COLLA, ‘conjunto de nasas colocadas en fila’, ‘un par de perros atraillados’, ‘última estopa que se embute entre dos tablones en contacto, que se calafatean’, del cat. colla ‘cuadrilla’, ‘grupo’, ‘pareja’, ‘cuña que se coloca entre dos piezas para reforzar su unión’, derivado del verbo collar ‘uncir’, ‘atornillar’, de origen incierto, probablemente derivado de coll ‘cuello’.

1.ª doc.: falta aún Acad. 1899.

Las voces catalanas collar y colla pertenecen a una familia de vocablos, común con la lengua de Oc y el italiano, y ya atestiguada en la Edad Media, en sus acs. náuticas y otras, cuyo origen estudiaré detenidamente en el DECat. V., mientras tanto, Vidos, Parole Marin., 324-9; Moll, en Dicc. Alcover, s. v. collar 3; REW, 2039 y 20411, comp. 2051. Como el vocablo tiene o abierta en todas partes (a la cual correspondería ue en castellano), no hay duda de que la voz española procede del catalán, que es el único de aquellos tres idiomas donde la líquida es palatal ( = cast. ll); por lo demás en catalán se hallan documentadas, además del sentido genérico, las aplicaciones particulares que tiene el vocablo castellano (Alcover, 1, 4, 5). Es superfluo discutir esta cuestión de fonética catalana con un fonetista del fuste del Sr. García de Diego (GdDD 1874): lo que nos da como argumentos son una serie de tautologías enteramente vacuas. Por lo demás, no hay tal cat. literario «escobre peñasco», sino arag. de Litera escobre ‘escoplo’ (Coll A.), que naturalmente es SCALPRUM y no SCOPULUM. Puede desecharse desde luego la etimología lat. CĶPŬLAunión’, propuesta por Montoliu, BDC I, 37-42, aceptada por M-L. (REW 2209) y García de Diego (Contr., p. 53), y con la cual transige todavía Moll, aunque ya entreviendo el origen del verbo collar: esta falsa etimología es incompatible con la existencia del vocablo en lengua de Oc (Pézénas y Rouergue colo, Aveyron couólo, Toulouse colho, «troupe, bande, groupe, compagnie»2: Mâzuc, Peyrot, Vayssier, Visner) y en italiano, y con el tratamiento de la Ķ y del grupo -PL- en los tres idiomas3.

La locución náutica estar a la colla significó primeramente ‘tener las velas plegadas, pero a punto de maniobrar para zarpar’ (vid. Diz. di Marina): está documentada en catalán desde el S. XIV, y de aquí pasó al castellano [1504, Woodbr.], donde figura en el P. Ribadeneira (1583), en un pasaje referente al puerto de Barcelona. La ac. de colla ‘bocanada o golpe de viento blando y favorable para la partida de los navios’, que Aut. atribuye a Sobrino (1705) y quiere aplicar al pasaje de Ribadeneira, es dudosa: quizá se trate de una mezcla hecha por Aut. entre la ac. ‘golpe de viento’, ‘huracán’, que cole, cola, tiene en Rabelais y en autores italianos, y el sentido del vocablo en Ribadeneira4. A su vez puede estar en relación con el término rabelesiano el cast. mod. colla ‘cambio de viento al tercer cuadrante (entre Sur y Oeste), que suele producirse en los meses de junio y julio, con alternativas varias de chubascos y recalmones, y que suele anunciar la entrada de los baguios y huracanes’5 vocablo propio de Filipinas.

DERIV.

Collada ‘duración larga de un mismo viento’ (falta aún Acad. 1899). Collera ‘par, pareja (de animales, etc.)’, and., arg., chil. (Toro, RH XLIX, 395; A. Venceslada). Encolla ‘grupo de dos o más caballerías atadas la una al cuello de la otra’, encollar ‘formar una o más encollas’, ambos en la Litera (Coll A.); acollar ‘uncir (un caballo a otro)’, arg. (Villador, Mundo Argentino, 3-V-1940): estas palabras, que bien parecen ser derivado castellanos de cuello, y no obstante se relacionan evidentemente con el cat. colla ‘pareja de animales’, collar ‘uncir’, pueden citarse en apoyo de esta etimología, que anoté en una ficha de 1926 y que después he visto sostenida por Fouché (RH LXXVII, 109-110); sin embargo, deberá tenerse en cuenta la extrema complejidad semántica de colla y su familia en los varios romances6.

1 La variante griega dialectal a que se refiere M-L. (χολĘν por χαλĘν) se emplea hoy en Sesbos. La idea es dudosa.―

2 Esto parece indicar que entre la ac. ‘pareja’ de las Baleares y la de ‘cuadrilla, grupo’, propia de Cataluña y Valencia, esta última es la primitiva. La forma de la líquida corresponde en todas partes a -LL- y no a -PL-.―

3 La premisa de que -PL- puede dar -ll- en catalán está en contradicción con todo el sistema fonético de este idioma, y se basa en una serie de etimologías evidentemente falsas. El resultado real de CĶPULA en catalán―cobla y coble ‘pareja’―se opone además a ello.―

4 No están a mi alcance los datos reunidos por el P. Mir, Rebusco, 164, acerca de este problema. Vidos deriva el it. cola ‘continuazione di vento’ de COLAREcolar’, lo cual es poco convincente desde el punto de vista semántico. Difícilmente puede citarse en apoyo de esta etimología el fr. vent coulis ‘corriente de aire’ (según hace Jud, Rom. XLIV, 290), de sentido muy alejado. Que el vocablo español venga del italiano y no del catalán, como admite Vidos, es difícil fonéticamente: el resultado habría sido entonces cast. *cola o *colda.―

5 Acad. 1884 (pero no 1843). Colla ‘viento continuado’ ya aparece en Salvá (ed. 1844). Para la colla filipina, vid. Buzeta y Bravo, Dicc. Geogr., Estadístico, Histórico de las I. Filipinas, Madrid, 1850, I, p. 18 (que hablan de collas secas o sin lluvia); A pronouncing Gazetteer and Geogr. Dict. of the Philipp., Wash. 1902, p. 14; El Archip. Filipino, Colección de Datos... por algunos Padres... de la Compañía de Jesús, Wash. 1900, II, 193. En esta obra se afirma que el fenómeno es conocido con este nombre por los naturales. Luego deberá averiguarse si es palabra indígena, pero comp. una afirmación del mismo tipo, probablemente errónea, s. v. BAGUIO.―

6 Hallamos collar en la ac. ‘tender (el arco)’ ya a med. S. XV, en el Curial (I, 107): «Cupido collà lo seu arch e llançà dues tretes: una de plom, altra d’or.» No es más que una aplicación de la idea general de ‘atornillar’. Por otra parte nótese la frase moderna anar a collar (en un indret) ‘ir a parar (a un lugar)’, que he oído desde el Maresme hasta Cerdaña pasando por la Selva y montañas de Vic (anotada en Montnegre, Arbúcies, l’Estany, y el simple collar con el mismo sentido, en Grus), hablando de un caminante, de un animal cazado, de los torrentes que bajan de una montaña.