BARNIZ, del b. lat. VERONIX, -զCIS, ‘sandáraca, resina olorosa’, procedente de la ciudad de Berenice o Beronice, en Egipto.

1.ª doc.: verniz, S. XIII; barniz, 1475, Guillén de Segovia, p. 65a (Nougué, BHisp. LXVII); Nebr.

La forma primitiva verniz se halla desde el S. XIII hasta fines del S. XVI. Hoy todavía en Cespedosa de Tormes (RFE XV, 137), en el judeoespañol de Marruecos (BRAE XIV, 578) y en otras partes. La latina VERONIX aparece con este valor en el S. VIII. Ant. Thomas, Rom. XXXVII, 422; Förster, ZRPh. XXXII, 438. Comp. BERNEGAL. No está probada la identificación con el b. gr. βερονίκƓ (S. I, d. C.), que probablemente resulta de una etimología popular; pero sí lo está que el nombre procede de Oriente (FEW I, 332), y como el sinónimo sandáraca viene del sánscrito, deberá estudiarse mejor la posibilidad, que parece probable, de que en definitiva se tomara del sánscr. varȠikā ‘pintura’, derivado de varȠaɅ ‘cubierta, tinte, pintura’, voces clásicas, generales y muy antiguas en el sánscrito, derivadas de la raíz indoeur. wer- ‘cubrir’ (la de los lat. ap(Ȭ)erio y op(Ȭ)erio).

DERIV.

Barnizar [princ. S. XV, Canc. de Baena], antiguamente embarnizar (Nebr., con z sonora, por influjo de la -z de barniz); embarnecido, que se quiso derivar de barniz, tiene en realidad otro origen (vid. EMBARNECER).