BARRO I, de origen prerromano.

1.ª doc.: S. XIII, L. del Saber de Astronomía.

Voz peculiar al castellano y al portugués; en éste sólo significa ‘arcilla’ (‘lodo’ se dice lama o lôdo). En castellano la ac. ‘arcilla’ o ‘tierra para hacer loza’ es la más común en los clásicos; en el sentido de ‘masa resultante de la tierra por la acción de las lluvias’ es más común entre ellos lodo, pero barro ya se halla en la primera mitad del S. XVI (Comendador Griego, según Aut.). El it. barro sólo significa ‘búcaro’ y es hispanismo de fines del S. XVII1. Por otra parte no hallamos otra forma emparentada que el oc. bard ‘fango’, ‘tierra arcillosa’ (comp. BARDO II y EMBADURNAR), que es casi exclusivo de Gascuña y Languedoc, y presenta la variante fonética -RD- en lugar de -RR-2. Esta variante ha conducido a varios romanistas a buscar explicaciones particulares: el FEW supone un tipo derivado *BARRէTUM; Brüch, WS VII, 168-9, parte del gr. παρƌακóν ‘lo húmedo’, de donde bardo por regresión y de ahí barro, con influjo de barranco, lo que debe descartarse por inverosímil en grado sumo; Gamillscheg, ZRPh. XLIII, 572, cree que la variante occitana y aragonesa sería una alteración debida a la pronunciación de los celtas, incapaces de articular una rr. En realidad todas estas hipótesis son superfluas, pues según nota el REW 965, la alternancia -rr- ~ -rd- en palabras hispánicas de origen prerromano es hecho muy frecuente (vid. VRom. II, 455). En conclusión, la extensión geográfica y esta particularidad indican que barro es voz prerromana, quizá más celtibérica que ibérica, casi del todo ajena al catalán.

DERIV.

Barreño [1513], porque se hacen de barro; el DHist. da un ejemplo de jarro barreño, como adjetivo; en el S. XVI, especialmente en los autores de églogas, ya desde Encina, se halla barreña como nombre de una vasija de madera (para Nebr., sin embargo, es de barro) y barreño tiene el mismo valor en el P. Cobo, evidentemente por extensión secundaria, comp. gnía. barroso ‘jarro’, (1609), port. ant. y dial. barrenha ‘barreño’, trasm. barranha (RL V, 30), también gall. barreño [1746, Sarm., Coplas, DacC.] y más común barreñón ‘barreño, albornía’ (DAcG., Crespo Pozo, s. v. albornía y barreño; supongo que en Castelao 260.3f. hay errata -mon por -ñon), port. barrenhão. A manera de apodo étnico se ha aplicado barroso a la gente de la zona fronteriza de Galicia y Portugal en el sector entre la Limia gallega y Tras os Montes3; es étnico muy antiguo, pues ya hay un trovador Pero Gómez Barroso, hidalgo portugués al servicio de Castilla en el 2.º cuarto del S. XIII (R. Lapa, CEsc. 386-393). Del lado gallego anotaba Sarm.: «-osos: nombre que dan a los de los Puertos, que son muy alegres» (CaG. 101v). En una copla recogida por el P. Sobreira (Ribadavia): «Heyme d’ir casar ós Portos / que dicen que hay moito millo. / Mays che val morrer de fame / ca casar c’un barrosiño»; por lo demás, Eladio Rdz. asegura que es la denominación que se da en varias comarcas orensanas a los canteros de Cotobade (que está ya junto al O. de Pontevedra), quizá por ser ellos de origen «barroso»4. Aluden al carácter que a los «barrosos» atribuye Sarm. las voces jergales barrosa ‘fiesta, feria’, barrosanta ‘música’, barrosantear ‘tocar la gaita’ (cf. gnía. barroso ‘jarro’, Hidalgo, cit. antes), citas de Pensado, l. c., p. 222. Barrero ‘alfarero’ [1604], ‘lugar donde hay barro’ [Nebr.]. Barrizal [h. 1475, G. de Segovia, p. 84, con -z-]; en opinión de M. L. Wagner, ASNSL CXLVII, 267, se habría formado por influjo de carrizal, pero no es necesario, ya que son frecuentes tales sufijos compuestos (lodazal, lapachar, cat. pobrissó, etc.) y barrizal figura como adjetivo en Gordonio (princ. S. XVI), es decir, como ampliación de un *barrizo; comp. BARRIAL. Embarrar [h. 1400, Glos. del Escorial; para el significado, vid. AILC I, 161], embarrado, embarradilla, embarrador [1605, López de Úbeda, p. 146b (Nougué, BHisp. LXVI)], embarradura.

1 La ac. ‘arcilla para hacer búcaros’ la dan los diccionarios sin autoridades y tiene al parecer el carácter de explicación etimológica. Contra la opinión evidente de que el it. barro viene de España invoca el FEW I, 266n. 20, la existencia de barina «terra argillosa> y barà «interrare» en un dialecto de Istria. No sé cuál es el origen de estas palabras, pero el caso es que el tipo barro está complementamente ausente de los mapas 416 (argilla) y 419 (melma) del AIS.―

2 El radical barr- ‘fango’ no parece hallarse con carácter autóctono fuera de la Península. El FEW sólo trae tres vocablos dispersos, que ciertamente deben tener otro origen. Prov. barrot, gasc. barroun, ‘ladrillo pequeño para hacer tabiques’ es = barrote, barrón, en el sentido de lo que sirve para cerrar el paso. El bearn. barous ‘sucio’, ‘(buey o vaca) pardo rojizo’, con su -r- sencilla, tiene que ser otra cosa (quizá VARI-OSUS, comp. berole ‘viruela’ y la tendencia gascona a cambiar e pretónica en a). Y el fr. medio esbrucher ‘desparramar’ está lejos en todos sentidos. Llamaré, en cambio, la atención sobre Ain s ba࿉ā ‘hundirse en el barro (un vehículo)’ (Duraffour, VRom. V, 278), que requeriría mayor estudio. De la variante bard(o) se suele derivar el cat. esbardellar ‘resquebrajar (una vasija de barro), dejarla consentida’; en gallego existe una forma análoga: «esbardallar: deshacer algún montón: esbardallou-me o feixe de leña o esbardallou-se-me o feixe» (Sarm. CaG. 112r). Sin embargo, no descarto por ahora la posibilidad de alguna otra etimología prerromana, sobre todo si hubiese metátesis por esdarballar (cf. el grupo ieur. DER?-partir’ representado en ind., balto-esl., germ. y célt., IEW 209, y pariente algo más lejano del célt. DARN-, bien conservado en el cat. esdernegar-se, fer-se dernes ‘hacerse añicos’, y los topónimos cat. y langd. Darn- que he estudiado en ETC I, 55 y BNFg. VIII, 273.―

3 Del lado de allá se conoce popularmente por O Barroso la parte NO. de esta provincia, Concelhos de Chaves y sobre todo Montalegre: comarca mencionada con frecuencia por Fig. y definida precisamente por D.ª M. J. de Moura Santos, Os Falares fronteiriços de Tr. -os-M. 1967; cf. allí mapa y nota.―

4 Y en efecto, así nos lo muestra Castelao: «Eran barrosos, é decir, fillos de Cotovade», «deprende uno a modelar en barro para que con razón se chamase barroso» 133.27, 734.9.