CALLE, del lat. CALLISsendero, especialmente el de ganado’.

1.ª doc.: 1155, F. de Avilés.

Vive también en rum. cale, it. poét. calle ‘camino’, lomb. alp. cala, frprov. tchala íd., cat. call ‘camino estrecho entre dos paredes’1, port. cale ‘caño de madera’, ‘desfiladero de un río’. En latín aparece ora como masculino (Virgilio), ora como femenino (Livio), y así es masculino en italiano y en catalán, pero el género femenino del castellano y portugués reaparece en Venecia y Toscana (Petrocchi) y está presupuesto por la forma lombarda y francoprovenzal. Son también femeninos el corso la galle, y en Dante la calla (Purg. IX, 123; Rohlfs, It. Gr. II, 92). La acepción ‘calle’ aparece ya en San Isidoro y en glosas latinas (Lindsay, Bull. Du C. II, 81-84). Pero la ac. etimológica es posible que haya existido antiguamente en castellano, pues hoy calle es corriente en el sentido de ‘camino rural’ en la provincia de Mendoza (Argentina)2; por otra parte para decir eso mismo no ha dejado Castilla de conocer en otro tiempo las expresiones empleadas en los romances vecinos, de lo cual quedan huellas sueltas hasta fecha moderna: en Madrid la de San Jerónimo es carrera y no calle (como en cat.-oc.), en Medina del Campo y otras ciudades hubo una calle de la Rúa (cf. gall.-port. y francés) y ése es todavía el nombre de algunas de Zamora y Salamanca. En la E. Media es corriente la variante cal (Alex., S. M. Egipc., J. Ruiz, etc.)3. Pero en Elena y María, (S. XIII), «quando non tien qué jogar / nin ál a que tornar, / vay ela siella empeñar / alos francos de la cal» (RFE I, 60) es posible que se trate de otra palabra, el hebr. qaɅal ‘asamblea, reunión de la comunidad’, ‘sinagoga’, que en algunas ciudades de España y entre los sefardíes tomó la forma cal con el significado ‘judería, ghetto’ (Yahuda, RFE II, 350), si bien confundiéndose formalmente con CALLIS (así cat. call m. ‘judería’); en Elena y María aparecería hecho extensivo al barrio de los francos, que como los judíos solían hacer de prestamistas.

DERIV.

Callear. Calleja; callejear; callejeo; callejero; callejo santand. ‘senda entre setos o tapias’, ‘trampa’; ast. caleyu ‘zanja que se abría para que cayesen en ella los lobos y otros animales dañinos’, caleya ‘camino público por el cual sólo cabe un carro’, caleyóncaleya angosta e intransitable’, caleyar ‘vagar de caleya en caleya’, caleyeru ‘el que gusta de hacerlo’ (V); el salm. riberano calejo «canto de achinarrar las calles», Llorente-M., Ribera, p. 23, deriva de caleja ‘calleja’, y su sinónimo cañuelo, de *calluelo, que a su vez viene de calle; el santand. cayuela ‘roca de caliza pizarreña’, G. Lomas, quizá no venga de escayola, pero desde luego no tiene relación con caillou; callejón; callejuela. Callizo ‘callejón’ [1378: BRAE IV, 215; doc. zaragozano de 1414, Al-And. XXI, 175; otros ejs. de los SS. XV-XVI en Tilander, 581; BRAE I, 478; DHist.; hoy gallizo en el valle de Tena; RLR XI, 234] arag., comp. cat. callís, aran. carís, ‘corredor estrecho entre dos casas’. Callís ‘callejón’ lo he oído en el cat. fronterizo de Sant Esteve de Llitera (Huesca); en las localidades catalanas próximas de Tamarit de Llitera y Castellonroi es callerís o callarís.

