CERRO, ‘lomo, espinazo, pescuezo de los animales, en particular el toro’, ‘elevación de tierra aislada menos considerable que una montaña’1, del lat. CէRRUSrizo, copete, crin’, en el sentido de ‘la crin del caballo’, por hallarse ésta en el cerro de este animal.

1.ª doc.: 917, doc. de León.

En el ejemplo más antiguo (M. P., Oríg., 319) se trata del lomo de una montaña («termino suo... per illo cerro de monte usque... in rego de Tarceto») y lo mismo ocurre en el doc. de las Memorias de Fernando IV (1295-1317) que cita el DHist. en primer lugar; con el moderno significado absoluto (‘cerro, monte’) lo hallamos ya en la Gr. Conq. de Ultr. La aplicación al cuerpo de los animales aparece en J. Ruiz (Rivad., 1162), y cabalgar o montar en cerro se halla ya en la Gr. Conq. de Ultr. (186) y en el mismo poeta (Rivad., 973), frase donde se trata evidentemente del caballo. En APal., Batalla campal de los perros y los lobos 3(20), es ‘crin del perro’, pues dice de un perro que ve un loco: «erizósele todo el cerro». Otras veces se aplica al jabalí, como en el ej. de Góngora citado por Aut.: ahora bien, todos estos animales tienen crines o cerdas en el cerro2. La aplicación al lomo de un animal, es también antigua en portugués, donde la leemos ya en D. Denís, n. 2646 (comp. C. Michaëlis, ZRPh. XIX, 538).

Ahora bien, el paso de ‘pescuezo’, ‘lomo’, a ‘colina, cerro’ y viceversa, es un hecho frecuentísimo en muchos idiomas: gr. λóưος ‘pescuezo’ > ‘colina’, lat. GRUMUScolina’ > rum. grum ‘colina’, ‘nuca’, rum. y alb. grumaz ‘nuca’, ‘garganta’, y recuérdense los numerosos ejs. de lomo, loma, espinazo, espaldar, etc., en la toponimia española. En el sentido de ‘colina, elevación del terreno’, cerro se extiende al portugués y al español, y en particular es antiguo y abundante en todo Portugal, Salamanca, Extremadura, Castilla la Nueva, Teruel, Murcia, Andalucía y América, así como en una zona aislada en Santander y Vizcaya (M. P., Oríg., 429-31); no hay, en cambio, noticias ciertas de que el vocablo exista o haya existido en catalán o en lengua de Oc, pues el cat. merid. serret ‘colina’ (Tarragona principalmente), oc. ant. ser m. ‘cumbre de montaña’, Bajos Alpes serre (1570), y otras formas citadas en el FEW II, 710a y b, así como Bigorra sarrot ‘colina’ (Rohlfs, ZRPh. XLVIII, 436), van más bien con oc. y cat. serra ‘sierra’, serrat ‘sierra secundaria’, ‘loma lateral de una montaña’ y son del mismo origen que el cast. SIERRA (nótese la grafía con s- en provenzal antiguo)3.

Creo que no es acertada la interpretación semántica que dan M-L. y Wartburg a la etimología de cerro ‘cumbre’, partiendo de CIRRUSpenacho’. Más aceptable parece la de M. P, a base de CIRRUS «moño» (por «moño» deberemos entender la ac. conocida de la voz latina ‘copete de las aves’); pero es preferible no separar el caso de cerro de los paralelos semánticos arriba citados. Cej. VIII, § 83.

DERIV.

Cerrada ‘parte de la piel del animal que corresponde al cerro’. Cerrejón. Cerrero, ‘cerril, no domado’ [Nebr.], porque anda por los cerros (comp. Cuervo, Ap.7, p. 413; Quijote I, 1, Cl. C. IV, 287; hoy vivo en Cuba, según Pichardo, en otros países de América, en Canarias―RFE XII, 84―y en otras partes, pues del castellano pasaría al valenciano, donde cerrer íd. ya se halla en el Spill, v. 5323, y hoy vale además ‘impar’: M. Gadea, Tèrra del , I, 191); cerrería. Cerril [1436], comp. el anterior. Cerrillo ‘hierros en que está grabado el cordoncillo para formar el lomo de las piezas de moneda’ [1786], ‘corte curvo que se da a una lima’ [1633], propiamente ‘lomo’; cerrilla, cerrillar.

1 Para la ac. ‘manojo de lino o cáñamo’ y para otros descendientes de la misma voz latina, V. CERDA.―

2 «Al jabalí en cuyos cerros / se levanta un esquadrón / de cerdas» Góngora; «el cuerpo gordo, el cerro erizado con cerdas», Gómara (Aut.).―

3 Desde luego, Lavedan u sarrot ‘mucho’, es derivado de sarrà ‘apretar’, fr. serrer, en el sentido de ‘un puñado’.