HERMOSO, del lat. FORMĶSUS íd., derivado de FORMA ‘hermosura’.
1.ª doc.: fermoso, doc. de 1102, Cid, etc.
Cej. IX, § 166. Popular y de uso general en todas las épocas. Coexistían en latín clásico
PULCHER y
FORMĶSUS; más frecuente el primero, y de sentido más general y a veces algo abstracto (significa muchas veces ‘fuerte’), el segundo era también antiguo (Plauto) y muy clásico (Virgilio, etc.); aquél desapareció sin huellas en romance, mientras éste, gracias a su relación con
FORMA, permanecía en rumano (
frumos), portugués (
formoso, ant.
fermoso) y castellano
1, y los demás romances preferían el popular y afectivo
BELLUS. La variante
formoso se halla en el ms.
H (2.ª mitad del S. XIV) del
S.
Dom. de Berceo (234
a);
fremoso no es raro en la Edad Media (p. ej.
Alex., 319, 2315).
DERIV.
Hermosear [Nebr.; alguna vez enfermosear]; hermoseador; hermoseamiento; hermoseo. Hermosura [f-, Berceo; fremosura, Alex., 332].
1 El cat. ant. y oc. ant. formós, raros e impopulares, deben mirarse como latinismos; con el mismo carácter se ha empleado formoso en Italia. En catalán moderno el castellanismo hermós [Vallfogona, h. 1615] está bastante arraigado, aunque ni es popular ni lo admite el idioma literario. ↩