ATOQUE, arag., ‘cierto adorno o aderezo’, del ár. ƫaȬq ‘collar’.

1.ª doc.: atoch, 1365, BRAE IV, 211; atoque, 1390.

Sale muchas veces en los inventarios aragoneses publicados por Serrano y Sanz en la citada revista. En el doc. más antiguo se habla dos veces de un atoch de perlas (con -ch = -c según la grafía catalana); en uno de 1411, de un «panyo de oro, cárdeno, atoquado con los atoques vermelles» (ib. IV, 529), y en otros de 1492 de otras clases de paño con atoques de cetí, de carmesí o de azeituní (ib. III, 364). Luego se trataba de un adorno aplicado al vestido. Acaso tengamos la misma palabra en el Arancel de los diezmos de la mar cobrados por el Condestable en las Vascongadas, año de 1488, donde se cobra «por docena de adoque medio amaravedí» (Ibarra, BRAE XV, 491); también de J. del Encina, RFE XL, 135, resulta que adoque es efectivamente lo mismo que adoque. Indicó la etimología Steiger, VRom. X, 13. Se comprende la aplicación a paños, pues ƫaȬq era especialmente una sarta de bolitas de ámbar, vidrio, hueso, etc. En todo caso no satisface derivar de TOCAR, en el sentido de ‘retoque’ (comp. el citado verbo atocar), pues ‘retocar’ no es ‘adornar’, ni tampoco de TOCA en el sentido de ‘adorno del tocado’, pues esta clase de adornos han de referirse a la cabeza, mientras que aquí se trata de paños.