AVE, del lat. AVIS íd.

1.ª doc.: Cid.

Es vocablo muy frecuente en los textos medievales (Cid, Berceo, 1.ª Crón. Gral., Fn. Gonz., Apol., J. Manuel, J. Ruiz, etc.; más tarde, vid. Cej. IV, § 139). Y sin embargo la glosa «aves: volatilias» del Glosario de Silos es indicio de que, por lo menos en la zona oriental, no siempre fué igualmente popular. De todos modos ya en el Fuero de Navarra hallamos av, y tenemos auf (combinación de *af con au) en el Fuero de Teruel (S. XV). Por lo demás el castellano con el portugués y el sardo son los únicos romances donde el vocablo latino se ha conservado, pues si bien algo se encuentra en catalán antiguo es sólo con carácter esporádico y algo latinizante: lo normal allí fué siempre ocell y éste es el único vocablo popular en la actualidad1. Para compuestos y derivados antiguos en castellano, además de los citados abajo, V. AGUZANIEVES, AVUCASTA, AVUTARDA. M. P., Oríg., 420n.3, observa que es difícil decidir si el cast. ave fría es traducción del vasco egazti otza o viceversa.

DERIV.

Avecilla. Avechucho [1605: Pícara Justina], parece despectivo de ave, resultante de una asimilación de *avezucho2. El ast. abegosu ‘azaroso, desgraciado’ (V), de etimología muy dudosa, acaso venga de un *AVICĶSUS derivado del tipo *AVICE, a su vez derivado de AVIS, de donde procede el cast. ant. auze ‘ventura, suerte’, auze mala o auze dura ‘desgracia’ (para el cual vid. M. P., Cid, 489, y aquí, s. v. aguzanieves), cf. gall.-port. avizimao ‘infeliz, desgraciado’ («se lhi con el non fogides, terran / todos que sodes om’ avizimao» CEsc. 247.14) < *AVICE-MALUS y avegoso ‘feliz, de buena ventura’ («Podera-m’eu ben, se foss’ avegoso, / caer en bon prez e onrado seer» CEsc. 286.7) < *AVICOSUS; menos probable es aún que resulte de un cruce de avieso con perigoso ‘peligroso’, pues ésta es forma gallega y no asturiana, y las dos palabras no tienen sentido igual. Avería ‘lugar donde se crían aves’, ‘conjunto de aves’ (1624)3. Averío ‘conjunto de aves’. Avica. Aviación, aviador, tomados del fr. aviation [1863: Migliorini, VRom. II, 267], aviateur, derivados cultos del lat. avis4; avión [en francés, 1875] se tomó en fecha más reciente, a fines de la primera guerra mundial (comp. aeroplano).

CPT.

Avicultura [falta aún Acad. 1884], formado según el modelo de agricultura; avicultor; avícola (Supl. a la Acad. 1936-9).

Parece ser un compuesto de ave el antiguo abderramía o abdarramía, documentado desde Juan Manuel (las variantes abdabamia y abdarmia pueden ser erratas), que reaparece en Johan de Sant Fagunt y en López de Ayala, ahí con las variantes abduramía, apdaramía, anderramía y, predominando ya, averramía (abe-), vid. BRAE XXXIV, 88-89. Lope emplea dos veces en verso averramía, inequívocamente acentuado ambas en la í: BRAE XXVI, 295; y el DHist. cita ej. de aberramía en Fz. de Oviedo y en el P. Cobo, ambos como nombre de una ave americana: aquél dice que es de plumaje encarnado. Del análisis de los pasajes de J. Manuel, Baist, Libro de la Caza, pp. 107, 114, deduce que la definición «especie de pato» de Aut. es errónea, y que se trata de una ave acuática bastante grande, de paso, probablemente una zancuda; del texto del Infante se infiere claramente que es una especie de garza, y aun parece que él emplee el vocablo como adjetivo que determina este nombre de ave, junto con garças blancas, pardas, rubias. Del pasaje de la Jerusalén Conquistada de Lope se deduciría que es ave cantora, pero no podemos asegurar que el poeta conociera el ave tan bien como su nombre. En otros pasajes del Infante y en los ya aludidos se halla también ramía, junto con abderramía, aquél claramente como adjetivo que acompaña a garça (no creo que atine Baist al sugerir que garças ruuias en parte de estos pasajes sea errata por ramías, teniendo en cuenta la existencia del port. garça ruiva «rohrdommel» y del alem. purpurreiher a que hizo referencia Pietsch en una anotación marginal manuscrita). Esta coexistencia de abderramía con garça ramía nos tienta a creer que abde- sale de avze, forma etimológica del cast. auze ‘ave’, con el paso de z a d, que es normal en muchas hablas leonesas modernas, pero creo debemos resistir a esta tentación por tratarse de un fenómeno sólo moderno en leonés.

