ALFORFÓN, ‘planta de que se hace pan, llamada también trigo sarraceno’, origen incierto; parece derivado del gall. alforfa ‘alfalfa’, o alteración del cat. fajol ‘alforfón’ por influjo de alforfa.
Deben desecharse las etimologías arábigas de Dozy,
Gloss., 116 (
furfûr ‘euforbio’, ‘harina que se hace con el fruto del árbol llamado yanbut’, aprobada por Baist, C. Michaëlis y Steiger) y de Eguílaz (
furfûra ‘color rojo oscuro’), pues además de la grande dificultad semántica no están de acuerdo con el hecho de que el alforfón es planta de introducción muy tardía en España y de procedencia europea. Por razones semánticas no parece posible que haya relación con el port.
alforfião =
euforbio. Según Candolle, citado por Spitzer (
WS IV, 142-4), el alforfón se introdujo en Francia en el S. XV, procedente de Alemania, Rusia y Tartaria (de aquí el nombre
blé sarrasin, imitado por el cast.
trigo sarraceno:
sarraceno no es palabra popular en español); todos los autores están de acuerdo en que hoy todavía se cultiva poquísimo en el territorio de lengua castellana; su cultivo sólo tiene cierta importancia, dentro de la Península Ibérica, en Cataluña, especialmente en Olot, y además en Portugal, según Colmeiro IV, 581; puede agregarse Galicia, pues Vall. registra
alforfón como nombre gallego. De la documentación reunida por Colmeiro resulta que el primer autor que cita nombres vulgares castellanos del alforfón, atestiguando así su introducción en el país, es Cienfuegos, en 1627 (
trigo cabruno,
trigo-haya); en 1555 lo da Laguna como planta sólo conocida en Alemania (con el nombre de
heidekorn, modelo de
blé sarrasin)
. Teniendo en cuenta estos antecedentes parece acertada la idea de Spitzer de considerar
alforfón como alteración de
alforjón y éste del cat.
fajol1 [1762 y quizá ya en 1712, vid. Colmeiro]; éste es derivado de
faig ‘haya’, del lat.
FAGEUS, por el parecido entre el grano de las dos plantas, comp. cast.
trigo-haya, oc.
bla fatse, lomb.
f(
r)
aina, lat. mod.
fagopyrum, alem.
buchweizen. Pero como no se comprendería una alteración espontánea de
fajol en
alforjón, deberemos admitir, teniendo en cuenta que el alforfón es también planta forrajera (Colmeiro,
Dicc. de los n. de muchas plantas, s. v.; López Martínez,
Dicc. Agr.), que esta alteración se debió a influjo del gall.
alforfa ‘alfalfa’ (vid.
ALHOLVA) o que es un mero derivado de este último creado al introducirse el nuevo forraje, a base del nombre de un forraje ya conocido. Por lo demás en Asturias en tiempo de Sarmiento (1725) se llamaba
alforxón a una especie de bulbo que en Galicia era
freixón o
froxón, nombre para el cual V. nota en
FRIJOL; de suerte que quizá lo cruzado con
fajol sea un descendiente de
PHASEOLUS ‘habichuela’. Otra variante debe de ser
trigo fanfarrón que creo aragonesa, y que Oliván, 1849, identifica con el
fontegí; ahora bien el documento valenciano de 1322 que cito s. v.
FONTEGÍ, da a la variante val.
fontesí la equivalencia
blat moresch, que parece claramente equivalente de
trigo sarraceno, no sólo por el sentido de esta denominación sino también por el detalle (subrayado en el documento) de ser un cereal que produce más grano pero más ordinario que el candeal. Dato interesante además por indicar que el alforfón no se introdujo en el Oriente de España en el S. XV sino ya antes del XIV. En conclusión es probable que el nombre
alforfón se creara en Galicia, bien espontáneamente o como alteración del cat.
fajol, y que de allí se extendiera al resto de España. Sólo una historia del cultivo de la planta en España permitirá aclarar los pormenores de esta derivación.