ABIGARRADO, del mismo origen que el fr. bigarré íd., quizá tomado de éste; al vocablo francés se le cree procedente del gascón o del languedociano; palabra de origen e historia inciertos, no autóctona en castellano, por lo menos en el central.

1.ª doc.: 1611; bigarrado 1566, Arbolanche (cf. infra).

Gasc., langued. bigarrat, lemos. bijarrat (Mistral, Palay), cat. bigarrat [1531]; en francés desde el S. XV. Schurchardt, ZRPh. XI, 500-1, señaló además el b. nav. pikarda, lab. pikarta ‘abigarrado’ (comp. Toulouse bigartat en Goudelin, según Mistral); en vista de estas formas debería analizarse si se trata de un iberismo o vasquismo irradiado desde Gascuña, con alternancia consonántica comparable a la de izquierdo - ezkerra1. Especialmente importante es el cat. dial. bigarra ‘cada una de una serie de listas de color que interrumpen la tonalidad uniforme de un tejido, de una piedra, etc.’ («aquesta classe de pedra fa unes bigarres a damunt»), que sólo he oído en el Valle de Boí, zona sumamente conservadora y limítrofe del gascón. No es convincente la idea de Schuchardt de considerarlo variante de oc. pigalhat ‘salpicado de pintas’ derivado de piga ‘lunar’, a no ser que se admita un cruce con otro vocablo (Gamillscheg, EWFS, sugiere el fr. billebarré). Sainéan, ZRPh. XXX, 558-9, (y Rev. des Ét. Rabelaisiennes X, 264-71; Sources Indig. I, 117), deriva del langued. bigar, gasc. bijar ‘abejorro’, pero no es idea muy convincente en lo semántico, y el origen de este vocablo es a su vez oscuro. Bloch (comp. Sainéan, La Langue de Rabelais, II, 137, y Spitzer, BhZRPh. XXIX, 55n.) saca bigarré del fr. antic. garre íd. (SS. XIV-XVI)2, pero no se ve de dónde viene éste ni el modo de formación de su presunto derivado; lo mismo hace Wartburg (FEW IV, 64-65), explicando que bi- es BIS-, lo cual es muy difícil, pues entonces se esperaría bes- con e, y no hay huellas de la s en lengua de Oc, a pesar de que allá ya se documenta en 1524; otras dificultades las reconoce él mismo (véase).

Quizá lo más convincente atendiendo a dicho cat. bigarra, sería suponer que en todas partes se partiera de un sustantivo así, formado como una especie de despectivo-diminutivo de VIGA, con el sentido de ‘listas de color a modo de pequeñas vigas’. Cierto que -arra, -arro suele ser sufijo de valor aumentativo más que diminutivo, pero se trata en esta clase de una relación de dirección ambivalente: recuérdese el caso de -ONE, diminutivo en fr., oc., cat. y arag., aunque sea aumentativo en latín, italiano y castellano.

Comp. además Brüch, ZRPh. XL, 6453. Tiene significado muy especial el domin. abigarriao ‘lloroso, desaliñado’. La variante cast. bigarrado ‘abigarrado’ (fin del S. XVIII y S. XIX) es galicismo abusivo; aunque no siempre lo fué esta forma, pues es la que suele emplear Arbolanche (un bigarrado sayo, 180r29, asimismo 97r4, 122v13): como era navarro, de Tudela, esta primera documentación del vocablo demuestra por lo menos una de sus vías de penetración.

DERIV.

Abigarrar [1726].

1 Covarr. parte con verosimilitud de la aplicación de abigarrado a los trajes, y agrega «otros dizen aver llamado assí a los Tudescos (sic) de cierta tierra llamada Bigorre, que fueron los primeros que usaron aquellos jubones y coletos acuchillados con bocados de colores diferentes». Es por lo menos curioso que los habitantes medio vascos de Bigorra ya fueran célebres en la Antigüedad por su traje. Paulino de Nola dice que los Bigerri iban vestidos de pieles, y Sulpicio Severo y Venancio Fortunato citan la vestis bigerrica como híspida o hirsuta; biger(r)a o bicerra es nombre de un traje velloso en glosarios latinos. Recuérdese además que Virgilio el gramático llamaba bigerrus sermo a su lenguaje extravagante. Véase para todo esto los artículos bicerra y Bigerri del ThLL. Parece tener algún fundamento esta etimología, pero quisiéramos encontrar pruebas de la existencia de bigarrat en lengua de Oc antigua.―

2 Es ya Rabelais (o el arreglador o continuador coetáneo del 5e. Livre) el que sugirió una relación etimológica entre bigarré y garre (o garré): «aorist issu de preterit tres imparfaict des Grecs et des Latins, en temps garré et bigarré receu» (5e. Livre, cap 1, ed. Plattard, p. 11): lo cual, desde luego, no prueba que la idea sea atinada. El vasc. *bigarr ‘urraca’ es invención de GdDD 5003, aunque él la achaca a Schuchardt.―

3 Friederici Am. Wb 89 cita algún ej. americano del vocablo, considerándolo derivado de BIJA, error evidente.