ALACRÁN, del ár. vg. ⺆aqráb (ár. ⺆áqrab) íd.
Ya en el S. XIII la vieja palabra romance
escorpión necesitaba ser explicada en las obras alfonsinas. Neuvonen, 143. Variante metatética
arraclán en Cespedosa (
RFE XV, 155), Salamanca y Aragón. También port.
alacrau,
lacrau, val.
alacrà [S. XV]
1. Para otras variantes portuguesas (
licranço, etc.), vid. Wagner
ARom. XIX, 118. Sobre los nombres gallegos del
liscáncere trató extensamente M. Sarmiento en su
Onomástico de 1765, § 357-396; «
liscáncere ni es culebra ni víbora, pero es de un palmo y parece víbora manchada» (
CatVG. 63
v, 240
r y
v. Sin embargo ni el port.
licranço (como observa Fig.) ni el nombre gallego designan el alacrán ni la culebra sino el pequeño e inofensivo reptil conocido por
lisón en algunos dialectos castellanos y por
llisona,
anadull,
noia de serp o
serp de vidre en catalán, nombres éstos que derivan de
liso por el deslizarse del animalito. Hubo cruce de
alacrán con este
lis- pues, en efecto, la ignorancia popular confunde a menudo los dos reptiles y achaca a éste picada no menos venenosa. Junto a la forma gallega más conocida
liscáncer, cita Sarm.
liscanzaro en Caldelas,
liscance más al E. (en Soutelo de Montes),
esconcer en el Norte (Lugo y Viveiro) y
cancer en Sarria (240
v). Variantes locales en
GdDD 291. Comp.
ALICANTE y
ARRACLÁN.