BARRACA, vocablo primitivamente catalán, de origen desconocido, quizá prerromano.
1.ª doc.: 1569.
Más probable es que haya relación con otra palabra valenciana, y aún que ésta nos ponga sobre la pista de una etimología digna de estudiarse. Me refiero al valenc. ant. travaca «armazón de maderos sobre la cual se ponía el pabellón o cortinaje de la cama, e inclusive el sobrecielo». La variante más corriente es travaca documentada desde 1534, pero hay otra, taravaca, que ya veo en 1515. Ambas se documentan copiosamente en los SS. XVI-XVIII y el vocablo es todavía más o menos conocido, especialmente en el ambiente popular clerical y sacristanesco. Se aplicaba con particular frecuencia a la que cubría o coronaba el catafalco solemne de un muerto ilustre, p. ej., y en primer lugar, el de un rey o un santo, pero también a todo pabellón de cama rica de gente privada, y en este concepto no es raro hallarlo en inventarios, p. ej. el mencionado de 1534. Véase el erudito artículo que le dedica J. Gulsoy en su libro sobre el diccionario valenciano de Sanelo, pp. 409-10 y 280a.
Viene a ser, pues, en definitiva, algo semejante a un tabernáculo o a una tienda rica que rodea un lecho. Y hay por lo tanto contacto semántico, por una parte con los lat. tabernaculum y taberna ‘tienda’, y por la otra, con barraca, que por lo menos en Valencia, no es una construcción humilde, aunque sea vivienda de pescadores o labradores, pero a menudo bastante ricos, y en todo caso no es pequeña, aunque sí consiste esencialmente en un andamiaje o construcción de madera y otras materias vegetales; y una y otra cosa se destinan a cubrir o cobijar personas, aunque sea con la diferencia de que la taravaca es para cuerpos muertos o durmientes y la barraca para personas despiertas y vivas.
Ahora bien, es claro que hay también vecindad de forma fonética entre taravaca y barraca. Pero aquél nos recuerda el osco trebaracavum «aedificare» (trííbarakavúm es la grafía antigua), voz emparentada, aunque no de muy cerca con el lat. taberna ―que salió, por disimilación, de traberna― y el umbro tremnu (< treb-nu), que significaba precisamente ‘en la barraca’ (in tabernaculo). Es palabra itálica de conocida etimología indoeuropea (cf. Pokorny, IEW 1090.4), de la raíz TREB- ‘armazón de vigas, vivienda, habitar’, copiosamente representada en céltico, germánico y báltico, además del itálico, y no ajena al griego ni aun al eslavo. La posibilidad de esta etimología está clara, en cuanto a t(a)ravaca, si suponemos que se trata de una palabra del mozárabe valenciano, que no es extraño contuviera elementos del Sur de Italia.
Admitiendo que la palabra osca fuese adoptada en el latín del SE. hispánico como *TREBARACARE, presente *TREBARହCAT, era natural la formación de un postverbal *trebaraca o *trebarca, que al irse arabizando el mozárabe cada vez más, con la repugnancia total del árabe por el grupo tr-, casi forzosamente tenía que pasar a t(a)ravaca, ayudando la disimilación. Pero además podríamos conjeturar que el árabe asimilara el verbo a una de sus 5.as formas verbales de carácter intensivo, *tabárraqa, y como junto a la 5.ª forma hay siempre una 2.ª forma sin el ta-, con valor casi sinónimo, no es difícil que el árabe valenciano extrajera de ahí una segunda forma *barraqa ‘construir’, que es menos intensiva que la 5.ª forma y por lo tanto pudo indicar un modo de construir más a la ligera5. Sin embargo habría que estudiar mejor la posibilidad de un origen osco para el val. taravaca.
Lo que me parece, pues, verosímil es que barraca se relacione en su origen con el val. tara-vaca ‘dosel de cama’ ‘baldaquín que cubre un catafalco’, etc. El de éste es dudoso, pues acaso los dos son de origen mozárabe prerromano. Por otra parte hay notable coincidencia con el ár. riwâq (o ruwâq), voz aislada en árabe, pero no reciente, que significa básicamente ‘pórtico, galería cubierta’ y que en el árabe magrebí e hispánico pasó a designar un ‘pabellón o dosel’, y aun una cortina de cama (Dozy, I, 572a). Como no hay noticia ni base para creer que de ahí se formara un derivado en ta- (prefijo verbal y no nominal en árabe) es problemática esta etimología del DAlcM. (s. v. taravata, error de lectura), aunque digna de ulterior estudio; bastante más probable ya es que existieran entre esta voz arábiga y las dos voces valencianas relaciones de contaminación o cruce.
1 De aquí rum. baracă, baratcă, que Tiktin califica de neologismo.― ↩
2 Los ejs. que cita la Crusca son todos de los SS. XVII y XVIII, con excepción de uno del toscano Frate Giordano di Rivalto, que correspondería a los años 1303-1307. Pero este aislamiento es sospechoso. Este texto se extractó en un manuscrito perteneciente al académico Redi en el S. XVII, y no se ha cotejado con ninguna edición crítica. Todo lleva a creer que es interpolación posterior. La -r- sencilla de baracca, que ya aparece en este supuesto testimonio, señala origen francés. En el Sur de Italia, donde tenemos calabr. barracca, griego de Bova barrákka ‘cabaña provisional de los pastores’ (Rohlfs, RLiR II, 293), es posible que se tomara directamente del español o del catalán. Otros dialectos italianos y occitanos que distinguen fonéticamente -r- de -rr- tienen también -rr-: Val Verzasca ba࿉áka (Festschrift Jud, 732), Landas ba࿉ák࿁ ‘cercado alrededor de la casa de campo’ (VKR XII, 194). En todo caso carece de fundamento la opinión del DGén., después repetida por muchos, de que el fr. baraque viene del italiano. El port. barraca ‘tienda de campaña’, ‘choza’ (no se citan autoridades), vendrá del castellano.― ↩
3 Para el área de difusión, desde el Mijares al Júcar, vid. Sanchis Guarner, RFE XXV, 273-4. Para la existencia de un tipo semejante en la costa provenzal-languedociana, y para detalles relativos a la barraca valenciana, vid. Schuchardt, BDC XI, 113-8.― ↩
4 Baist, RF XXXII, 894-5, piensa en PARRA, con P > b por mozarabismo: solo sería posible si el sentido fundamental de parra fuese ‘glorieta’ y hubiera relación con la otra palabra prerromana PARRէCUS ‘majada’ (REW 6253). Para el parentesco bereber en que piensa Dozy, Gloss., p. 236, y Suppl. I, 74, falta todo fundamento sólido, ya que la afirmación del P. Dan, Histoire de Barbarie (París, 1657), «ce qu’ils appellent en leur langue une barraque», debe entenderse ‘lo que ellos llaman con una palabra bereber, que significa barraca’ (Dozy, ya no repite el dato en su Suppl). Para relacionar, como quiere Brüch, WS VII, 157, con un cat. barac ‘zarzo de mimbres’ faltaría primero que esta palabra existiera, lo que no parece ser ya que no figura en ningún diccionario fidedigno, y sólo la trae Bulbena.― ↩
5 Cabría también pensar en paso mozárabe a *tresbarraca con falso análisis romance-morisco, entendiéndolo como ‘tres barracas’ o ‘tras la barraca’ y por lo tanto deglutinación. Parece lo otro más verosímil. ↩