Palabra mal documentada. En Acad. 1783-1884
cotofre figura como «vaso para beber»; después desaparece del diccionario y hoy vuelve a figurar, con esta definición
cotrofe, y la otra variante con el significado de «medida de líquidos que hacía aproximadamente medio litro». Cuveiro da la primera de estas variantes como gallega reproduciendo la antigua definición de la Acad., pero como no figura en Vall., es muy dudoso que sea realmente palabra gallega. Es verdad que en varios puntos de Tras os Montes se emplea
cotrofe m. (Lagoaça:
RL V, 41),
catrofe (cita en Fig.) o
catrofa f. (Mogadouro:
RL V, 37) en el sentido de ‘nuca, parte posterior de la cabeza’, y que dada la frecuencia con que las denominaciones del cogote proceden de la idea de ‘cavidad’, este vocablo podría venir de
cotrofe ‘vasija’, como
colodrillo viene de
COLODRA (véase); de todos modos es inseguro, comp. oc. ant.
cota, prov.
cotet ‘nuca’ (
FEW II, 1259
a). En todo caso, como indicó Jud (
Rom. LI, 604), hay parentesco con oc. ant.
cotofle1 ―del cual cita Raynouard un ej. en Guilhem de Tudela (S. XIII) y otro en el texto latino de los Estatutos de Marsella, definiéndolos ‘botella’ (podría tratarse también de otra vasija para vino)― y con toda una familia de voces meridionales de Italia, que Rohlfs explicaba por un cruce entre el gr.
χύτρα y el it. merid.
truf(
f)
a ‘vasija de loza’ (
EWUG, 2225); posteriormente, en su diccionario etimológico citado (n.° 2473), el propio Rohlfs volvió a reunir los miembros de esta familia (sic.
kutrúfu ‘vaso de vidrio, garrafa’, napol. ant.
cutrufo ‘ampolla’, Umbría
kotrufo ‘vasija de barro’, Bari
kཙtráufཙ «coppo, orciolo»,
cutrufarus en 1202, griego otrantino
kutrubbi,
-upi, n., salentino
kutrúbbu ‘jarrito para aceite’, y quizá calabr. sept.
kutrúmmulu,
kutrúni), agregando el alem.
kuttruf ‘vaso de beber’, a. alem. med.
kuterolf,
kottrolf,
goterolf ‘vaso estrecho y largo’, e indicando que es dudoso que todo esto tenga algo que ver con
χύτρα. Sin embargo, el origen es claro: se trata del lat.
chytropus ‘olla de barro con pies’, documentado en la Vulgata, y procedente de la voz griega bien conocida
χυτρóπους íd., que es un compuesto de
χύτρα. Según ocurrió muchas veces con los helenismos del latín decadente, se sustituyó aquí una
π griega por
ph latina, como ultracorrección de la pronunciación vulgar inversa (comp.
GOLFO,
AZUFRE). La
-e española parece indicar un intermediario occitano, a no ser que deba partirse de un diminutivo bajo griego
χυτρóπι, como el que hoy vive en el griego de Ótranto. Quizá se trate, al menos en España, Provenza y Alemania, de un semicultismo extendido como nombre de una vasija litúrgica.