CORTE, f., ‘corral, establo, aprisco’, ‘acompañamiento o séquito, especialmente el del Rey’, pl. ‘cuerpo consultivo-legislativo de los reinos medievales’, ‘Cámara legislativa de los estados modernos’, del lat. vg. CĶRS, CĶRTIS, lat. COH֊RS, -֊RTIS, ‘recinto, corral’, ‘división de un campamento, o de la legión que allí acampaba’, ‘grupo de personas’, ‘séquito de los magistrados provinciales’, derivado de H֊RTUSrecinto’, ‘huerto’.

1.ª doc.: cort, Cid; corte, doc. de 1206 (Oelschl.).

La ac. ‘corral, establo’, menos viva en castellano que en otros romances, está documentada, sin embargo, por Covarr. («los muchachos de la escuela piden licencia a su Maestro para ir a la corte: conviene a saber al corral a hacer sus necesidades»), y hoy es catalana, asturiana («piso bajo de las casas de ganado, donde éste se alberga», Acad. 1884, no 1843) y gallega1; en la época primitiva está representada con frecuencia por la forma curte del bajo latín (ejs. de 986 a 1098 en M. P., Oríg., 176): esta forma con u se debe a una ultracorrección puramente gráfica, sin relación con el rum. curte, que viene del griego (REW, 2032). El duplicado culto cohorte, se halla desde desde 1545 (P. Mejía) aplicado a las del ejército romano, aunque después ha tomado también el matiz de ‘conjunto, serie’.

DERIV.

Cortejar [Oudin, 1607-16; Coloma, 1625], fonéticamente es claro que ha de proceder de otro romance, pero cabe dudar entre el cat. cortejar [S. XIII, Set Savis, n. 2951, y otros textos medievales citados por Ag.] y el it. corteggiare [Velluti, † 1370; Ariosto, † 1533], sin embargo, la fecha de la aparición en cast., el caso claro de cortejo, y aun la general verosimilitud semántica ―comp. cortesano― indican el último2; cortejo ‘agasajo’, ‘séquito’ [h. 1640, Aut.], del it. corteggio, derivado del anterior (un cat. corteig apenas existe); del italiano procede también el fr. cortège [1622]; cortejador, cortejante. Cortés3 [Berceo], formación común a todos los romances de Occidente, aplicada a las maneras que se adquieren en la corte; cortesía [Berceo]; descortés [Nebr.], descortesía [íd.]. Cortesano [APal., 102b]4, tomado del it. cortigiano, -egiano5, por conducto de oc. ant. cortesan [1350], y quizá cat. cortesà [1460-70: Tirante, I]: el sufijo -igiano es típico de la lengua italiana, donde nació como doble formación sufijal por ampliación del sufijo -ese (como perpetu-ale, napolit-ano), y donde es sumamente frecuente (partigiano, borghigiano, pianigiano, valligiano, etc., y muchos gentilicios como parmigiano, marchigiano, astigiano); el fr. courtisan [1472; courtisien, princ. S. XIV: FEW II, 851b] muestra aún más claramente su procedencia, y la lengua de Oc actuó de intermediaria para los romances occidentales, gracias a la permanencia de la corte papal en Aviñón en el S. XIV (comp. lo dicho a propósito de artesano y campesino, y vid. Flechia, AGI II, 12-17; M-L., It. Gramm., § 4896); cortesanía [APal.: «iocus es dulce burla y cortesanía y palabras de riso»].

Cortijo [cortigium, en bajo latín, en un doc. de San Fernando, a. 1224: Du C.; mozár. qurtîǤo en una escritura toledana, SS. XI-XIII, y en una granadina posterior: Simonet, p. 138, 626; la 1.ª Crón. Gral. emplea cortijo para ‘corral de carretas y zarzos para las tropas’, Al-And. X, 123; cortijo está también en la ley de 1490 de la N. Recop. VII, vii, 13], palabra empleada casi exclusivamente, y ya desde antiguo, en Andalucía [Aut.]7, y pasó al árabe granadino («cortíx: toril para ganado vacuno» PAlc.); emparentado con el port. cortelho ‘corral’, ‘pocilga’, gall. cortello ‘pocilga’ («un cortello inmundo» Castelao 145.11), también port. cortelha (Fig.), salm. corteja ‘pocilga’ (Lamano): esta forma femenina parece ser la primitiva y se tratará del lat. COHORTICŬLA, que en un contemporáneo de Cicerón tiene el significado de ‘cohorte pequeña’, pero que en un papiro de 625, de origen italiano según creo, designa una localidad («duo hospitia intra se cum curticula»: ThLL)8; cortijada, cortijero. Cortina ‘tierra pequeña, cercada’ (1118, BHisp. LVIII, 358; Acad. 1884, no 1843), salm., cespedos. (RFE XV, 269), ‘portal de fuera’, mozár. (PAlc.), comp. gall. cortiña ‘tierra cercada, para el cultivo de legumbres y cereales’ y curtiña ‘pequeña huerta cerrada’ (Lugrís), gall. ant. cortynna lo mismo o ‘quinta de placer’ en Ctgs. 105.11 y CEsc. 387.19, trasm., minhoto cortinha «campo junto da povoaçƟo», «terra de semeadura, cercada de parede» (Leite de V., RL III, 74; Viterbo), La Cortina en la toponimia catalana, occitana (Sabarthes, Dict. Top. de l’Aude; Amé, Id. du Cantal), friulana e italiana (Prati, RLiR XII, 69-70), retorrom. curtin ‘prado cercado junto a la casa’ (Schorta, VRom. VI, 37); cortinal ‘pedazo de tierra cercada, cercano al Lugar’ (Covarr., como voz de Castilla la Vieja).

