Haedo,
Hist.
Gral.
de Argel, ed.
Biblióf.
Esp., pp. 98 y 130, dice que era un jubón de paño, de mangas cortas hasta el codo, que los turcos de Argel llevaban bajo el caftán; también podían llevarlo las mujeres argelinas debajo del sayo o
gonila; le da el nombre de
jaleco (
jalaco en la p. 98, seguramente por errata). Cervantes cita el
gileco como equivalente de casaca de cautivo; Lope emplea la variante
xaleco en
Los Cautivos de Argel. Del mismo origen es el it.
giulecco «veste dei galeotti» empleado por Menzini († 1706). En cuanto al fr.
gilet, que no aparece hasta 1736, parece se tomó del español, por conducto del catalán
1 o del gascón. El chaleco en su forma de prenda de vestir moderna se fijó en Francia en la 2.ª mitad del S. XVIII, y de allí pasó a España, dándosele el nombre de la antigua casaca de cautivo, que ya era tradicional en español. Carece de fundamento la vieja etimología que derivaba el fr.
gilet del nombre de Gilles, personaje tradicional de la comedia popular francesa, que no se caracterizaba por un chaleco, sino por su traje largo hasta la mitad del muslo y con largas mangas, sin parecido alguno con la prenda moderna, vid. Schuchardt,
Roman.
Etym. II, 6-8. Desde el turco, directamente, se extendió el vocablo, además, al gr. mod.
Ɣιλεκι ‘chaleco’, al albanés, al rumano y a los idiomas eslavos de los Balcanes (
ZRPh. XIV, 180). La antigua forma española
Ȥaléko sobrevive en Miranda de Duero y en Tras os Montes (G. Viana,
RL I, 213; Leite de V.,
Philol.
Mirand. II, 38). En Bogotá es vulgar una variante
chileco (Cuervo,
Ap.7, § 795). En conclusión,
chaleco es uno de los varios nombres de trajes trasmitidos al español y al italiano por la lingua franca de los puertos africanos, como
FERRERUELO y
CHAMERLUCO. Delaporte,
Guide de la Conversation Fr.
-Arabe, Argel, 1846, dice que la forma empleada allí es
Ǥalîka (Dozy,
Gloss., 291; comp. Eguílaz, 372), pero es probable que existiera además una variante
*Ǥalîk.