BATÁN, origen incierto, quizá del ár. baƫƫân íd., de la misma raíz que ƫƫan ‘forrar’, ‘batanar’, biƫâna ‘piel de carnero preparada’ (de donde BADANA) y baƫn ‘vientre’.

1.ª doc.: Canc. de Montoro († 1480); Nebr.

Aun si prescindimos de la ausencia de testimonios españoles anteriores al S. XV, lo que quizá sea debido a conocimiento insuficiente de la lengua medieval, no faltan razones para creer que batán no es palabra muy antigua en castellano: hoy es ajena al portugués, que dice pisão, vieja palabra de origen latino (PISONEM)1, que también existe en España, por lo menos en la zona leonesa2. En catalán no hay testimonios anteriores al S. XIX, y la vacilación entre las dos formas batan (mayor parte de Cataluña y Mallorca) y batà (País Valenciano3 y puntos de Mallorca y del cat. occid.: Alcover), es señal de penetración reciente4. Historia del batán en España, Caro Baroja, RDTP XII, 114-175.

En cuanto a la etimología, muchos han considerado batán como derivado de BATIR (Diez; REW, 996; Simonet; Dozy, Suppl. I, 966; Krüger, VKR IX, 17-23; A. Kuhn, ZRPh. LVII, 338), opinión aceptable en lo semántico, pero difícil en otros aspectos. Steiger, Contr., 159, cree por el contrario que viene del árabe. En el estado actual de nuestros conocimientos no es posible llegar a conclusiones definitivas: faltan datos medievales castellanos, y una indagación especial acerca de la extensión, popularidad y fecha del vocablo en el Norte de África y en Francia. Si sólo tomamos en consideración lo documentado en fuentes árabes y romances, el origen árabe parece claro. En francés no hay ningún testimonio del vocablo: sólo existieron bateor y batifol (FEW I, 296; Tobler). Fuera del francés no se explica un derivado de BATTUERE terminado en -án, pues -ENTEM debería dar oc. -ent, cast. -iente, y sería excepcional un derivado deverbal en -ANUM. Además -ANUM daría -ano en castellano y -à en catalán, de suerte que sólo podría venir de la lengua de Oc. Ahora bien, como en este idioma batán está circunscrito a Gascuña y Languedoc (FEW), debiéramos tener formas en -à en la mayor parte de esta zona, y ? (con n velar y plural -ás) en el resto; pero formas occitanas en -à no existen y tampoco, que yo sepa, en : en todas partes -n alveolar5; por otra parte no parece que en lengua de Oc sea muy antiguo el vocablo, ya que falta en Levy, Raynouard y Pansier, y sólo el pequeño Levy cita un molin batan, cuya fecha ignoramos; según Krüger aparece en las Landas en 1505 y en el Aude en 1594, es decir, en zonas próximas a España. En el Gers sólo lo documenta con fecha de 1766, aunque cita otras localidades, Polge Mél. Phil. Gers. 1959, 68.