De todos modos, me parece claro que ramía (en garça ramía) será un adjetivo de formación paralela al fr. ramier «qui vit dans les bois, sauvage» (hoy aplicado al palomo torcaz, pero antiguamente a otras aves además de ésa), y derivado como él de RAMUS, colectivo RAMAramaje’. Averramía parece un compuesto enteramente paralelo; sin embargo, la cronología indica que averramía (o más bien abe-) ha de ser reducción fonética de la forma antigua abderr-, que puede analizarse como síncopa de av(e) de ramía (comp. lo dicho de aguzanieves). Deja cierto escrúpulo el hecho de que entonces esperaríamos más bien *abderrama, por ser sustantivo el segundo componente; sin embargo, un colectivo ramía = ramaje ‘boscaje’ es también posible, y aun podríamos pensar en que un cruce de *abderrama con su sinónimo garça ramía diera abderramía. De todos modos, parece probable que el vocablo sea compuesto de AVIS y RAMUS en una u otra forma.

Es cierto que el parecido de abderramía con Abderrahmen hace pensar en un derivado de este nombre (suponiendo, por ejemplo, que fuese ave preferida de uno de los califas cordobeses de este nombre, sin duda amigos de la caza), y aun parece confirmarlo la variante abdurramía que aparece repetidamente en López de Ayala, dado que Abdu-r-rahmân es la variante clásica del nombre pronunciado Abd-er-ráɅmen en hispanoárabe; el sufijo adjetivo -î, -îya, es vivacísimo en árabe, mucho más que el sufijo -ío, -ía, en romance, y sin embargo tal derivación sería seguramente imposible en hispanoárabe y aun en mozárabe (esperaríamos -raɅmenîya), y aunque algo menos difícil de concebir en romance, admitiendo ahí una pronunciación reducida *Abderrame, todo esto queda muy hipotético. En conclusión, sospecho que esto no pasa de ser una pista falsa.

1 Alcover da un ej. de au en Lulio y otro en las Costumbres de Tortosa (S. XIII). Conozco otros en el mismo autor (Doctrina Pueril, 7, 168, 176, 231) y en el mismo texto jurídico (ed. Oliver, p. 422), y algún otro caso suelto (A. el Capellán, De Amore, p. XXII), pero son raros los autores medievales que emplean el vocablo. Hoy es ajeno al lenguaje hablado, aunque se escribe bastante, por influjo castellano.―

2 Aunque ninguna de ellas es decisiva, ciertas razones hacen pensar en la posibilidad de que sea alteración de *bichucho, despectivo de bicho, bicha: a) la mayor frecuencia del masculino respecto del raro avechucha (sólo una vez en Tirso: DHist.); b) se aplica muy comúnmente a sabandijas de todas clases (DHist.) sin que se advierta preferencia decidida por las aves; c) avichucho fué empleado por Torres Villarroel; d) la forma avichuela, aplicada por el Maestro Correas a piojos, chinches y pulgas, viene evidentemente de un]a bichuela. Es verdad que a todos estos argumentos se puede hallar una réplica, y que el primero se desvirtúa al tener en cuenta que para el cambio de una bichucha en una abichucha (y luego avechucha por influjo de ave) deberíamos partir también del femenino.―

3 Debe separarse del cat. averia ‘cabeza de ganado mayor’, que junto con el vasco abere sale del lat. HABERE.―

4 Vid. Bloch, s. v.