriar, y no es probable que esté tomado del fr. orient. curier (Spitzer, ASNSL CXXXV, 420-1; comp. reseña anónima en RFE VII, 400); lo más probable, como sugiere Baist, KJRPh. IV, i, 311, es que se deba a influjo del lat. INCURIA, quizá ayudado por CURIOSUS; el punto de partida se halla, a mi parecer, en la forma curia ‘cuidado’, que leemos en doc. de Sigüenza, año 1239 (M. P., D. L. 255. 28) y en Sta. M. Egipc., v. 89 (rimando con luxuria), extraída secundariamente de INCURIA, por vía semiculta. Curable. Curación. Curado; curadillo [1605, Quijote; 1620, continuación del Lazarillo, p. 113] ‘bacalao’, porque se ponía a curar o secar. Curador; curaduría. Curalle ‘pelotilla hecha de plumas o de lienzo usado que los cazadores dan a sus halcones para que limpien el papo’ [Covarr.], tomado del fr. ant. y dial. curaille ‘residuos’, ‘mondaduras’, ‘basura, escombros’ (FEW II, 1560a, 1r. párrafo; 1561a), derivado de curer ‘mondar, limpiar’; de la correspondiente forma catalana escurar íd. viene el cast. escurar ‘limpiar el paño acabado de fabricar’ [1558, ley de la N. Recopil.] y su derivado palentino escureta. Curesca [Acad. ya 1843] ‘borra inútil que se queda en los palmares después de cardado el paño’ (?). Curandero. Curatela, tomado del lat. curatēla íd. Curativo. Curato, también curazgo ant. Curioso [APal. 474d], tomado del lat. curiosus ‘cuidadoso, minucioso’, ‘ávido de saber, curioso’ (Santillana y Villena emplearon la forma acatalanada curoso: Cuervo, Dicc. II, 703-4; ast. acuriosar ‘asear, componer con pulidez’ (V); curiosidad, curiosear. Descura ant., ‘descuido’. Incurable [1515, BHisp. LVIII, 358; 2.ª mitad S. XVI, Fr. L. de Granada]. Incuria [S. XVII, Moret], tomado del lat. incūrĭa íd.; incurioso. Procurar [Berceo; Nebr.], tomado de procurare íd.; procura [Aut., como esp. aragonés; en procuras de loc. adv. vulgar arg., M. Fierro II, 1679]; procuración [-azón, J. Ruiz; -ación, Nebr.]; procurador [Nebr.], -a, procuraduría; procurante. Port. y gall. procurar ‘buscar’; gall. procuro ‘busca’ («pasa correndo en procuro dunha parteira», Castelao 149.23, 257.5f.) o procura («en procura de traballo», percura, Castelao 144.12, 129.31). Recurar [Aut.]; recura [íd.] Sobrecurar. Seguro [1206, Oelschl.; Berceo, etc.], del lat. SECȢRUStranquilo, sin cuidado’, ‘sin peligro’ (formado con CȢRA y SE-, prefijo privativo), conservado en todos los romances de Occidente y de uso general en todas las épocas; la ac. etimológica evoluciona en los clásicos en el sentido de ‘descuidado, ajeno de pensar algo’2; la variante vulgar moderna siguro está bastante extendida (ejs. argentinos en M. Fierro I, 504; II, 508; Montagne, Cuentos Cuyanos, 125; etc.; y ya se lee uno, no sé si auténtico, en el Alfarache de Martí, p. 374, y asigurar en Sta. Teresa. Seguridad [-t, Berceo]; antes seguranza [-ancia, Alex. 380], hoy todavía en salm., y seguranza y aseguranza en ast. (V). Asegurar [algún ej. desde med. S. XIII, y predomina decididamente en el XIV], antes segurar [general en Berceo, Mil. 816b, etc., y muy preponderante en el S. XIII, aunque ya se leen ambas formas en Calila: Cuervo, Dicc. I, 675-82; todavía Rim. de Palacio 1182 y registrado por Nebr.]3; (a)seguramiento; (a)segurador; seguro m. [h. 1570, Ercilla, Aut.; ac. comercial, Aut.].

CPT.

Sinecura [Acad. S. XIX], del lat. sine cura ‘sin cuidados’.

1 Hay ya un ej. de curar en Berceo, Mil., 73, pero es sospechoso, en este pasaje donde no poseemos el ms. A, frente a los numerosos ejs. de curiar en el mismo autor. Otro en Alex. O, 430d, está contradicho por curiar en P, y por ambos manuscritos en 333a. Otro en Calila, ed. Allen, 70.326, quizá sea auténtico. Pero en todo el S. XIII curiar es lo general. Hay se emplea todavía con el valor de ‘cuidar’ en ast. (V).―

2 «Esta mañana amaneció Felino / bien seguro de hacer este camino», Lope, Porfiando vence el Amor, Rivad. XLI, 241c: ‘bien lejos de pensar que lo haría’; «mirad, labradora hermosa, / que puede ser tu ventura / tan grande, que estés segura / de ser de nadie enbidiosa», Lope, Corona Merecida, v. 395; «pues a ti / nunca te ha visto, seguro / habla de ser conocido, / mientras yo callo, escondido / en manto de sombra oscuro», Rz. de Alarcón, Las Paredes Oyen, Cl. C., 185; «seguro puedes estar, Cipión, de que más murmure, porque así lo tengo prosupuesto», Coloquio de los Perros, Cl. C., p. 248. Más en Quijote, I, xxvii, Cl. C. III, 24 (y nota); Lope, Corona Merecida, v. 1021, etc.; seguro que ‘sin peligro de que’ G. de Alfarache, ej. citado s. v. TEMA. Nebr.: «segura cosa, descuidada: securus; seguro de peligro: tutus». Modernamente esta ac. se ha perdido, y seguro ha quedado prácticamente reducido a la ac. del lat. tutus, de suerte que en aquellos ejs. nos produce el efecto de estar sobreentendido un no, como lo dice Bello en su Gram., ed. 1936, § 1141. Algunos clasicistas siguen empleando seguro con este valor, pero sólo en la locución seguro está que (ej. de Iriarte en Bello; otros en Cuervo, Ap.7, pp. 98, 389).―

3 En la locución yo seguro que ‘os aseguro, estoy seguro de que’, frecuente en los clásicos («las albricias... si vos no llegáredes, señor D. Antonio, yo las pidiera; pero pedidlas vos, que yo seguro que os las den de muy buena gana», La Señora Cornelia, ed. Hz. Ureña, p. 185; otros reunidos por J. E. Gillet, RFE XII, 64-66; XIII, 62-65; y M. Goyri de Mz. Pidal, RFE XII, 178-9) ve D.ª M. Goyri una supervivencia del antiguo verbo segurar, de lo cual duda Gillet.