ABIGARRADO, del mismo origen que el fr. bigarré íd., quizá tomado de éste; al vocablo francés se le cree procedente del gascón o del languedociano; palabra de origen e historia inciertos, no autóctona en castellano, por lo menos en el central.
1.ª doc.: 1611; bigarrado 1566, Arbolanche (cf. infra).
Quizá lo más convincente atendiendo a dicho cat. bigarra, sería suponer que en todas partes se partiera de un sustantivo así, formado como una especie de despectivo-diminutivo de VIGA, con el sentido de ‘listas de color a modo de pequeñas vigas’. Cierto que -arra, -arro suele ser sufijo de valor aumentativo más que diminutivo, pero se trata en esta clase de una relación de dirección ambivalente: recuérdese el caso de -ONE, diminutivo en fr., oc., cat. y arag., aunque sea aumentativo en latín, italiano y castellano.
Comp. además Brüch, ZRPh. XL, 6453. Tiene significado muy especial el domin. abigarriao ‘lloroso, desaliñado’. La variante cast. bigarrado ‘abigarrado’ (fin del S. XVIII y S. XIX) es galicismo abusivo; aunque no siempre lo fué esta forma, pues es la que suele emplear Arbolanche (un bigarrado sayo, 180r29, asimismo 97r4, 122v13): como era navarro, de Tudela, esta primera documentación del vocablo demuestra por lo menos una de sus vías de penetración.
DERIV.
Abigarrar [1726].
1 Covarr. parte con verosimilitud de la aplicación de abigarrado a los trajes, y agrega «otros dizen aver llamado assí a los Tudescos (sic) de cierta tierra llamada Bigorre, que fueron los primeros que usaron aquellos jubones y coletos acuchillados con bocados de colores diferentes». Es por lo menos curioso que los habitantes medio vascos de Bigorra ya fueran célebres en la Antigüedad por su traje. Paulino de Nola dice que los Bigerri iban vestidos de pieles, y Sulpicio Severo y Venancio Fortunato citan la vestis bigerrica como híspida o hirsuta; biger(r)a o bicerra es nombre de un traje velloso en glosarios latinos. Recuérdese además que Virgilio el gramático llamaba bigerrus sermo a su lenguaje extravagante. Véase para todo esto los artículos bicerra y Bigerri del ThLL. Parece tener algún fundamento esta etimología, pero quisiéramos encontrar pruebas de la existencia de bigarrat en lengua de Oc antigua.― ↩
2 Es ya Rabelais (o el arreglador o continuador coetáneo del 5e. Livre) el que sugirió una relación etimológica entre bigarré y garre (o garré): «aorist issu de preterit tres imparfaict des Grecs et des Latins, en temps garré et bigarré receu» (5e. Livre, cap 1, ed. Plattard, p. 11): lo cual, desde luego, no prueba que la idea sea atinada. El vasc. *bigarr ‘urraca’ es invención de GdDD 5003, aunque él la achaca a Schuchardt.― ↩
3 Friederici Am. Wb 89 cita algún ej. americano del vocablo, considerándolo derivado de BIJA, error evidente. ↩