1 «Érguese o pano e aparece unha corte aldeán», Castelao 162.16, 279.18.―

2 En castellano antiguo había existido la forma genuina cortear, empleada en el Alex., 669, y todavía en el Glos. de Toledo, corteyar en Sta. M. Egipc., v. 160. El it. antic. corteare, e it. corteo ‘cortejo de un bautizo o unas bodas’ no proceden de este vocablo castellano, sino de una forma dialectal italiana.―

3 Para el femenino cortesa, que se halla en los dos primeros de estos textos, en Alex., y hoy en aragonés y asturiano, vid. Pietsch, MLN XXV, 209.―

4 «Lepos, que quiere dezir... cortesano fablar y donoso razonamiento en las burlas», «currosus es donoso, fablador, cortesano».―

5 En bajo latín de Italia cortis(i)anus aparece desde 774 (Du C.).―

6 Muy insatisfactorio es el tratamiento que da a cortesano Terlingen, 347-8. Según él, en el sentido de ‘miembro de la corte’ el vocablo sería genuino en castellano, pero la ac. ‘discreto, avisado, urbano’ sería italianismo y no aparecería hasta Boscán y Garcilaso. Como se ve por APal. y por el propio Nebr. («cortesano... civilis...»), ambas acs. son igualmente antiguas; también está en La Cárcel de Amor, publ. en 1492 [Oríg. de la Novela II, 5b, 6a] en el sentido de ‘miembro de la corte’, aunque naturalmente envolviendo también el matiz de urbanidad y buena educación. Claro está que en el S. XVI el vocablo recibiría nueva influencia italiana gracias a la traducción de la obra famosa de Baltasar de Castiglione, comp. M. P., El Lenguaje del Siglo XVI; pero la primera entrada del vocablo no parece ser debida a influjo italiano directo, sino a trasmisión occitana. También es italianismo cortesana en el sentido de ‘mujer pública’, que nació en Italia como eufemismo (< ‘mujer que vive en la corte’), vid. FEW II, 852b; para dama cortesana íd., vid. Aut. y Fcha.―

7 «Tiene desde allí Lisboa, / en distancia muy pequeña, / mil y ciento y treinta quintas, / que en nuestra provincia Bética / llaman cortijos, y todas / con sus huertos y alamedas» (Tirso, Burlador I, 788). Pero cortijo, con otro significado se emplea también en la Sierra de Francia (Lamano).―

8 El femenino *cortija, de donde se sacaría cortijo, podría venir también de COHORTզLIA, plural del tipo latino vulgar COHORTզLE, para el cual vid. FEW, s. v.; comp. el origen de pocilga (s. v. PUERCO); pero la forma portuguesa cortelha, -elho, si no es secundaria, indica más bien un diminutivo en -ICULA, con el vocalismo vacilante (զ o է) que es propio de este sufijo. Por lo demás, է puede dar i en mozárabe (V. mi artículo sobre guisante, en RPhCal. I). Du C. cita también ejs. de cortilium y cortilio en bajo latín galicano y aun otros, tardíos, de curticulum; Simonet cita un curtilium de 1064 en Cataluña. Nótese que la -j- indica más bien una palabra nacida en Castilla la Nueva (comp. la escritura toledana) que en Andalucía, en cuyo mozárabe esperaríamos -ll-; de allí pudo propagarse al Sur. Del castellano, más bien que del fr. ant. courtil (como dicen M-L. y Rohlfs), saldrá el sic. curtigghiu, calabr. curtigliu, -igghiu «atrio, cortile». Será también castellanismo el ast. cortixu ‘edificio pequeño y mal acondicionado’ (V). No puedo precisar la fuente del cast. cortil ‘corral’, que la Acad. recoge ya en 1884 (no 1843).