ATOQUE, arag., ‘cierto adorno o aderezo’, del ár. ƫaȬq ‘collar’.
Sale muchas veces en los inventarios aragoneses publicados por Serrano y Sanz en la citada revista. En el doc. más antiguo se habla dos veces de un
atoch de perlas (con
-ch = -
c según la grafía catalana); en uno de 1411, de un «panyo de oro, cárdeno,
atoquado con los
atoques vermelles» (ib. IV, 529), y en otros de 1492 de otras clases de paño con atoques de cetí, de carmesí o de azeituní (ib. III, 364). Luego se trataba de un adorno aplicado al vestido. Acaso tengamos la misma palabra en el Arancel de los diezmos de la mar cobrados por el Condestable en las Vascongadas, año de 1488, donde se cobra «por docena de
adoque medio amaravedí» (Ibarra,
BRAE XV, 491); también de J. del Encina,
RFE XL, 135, resulta que
adoque es efectivamente lo mismo que
adoque. Indicó la etimología Steiger,
VRom. X, 13. Se comprende la aplicación a paños, pues
ƫaȬq era especialmente una sarta de bolitas de ámbar, vidrio, hueso, etc. En todo caso no satisface derivar de
TOCAR, en el sentido de ‘retoque’ (comp. el citado verbo
atocar), pues ‘retocar’ no es ‘adornar’, ni tampoco de
TOCA en el sentido de ‘adorno del tocado’, pues esta clase de adornos han de referirse a la cabeza, mientras que aquí se trata de paños.