CALAÑA, ‘índole’, del antiguo calaño ‘semejante’, que venía de *cualaño, relacionado con CUAL y quizá mero derivado de esta palabra.
1.ª doc.: princ. S. XV, Canc. de Baena.
Hoy en día se emplea calaña sobre todo con valor desfavorable («de las maximotas de... Fray Prudencio, ni de las de otros de su calaña» P. Isla; «dónde has visto pasiones de esa calaña» Moratín; «muchos electores hay de esta calaña» Bretón de los Herreros), se comprende por consiguiente que se llamara abanico de calaña al ordinario [González del Castillo, † 1800]; es inexacto, a juzgar por los ejs. del DHist., que calaña por sí solo signifique ‘abanico’, según dice la Acad.
1 Y. Malkiel, Philol. Q. XXVII, 112-122, introduce una variante en esta etimología suponiendo que en lugar de QUALIS sería derivado de AEQUALIS. No veo ventaja semántica en el cambio, pues en una frase como la de Mil. 159b era fácil pasar de una construcción «las mañas de la Madre son bien quales (o calañas) las del que parió» a la construcción existente «calañas con las del que parió». Desde el momento en que, perdida fonéticamente la u, quedaba calaño desconectado del relativo, se sentiría la necesidad de unirlo por medio de una preposición. En cambio, la conservación de la sorda c obligaría a suponer que *AEQUALANEUS se redujo a *QUALANEUS ya en la época romana, y a atribuir, por lo tanto, a una palabra documentada en un solo romance una antigüedad inverosímil. ↩