COTOFRE, ‘vasija’, ‘medida de capacidad para líquidos’, ant., de cotrofe, íd., también antiguo, y éste del lat. tardío chytrŏpus, -ŏpŏdis, ‘olla provista de pies o trébedes’, que a su vez proviene del gr. χυτρóπους, -óποƌος, íd., compuesto de χύτρα ‘vasija de loza’, ‘olla’ y πούς ‘pie’; el vocablo pudo llegar al castellano por conducto del occitano antiguo, donde se halla cotofle ‘botella o vasija’.

1.ª doc.: cotofre, Acad. ya 1783, como antiguo; cotrofe, en el leonés Enrique Gil (1815-46), citado por Pagés («especie de vaso cilíndrico conocido con el nombre de cotrofe»), y en Rosal, 1601 (Gili) ‘vaso de vino’.

Palabra mal documentada. En Acad. 1783-1884 cotofre figura como «vaso para beber»; después desaparece del diccionario y hoy vuelve a figurar, con esta definición cotrofe, y la otra variante con el significado de «medida de líquidos que hacía aproximadamente medio litro». Cuveiro da la primera de estas variantes como gallega reproduciendo la antigua definición de la Acad., pero como no figura en Vall., es muy dudoso que sea realmente palabra gallega. Es verdad que en varios puntos de Tras os Montes se emplea cotrofe m. (Lagoaça: RL V, 41), catrofe (cita en Fig.) o catrofa f. (Mogadouro: RL V, 37) en el sentido de ‘nuca, parte posterior de la cabeza’, y que dada la frecuencia con que las denominaciones del cogote proceden de la idea de ‘cavidad’, este vocablo podría venir de cotrofe ‘vasija’, como colodrillo viene de COLODRA (véase); de todos modos es inseguro, comp. oc. ant. cota, prov. cotet ‘nuca’ (FEW II, 1259a). En todo caso, como indicó Jud (Rom. LI, 604), hay parentesco con oc. ant. cotofle1 ―del cual cita Raynouard un ej. en Guilhem de Tudela (S. XIII) y otro en el texto latino de los Estatutos de Marsella, definiéndolos ‘botella’ (podría tratarse también de otra vasija para vino)― y con toda una familia de voces meridionales de Italia, que Rohlfs explicaba por un cruce entre el gr. χύτρα y el it. merid. truf(f)a ‘vasija de loza’ (EWUG, 2225); posteriormente, en su diccionario etimológico citado (n.° 2473), el propio Rohlfs volvió a reunir los miembros de esta familia (sic. kutrúfu ‘vaso de vidrio, garrafa’, napol. ant. cutrufo ‘ampolla’, Umbría kotrufo ‘vasija de barro’, Bari ktráuf «coppo, orciolo», cutrufarus en 1202, griego otrantino kutrubbi, -upi, n., salentino kutrúbbu ‘jarrito para aceite’, y quizá calabr. sept. kutrúmmulu, kutrúni), agregando el alem. kuttruf ‘vaso de beber’, a. alem. med. kuterolf, kottrolf, goterolf ‘vaso estrecho y largo’, e indicando que es dudoso que todo esto tenga algo que ver con χύτρα. Sin embargo, el origen es claro: se trata del lat. chytropus ‘olla de barro con pies’, documentado en la Vulgata, y procedente de la voz griega bien conocida χυτρóπους íd., que es un compuesto de χύτρα. Según ocurrió muchas veces con los helenismos del latín decadente, se sustituyó aquí una π griega por ph latina, como ultracorrección de la pronunciación vulgar inversa (comp. GOLFO, AZUFRE). La -e española parece indicar un intermediario occitano, a no ser que deba partirse de un diminutivo bajo griego χυτρóπι, como el que hoy vive en el griego de Ótranto. Quizá se trate, al menos en España, Provenza y Alemania, de un semicultismo extendido como nombre de una vasija litúrgica.

DERIV.

Cotroferas en Rosal ‘buenos comedores y bebedores’.

1 Del oc. ant. cotofle viene el prov. mod. gadoufle, goudoufle «flacon garni de paille dans lequel on rapporte ordinairement d’Italie l’eau de fleur d’orange», que pasó al francés de Rabelais: «une petite guedoufle pleine de vieille huile» (Pantagruel, cap, 16, p. 87), «Quaresme-prenant a... les couilles comme une guedoufle» (IV, cap. 31, p. 124; Sainéan, La L. de Rab. II, 191, 199).