BERNEGAL, ‘taza ancha de boca, para beber’, probablemente derivado del it. antic. vernicare ‘barnizar’ (del mismo origen que BARNIZ) o de otra forma romance afín, pero no se conoce bien la historia del vocablo.

1.ª doc.: APal. 65d1.

Según Aut. el bernegal solía ser de plata u oro; según Covarr., de plata (como término toledano)2; mas es posible que esto sea secundario, y que tengan razón Percivale y Oudin al definir vernegal como una vasija de tierra barnizada. C. de las Casas le da vernecato como equivalencia italiana. El catalán antiguo tenía vernigat, que se cita siempre junto con anaps (‘copas, tazas’) y escudillas: aquí es donde puedo señalar la palabra en fecha más antigua, 12843. Además, en Provenza y Delfinado beringaudum (léase bernigaudum?)4 a. 1347, bernigant (por -aut?) 1420, berniguier 1434, breingal (por brenigal?) 1437 (God., Du C.). Y genov. ant. vernigau5, venec. vernicale (‘escudilla de madera para los galeotes’: Oudin), fr. ant. vernigal en la traducción de Marco Polo. Nótese que en el texto italiano figura «vasella vernicale d’oro», es decir ‘vasijas doradas’, literalmente ‘barnizadas de oro’, lo que explica la especialización semántica castellana. Hay que rechazar desde luego la etimología de Eguílaz: ár. bernîya (aceptada después por el FEW I, 254), pues como observa A. Thomas no se explica la intercalación de la -g-, que sólo aparece en hiatos donde figure una vocal posterior6. Hoy la palabra se conserva en Canarias y en Venezuela (BRAE, VII, 627; Picón Febres)7. En un trabajo reciente Malkiel, Language XXV, 165-174, propone partir de *HIBERNէCALE ‘vasija para guardar alimentos durante el invierno’, base que presenta muy poca verosimilitud semántica y morfológica, y tropieza con el carácter casi general de las formas en -i-. De todos modos la documentación indica que en castellano bernegal es un préstamo, y no sería inverosímil suponer que las formas italianas en -ale procedan de una región donde -ATU dé, -au; en castellano puede venir del it. o del cat. vernigat, comp. cast. farol < faró, murc. bujarasol < cat. burjassot. Los Kahane, RPhCal. XIV, 289-294 lo relacionan con el gr. tardío βερενικάριον (Galeno), βερνιχάριον (S. III d. C), etcétera, ‘nitre, salnitre’; de aquí la palabra habría pasado a designar una especie de vidrio de color amarillo o ámbar y después diversos utensilios que primitivamente se habrían hecho de este material. Formalmente la idea no causa escrúpulos, pero no me puedo detener a examinar cuidadosamente el aspecto semántico; sobre todo, se nota que la segunda acepción o acepción intermedia solamente la documentan en un tratado de fecha incierta (SS. III-XI) y sólo para la palabra primitiva Ǫελος βερωνιχóς (= vidrio nítrico, aproximadamente). Bερενικάριον vendría del nombre de lugar egipcio BερενίκƓ, cerca de donde se obtendría el nitro; pero no deciden si este nombre viene del de la princesa Berenice o es un nombre egipcio (más tarde copto Pernoudj, ár. BarnûǤ) alterado después por la etimología popular Berenice. (V. BARNIZ).

1 «Catinum dizen vaso torneado o almofia bernegal». Catinum era una fuente de loza, y almofía una jofaina. Pero ¿bernegal es aquí adjetivo aplicado a almofía? Más bien habrá que suponer una coma entre las dos palabras y tenerlo por sustantivo.―

2 También Fz. de Oviedo habla de un bernegal de oro, y Núñez de Cepeda de uno de plata.―

3 Reva de Perpinyà, RLR IV, 376. También (mal leído veringat) en un inventario de la Atarazana barcelonesa, a. 1489, Moliné, Consolat de Mar, p. 371.―

4 Esta enmienda, propuesta, como las otras, por Antoine Thomas, Rom. XXVIII, 173, es probable, aunque no bien segura, comp. cat. ant. berenguera ‘orinal de tierra o metal’ (SS. XV-XVI). Puede tratarse de alteraciones fonéticas de bernig- ( > berning- > bering-) o bien de otra palabra, debida a una personificación (BERENGARIUS, BERENGAUDUS), comp. cast. Don Pedro ‘orinal para enfermos’.―

5 Hoy vernigò ‘copa de cobre, bronce o madera para poner dinero’ (Casaccia). La terminación actual no corresponde a -ALE ( > ) ni a -ORE ( > ) ni a -ATU (> -ôu). ¿Será un provenzalismo, antiguo ya en genovés, y procedente de -ALE? ¿O debemos comparar con la forma delfinesa en -audum y pensar en un nombre de persona? Pero esto no estaría de acuerdo con la v- ni con -ni-.―

6 También duda de ella Baist, KJRPh. VI, i, 385. Sainéan, Sources Indig., II, 406, propuso ya relacionar con vernicare.―

7 Trae documentación valiosa Vidos, Parole Marin, pp. 604-8. Vernigale aparece en el bajo latín genovés en 1268, y el venec. vernical en el S. XVI. La argumentación de Vidos está viciada por el punto de partida falso de que el vocablo viene del ár. bernîya y de que la intercalación de -g- sólo puede explicarse en España. En realidad en España se explica tan poco como en otras partes y hay que desechar esta etimología. Además de la dificultad fonética nótese que en ár. es voz mal documentada (sólo en Freytag, «vas fictile vitreum in quo quid reconditur», sin fuentes) y ajena al árabe vulgar (falta en Dozy, Suppl., Dieterici, Lerchundi, Beaussier, etc.). Mientras no sepamos en qué fuentes aparece, no podremos decidir si deriva del galicismo bernî «verni, vernissé» (Beaussier) o si es afín a burûn «cruche», que ya está en R. Martí.