AZOMAR, ‘azuzar los animales para que embistan’, antiguamente ‘indicar, sugerir’, viene de ASOMAR en el sentido de ‘mostrar, dejar ver la punta de algo’, con influjo fonético de AZUZAR.
M. P.,
Rom. XXIX, 339, propuso derivar de
¡a somo! ‘hacia arriba’ como exclamación incitativa para los animales, paralela a
¡a suso! y
¡arriba! (Wolf,
Primav., n.° 124). Expuesta así la idea puede despertar dudas semánticas, pues azuzar el perro no consiste tanto en hacerle levantar cuando está echado como en lanzarle a la persecución de algo o de alguien, excitándole con interjecciones expresivas como
zuz o
sus (de donde
azuzar)
1. Sin embargo la idea de derivar
azomar del lat.
SUMMUS es buena si la tomamos en el sentido que sugieren otras obras de M. P. En el Glosario a sus
Infantes de Lara pone en relación el uso de
açomar (
asomar en otros mss.) en la Crónica de 1344, donde
açomar el sueño significa ‘indicar, sugerir, proponer (una idea soñada, fantaseada)’ con el de
asomar ‘apuntar, indicar’ («lo cual, por ser breve, lo
asomo solamente y no lo declaro», en Azpilcueta, a. 1542), que no es más que una aplicación figurada de
asomar ‘dejar ver la punta de algo’ («el ratón asomó la cabeza»); claro está que de la idea de ‘indicar’ se pasó a ‘azuzar’, que consiste justamente en señalar al perro la víctima que debe ser su objetivo, y entonces el influjo de
azuzar convirtió
asomar en
azomar. Comp. ingl.
pointer ‘sabueso’, de
point ‘señalar’. Por otra parte en sentido comercial se usó
azomar como sinónimo de ‘concertar (el precio de algo)’, es decir, proponer o indicar lo que quiere pagarse: así lo hallamos en
Calila y Dimna (Rivad. LI, 74) y en unas Ordenanzas de Oviedo de 1274. Además
açumar aparece con esta ac. en la
Hist.
Troyana de h. 1270 (87.27); en esta variante el influjo de
azuzar se ha extendido a la vocal, como ocurre con las formas
azumir,
afumar, que hoy se emplean para ‘azuzar’ en varios pueblos de Cáceres y Salamanca (Espinosa,
Arc.
Dial., 17-18).
Azomar tenía antiguamente
ç sorda (G. de Segovia, p. 86; APal.; Nebr.; como hoy en Cáceres). En Maragatería se toma actualmente en el sentido de ‘perseguir, inquietar (a una persona)’ (
BRAE II, 632). Más datos en Cej. VIII, § 120. Es dudosa la variante
açamar que según el
DHist. figura en la
Comedia Eufrosina. Es inverosímil la etimología citada por Eguílaz, 324, ár.
Ɋámà ‘empujar’ (no «excitar»), palabra ajena al árabe vulgar (falta Dozy,
Suppl.
A. arag. azomallo, en Echo, ‘lo que se come junto con el pan’ (Rohlfs, ASNSL CLXVII, 249; azamallo en la p. 245: una de las dos formas será errata), es decir lo que sirve para incitar el apetito.