AZACÁN, ‘aguador’, del ár. saqqâȐ íd. (de la raíz s-q-y ‘dar de beber, regar’, comp. ACEQUIA).

1.ª doc.: h. 1280, Crón. Gral.; Gral. Est.

Dozy, Gloss., 221-2; Eguílaz, 315-6; Neuvonen, 187-9. También port. açacal [Fr. PantaleƟo d’Aveiro, 2.ª mitad S. XVI: RL XVI, 91]; sic. saccaru (De Gregorio, ZRPh. XLIX, 530, con etimología errónea). Tenía asimismo ç sorda en castellano antiguo (así Nebr., etc.). Aunque el significado ‘proveedor de agua’ es bien claro hasta el S. XVII, posteriormente sólo se emplea en comparaciones (sudar o trabajar como un azacán, llevar una vida de azacán) y en consecuencia su sentido se hace más vago, llegando para algunos a significar ‘ganapán, mozo de cuerda’. Ya Nebr., por lo demás, aparte de la ac. propia, da «açacan en el real: lixa» (es decir, ‘mozo o faquín en un ejército’), lo cual se explica por la gran importancia del aprovisionamiento de agua para las tropas.

Para la -n agregada en castellano y la -l portuguesa, agregadas como de costumbre tras vocal final tónica, vid. M. L. Wagner, RFE, XXI, 237-43.

Es difícil decidir cuál es el origen de azacán en el sentido de ‘odre para agua’ (así dos veces en la Gr. Conq. de Ultr., y además en Antonio de la Torre). Puede tratarse de una metonimia (‘aguador’ > ‘enser característico del aguador’), como opina Neuvonen, o bien del ár. siqâȐ ‘odre’ (palabra de la misma familia que azacán), quizá influido en su vocal por el otro sinónimo castellano ZAQUE, también de origen arábigo.

DERIV.

Azacanarse. Azacanear.