BRONCE, tomado del it. brónżo íd., por vía de otro romance, seguramente el catalán; el origen de esta voz italiana es incierto, probablemente del lat. AES BRŬNDŬSI ‘bronce de Bríndisi’, famoso por el que se hacía en esta ciudad de Italia.
En Italia ya aparece en el S. XIV (b. lat.
brondum en Verona:
Mem.
della R.
Accad.
delle Sci.
di Torino, 2.ª s., t. LI, comp.
AGI XVI, 290-1). La
-e indica que el castellano debió tomar el vocablo del catalán (documentado aquí desde 1543), teniendo en cuenta que el primero que lo emplea es Boscán, o bien del francés [1511]. En cuanto al origen remoto, deberá seguramente abandonarse la derivación del persa
birinǤ ‘cobre’, en vista de la dificultad fonética
1.
Berthelot,
Journ.
des Savants, 1888, 675-8 (comp.
Rom. XVIII, 190), llamó la atención sobre el b. gr.
βροντƲσιον, que en un manuscrito alquímico del S. XI aparece inequívoca y repetidamente como nombre del bronce (según Berthelot el original pertenecía quizá al S. VIII o IX); y fundándose en él propaso derivar del lat.
aes Brŭndŭsī ‘bronce o cobre de Bríndisi’, ciudad que ya era famosa por este metal en tiempo de Plinio (
aes Brundusinum o
Brundisiacum); comp.
aes Cyprium ‘cobre de Chipre’, que ha dado nuestro
COBRE. Hay cierta dificultad por el hecho de que ninguno de los nombres medievales de la ciudad en cuestión representa el vocalismo
Brundusium, sino sólo
Brindisium (it.
Brìndisi, cast. ant.
Bríndez, fr. ant.
Brendis, b. gr.
βρεντƲσιον,
βρενƌέσιον). Sin embargo no veo gran dificultad en admitir que en este caso se conservó tradicionalmente la forma clásica. Por otra parte merece atención la sugestión de Spitzer (
BDC XI, 119;
ZRPh. XLVIII, 95), que cree se trata de una denominación onomatopéyica, fundada en el sonido que el «sonoroso bronce» produce al golpearlo: entonces el prov.
brounzi «zumbar como una piedra lanzada con honda», cat.
brunzir ‘zumbar’ (cuya antigüedad se ve por la forma del presente fuerte
brunz), balear
bronzo ‘honda’ (nótese la identidad con
bronce), en lugar de venir de
bronce por comparación con dicho sonido (como admite el
FEW I, 373
b, en cuanto al primero), serían onomatopeyas paralelas
2; comp. el ingl.
brass ‘bronce’, que creo derivado de la raíz del b. alem. med.
brassen ‘hacer ruido’ (vid.
BRASA). Sin embargo, en el caso de
bronce esta conjetura debe dejarse en segundo lugar teniendo en cuenta que Berthelot documentó perfectamente el empleo de (
aes)
Brundusi en Plinio, y el del b. gr.
βροντƲσιον en el S. IX, o a lo más tarde en el S. XI.