BELLO, del lat. BELLUS ‘bonito’, tomado por conducto de oc. ant. bel.
1.ª doc.: princ. S. XIII.
DERIV.
Beldad [Alex.; Calila 23.184], a veces beltat en lo antiguo, tomado de oc. ant. beltat derivado de bel ‘bello’, con adaptación a la terminación castellana -dad. Belleza [S. XV: Santillana]. Embellecer [S. XVI, Fr. Luis de León].
CPT.
En oc. ant. se empleó la locución bel vis, formada con bel ‘bello’ y vis ‘vista, mirada’, que allí (Belvis, pueblo del Aude) y en catalán (Bellvís, junto a Lérida, y otros) ha quedado petrificado en la toponimia, pero fué empleado también en descripciones de paisaje por los trovadores y dió (por conducto de las viejas cantigas de amor gallego portuguesas) el gall. literario belvís ‘bellavista, mirador’ (DAcG.), ‘mirador, terraza’ (Lugrís, Gram. 148).
1 La forma masculina bel sólo se halla al parecer ante el sustantivo (Berceo, Alex., J. Ruiz), y por lo tanto puede considerarse apocopada por proclisis. Luego faltan pruebas fonéticas del extranjerismo, y también podría bello haberse tomado, como voz culta, del bajo latín; sin embargo es menos probable, en vista de que el bajo latín emplea más bien pulcher para ‘hermoso’; de todos modos, la falta de diptongación prueba que no es voz genuina. Desde el punto de vista semántico lo verosímil es un préstamo de la lengua de los trovadores.― ↩
2 Más ejemplos antiguos de bello en Malkiel, Language, XXII 285n. 29. No es verosímil su idea de que la falta de diptongación se deba al uso proclítico: la forma proclítica de bueno es buen con diptongo, y el uso proclítico de bueno es mucho más frecuente que el de bello. ↩