No debemos desconocer, sin embargo, que el vocablo no pertenece al árabe clásico, y no es evidente en qué forma deriva de la raíz semítica b-ƫ-n, que significa ‘vientre’, y de aquí, con significado verbal, ‘estar en el interior’. No obstante, biƫâna ‘forro, badana’, ƫƫan ‘forrar’ y biƫân ‘cincha’ ya son antiguos, y si la idea de ‘forro’ es fácilmente comprensible por ser el forro algo interior, también se comprende el paso a ‘cuero’, sea porque el cuero se emplea para forrar zapatos (como nota Dozy, Gloss., 232, fundándose en Covarr.), sea porque la piel del vientre de los animales es especialmente buena como cuero. De todos modos ƫƫan ya existió en hispanoárabe (PAlc.) en la ac. ‘batanar’ (que propiamente es ‘convertir la piel en cuero’), y hoy baƫƫân y baƫân significan ‘batán’ en Marruecos (Lerchundi). En Túnez se emplea, según Beaussier, riɅà l-b[a]ƫân o sencillamente b[a]ƫân: aquella literalmente se traduce ‘molino de batán’, así que podría entenderse que baƫân no es más que una forma de hablar abreviada en vez de riɅà l-baƫân y que en esta locución el elemento baƫân significa algo como ‘pieles’. Es verdad que la palabra que significa ‘piel’ es biƫâna? y los únicos plurales conocidos de éste son baƫâin (Belot, PAlc. y Beaussier) y biƫānât (Beaussier). De todos modos parece averiguado que en España y parte del Magreb se pronunciaba batâna con a en sing. (aunque lo registran con i PAlc. y Beaussier), pues la a romance postula a y con a lo registran Berggren para puntos del Magreb y Marcel para Argelia o parte de ella (cita de Steiger); también corresponde a este vocalismo el adjetivo sustantivado baƫanîya que Dozy I, 98a documenta en dos fuentes tunecíes, en una egipcia y al parecer en alguna hispánica. Ahora bien, en árabe es vivísima la oposición entre el nombre de unidad en -a? y el colectivo con terminación cero, para bastantes palabras de muchas clases, no sólo nombres de plantas (en los cuales esto es general). Así que un baƫân colectivo de baƫâna ‘piel, pelleja, forro de piel’ es perfectamente posible, y aun verosímil, aunque no lo halle comprobado en mis escasas fuentes; y esto es lo que contendría la locución compuesta riɅà l-baƫân luego abreviado en baƫân. Esta explicación refuerza todavía la etimología arábiga, por la cual me inclino ya cada vez con menos vacilación.

Con todo, estos testimonios no son lo bastante antiguos para descartar totalmente un origen romance, sobre todo teniendo en cuenta que Du Cange halló batannum ‘molino de batanar paños’ no sólo en una escritura del Tarn, a. 1328, sino en una del Berry de 1385, y en otra procedente de una zona tan septentrional como Langres (Champaña), a. 1263, y aun en otra (batandus), también de Francia al parecer, aunque no localizable, del año 1171. Documentación tan temprana en el país vecino invitaría nuevamente a pensar si un fr. ant. *batant, desaparecido sin dejar huellas en la lengua originaria, pudo pasar al gascón, de aquí al castellano y luego al árabe magrebí, fenómeno notable, pero no inconcebible, si no fuese muy inverosímil admitir que la -t del francés antiguo, todavía sensible en los SS. XII-XIII, desapareciera sin dejar huellas en las formas latinizadas de esta época.

En resumen, por ahora lo más probable es admitir migración de Sur a Norte, del árabe al castellano y de aquí a Francia, teniendo en cuenta el gran desarrollo que alcanzó entre los árabes de España el aprovechamiento del agua con fines agrícolas o mecánicos, con la consiguiente entrada de una masa considerable de tecnicismos hidráulicos árabes en romance: acequia, azud, noria, alcaduz, y especialmente aceña, pues si esta palabra designa por lo general un molino harinero, en Alex. R, 1446, aceña trapera es precisamente un batán.

DERIV.

Abatanar [h. 1500, Canc. de Castillo] o batanar (SS. XVI-XVII). Batanero [1511: ley de los Reyes Católicos en la N. Recopil.].

1 En el Alto Minho fulão y mascôto. En gallego ha penetrado batán, pero en coexistencia con el autóctono cutián, de cutir ‘golpear’.―

2 Ast. pisón, triyón o batán, Sanabr. pisón. Pisón como nombre de lugar en Palencia.―

3 Anoto, p. ej., el Molí Batà nombre propio algo viejo ya, en Aielo de Malferit (junto a Onteniente).―

4 El nombre antiguo más extendido fué molí draper (1166, 1480) o sencillamente draper m. (Prats de Molló, 1151), junto al cual existe hoy noc NAUCUM (Ripoll, Borredà). Vid Krüger.―

5 Aran. batann, plur. batans. Si hubiese -ANUM debiéramos tener *batá, *batás. Claro que en algunas zonas el vocablo podría ser importado y presentar formas propias de un extranjerismo, pero no en todas partes.