Encallar [en su acepción náutica aparece varias veces en el Victorial de Díaz de Gámez, 2.º cuarto del S. XV (ed. Llaguno, pp. 60, 66, 67), y ya en 1438, en Juan de Mena; APal., 514b: «vados, los logares non fondos mas arenosos en que encallan con peligro los navíos»; Nebr. «encallar la nave: illido navem», «encallarse la nave»; Colón], cat. encallar o encallar-se ‘atascarse (un vehículo)’, ‘encallar (una nave)’ [encallar intr., náut., 1460, J. Roig, n. 12760], langued. s’encalà ‘atascarse’, ‘encallar’4. Nótese que además aparece en la interesante ac. ‘formar obstrucción’, una vez en Ercilla y dos en Espinel («probamos todos a tirar el hueso hacia la ventana o resquicio, y un mozo... acertó a colar el hueso por el resquicio de manera que quedó atravesado o encallado», Escud. M. de Obregón, Rivad., p. 473a). Datos que saco de los materiales del Dicc. de Cuervo. Esta ac. corrobora mi explicación etimológica a base de ‘meterse en un paso estrecho’ (cat. call). Encallar desde luego no viene del étimo céltico del fr. caillou ‘guijarro’ (como dice GdDD 1284), voz apenas representada en la Península Ibérica, quizá no autóctona en portugués, desde luego ajena al castellano y catalán, y que además no ofrece base semántica adecuada. Vienen probablemente del castellano, o del catalán, el port. encalhar [3r. cuarto S. XV: Azurara, Cron. del Conde D. Pedro, citada por Jal; Gil Vicente, 1519, a balea encalhará, ed. Hamburgo II, 404], gascón marítimo encalhà (Palay), it. incagliare [h. 1510 en versión del portugués, se hace corriente a med. del siglo y frecuente en el XVII: Zaccaria], los tres sólo en el significado náutico; en rigor podría encallar ser derivado de CALLO con el sentido de ‘chocar con algo duro’ (como quieren Barbier, RDR VI, 3815; y Moll, AORBB II, 63), aunque la formación sería entonces menos natural, pero nótese que esto no podría aplicarse a la ac. ‘atascar un vehículo’, que siendo la idea más general será seguramente la primitiva (el vocablo castellano, de ac. más especializada, debe de ser catalanismo náutico): todo induce a creer que se partió de la noción de ‘meter en un paso estrecho (cat. call)’; encalladura, encalladero. Encallejonar.

1 No es de uso general, pero es bastante vivo en la Plana de Vic, Vallès y Moianès. También lo he oído en el sentido figurado ‘diferencia o separación entre dos cosas análogas’, al Sur de Lérida (hi ha bon call del parlar de Massacoreig al de Fraga, en la Granja d’Escarp).―

2 No son pruebas bien seguras los pasajes de APal. «Agger... es qualquier amontonamiento o entremediana calle o vallado» (1cd), «diversiclinium es logar do se juntan diversos caminos o calles» (80d). En 53b es bien clara la ac. etimológica, pero aquí se trata de la palabra latina. Nótese que Nebr. y PAlc. precisan «calle en lugar poblado: via». La ac. moderna ‘camino entre dos hileras de árboles’ en rigor podría ser secundaria y figurada, y téngase en cuenta que es muy corriente en el campo mendocino el camino entre dos hileras de álamos. Comp. CAÑÓN ‘desfiladero’ y el derivado callejo abajo.―

3 Más ejs. en DHist., s. v. En construcción proclítica (cal de..., cal + adjetivo) llega hasta el S. XVII.―

4 Visner, Mâzuc, Sauvages, Mistral. No hay testimonios medievales. El último cita un marsellés encarà. Además Rabelais emplea dos veces encarer ‘encallar’ (Jal), que representa evidentemente una forma gascona autóctona *encarà, por lo demás indocumentada.―

5 No existe el it. caglio ‘dureza’ que cita Barbier (significa ‘cuajarón’ y viene de COAGULUM). En favor de esta etimología se podría invocar el lat. illidere navem ‘encallar un navío’, propiamente ‘hacerlo chocar’, pero claro que esto no prueba el origen de la voz romance. En cuanto al lat. incallare, empleado por Vegecio, sólo significa ‘encallecer, endurecer’.