VIGA, en portugués viga, en cat. y oc. biga, origen incierto; quizá del lat. BզGA ‘tronco de dos caballerías que tiran de un carro’, ‘carro tirado por ese tronco’, suponiendo que tuviera más tarde el sentido ‘timón de carreta’; el alb. vik, vigu, que al parecer tiene el mismo origen, significa en efecto ‘timón del arado’ y en occitano medieval biga parece haber tenido el significado de ‘yugo’.
1.ª doc.: Cid.(2290, 3365).
En portugués, aunque el vocablo sufre la concurrencia de trave, no parece que viga sea menos usual y castizo que éste, aunque no veo datos anteriores a Bluteau: «viga: trave; viga pequena: tigillum», salvo el ej. que proporcionan las Ctgs.: «se o colgasse... d’?a viga» 399.25; en los dialectos es usual, p. ej. en la Sierra de la Estrella, pron. víར? (VKR IV, 90). Obsérvese que lo mismo en portugués que en cast. es antigua y general la v-. En contraste con ello, en catalán se ha escrito siempre biga1, y así se pronuncia unánimemente en las hablas que distinguen la pronunciación de las dos labiales sonoras, así en las Baleares como en las provincias valencianas y en Tarragona (dicc. Alcover), también en l’Alguer (AORBB V, 165); ya está documentado en el S. XIII (Cost. de Tortosa), desde primeros del siglo, 1226: «XVI solidos... quos mihi debet pro bigis quas ei vendidi, et ipsas bigas...», Cartul. de St. Cugat III, p. 415. El sentido es precisamente el de la voz cast., y su empleo no es menos general.
Parece serlo también en oc., por lo menos en las hablas gasconas, languedocianas y provenzales (ej. de Roumanille en Mistral)2; Raynouard cita un ej. en el Filomena (Narbona, 1.ª mitad S. XIII), y Pansier agrega otros aviñonenses de 1372 y 1402. También aquí la b- es general o poco menos: Du C. da un ej. narbonense de 1242 y otro marsellés de 1337, mientras que sólo encuentra viga en un texto de Carcasona de 1435 (grafía repetida); por lo demás, la grafía biga aparece también en bajo latín en un texto de Huesca del año 1247. Fuera de los cuatro idiomas del Suroeste, el vocablo es ajeno al resto de la Romania, al menos en su sentido castellano, pues el sardo biga, con sus derivados bigarone «travicella, corrente» y bigone «palo biforcuto», suele mirarse como préstamo catalán (AGI IX, 355; Salvioni, RDR IV, 207; M. L. Wagner, ASNSL CLX, 234); lo mismo suele hacerse con el sic. bica.
El problema etimológico es oscuro y ha sido poco investigado. Diez (Wörterbuch, 497), observando que la viga designa un madero horizontal, sugiere con duda partir del lat. BզGA ‘carro’, «siendo así que éste lleva maderos análogos», y agrega que VIBIA habría dado *vija y no viga. M-L. (REW 1095), en su primera ed., declara injustificado semánticamente el étimo BզGA, mientras que en la 3.ª ed. da esta misma etimología como segura sin dar explicaciones ni citar bibliografía que aclare la cuestión. Ambas actitudes parecen erróneas, y aun quizá más la segunda, pues realmente haría falta apoyar fuertemente la idea para que pueda admitirse generalmente. Pero apresurémonos a advertir que las demás etimologías propuestas son desde luego mucho menos convincentes. Cornu (GGr. I, § 229) modifica la segunda idea de Diez, admitiendo que VIBIA ‘travesaño apoyado en un horcón’ se cambiaría en *VIBէCA según el modelo de voces de sentido análogo, como PERTէCA y SUBLէCA, y que de ahí resultaría viga; como ya objetó Jud (ASNSL CXX, 88n.), esto no puede admitirse fonéticamente, «a no ser que supusiéramos una haplología *VIBICA > *VICA» (lo cual es demasiado audaz)3; en conjunto se impone desechar esta idea. Spitzer (ZRPh. XLIV, 189n.) y Rohlfs (ZRPh. XLV, 672) propusieron derivarlo del tipo onomatopéyico fr. dial. bique ‘cabra’, según aquél «por la imagen de la cabra delgaducha que se encabrita para alcanzar algo»; pero esto sólo serviría para denominar el cabrio (cuyo nombre viene efectivamente de CAPRA), de posición inclinada, no la viga, que es siempre o casi siempre horizontal; además el tipo bique ‘cabra’ es sólo francés (con escasísimas prolongaciones occitanas, sospechosas de importación norteña: FEW I, 360a), y por lo tanto no coincide en parte alguna con el área de viga; finalmente, la -g- de este vocablo discreparía injustificablemente de la -q- prácticamente constante de bique4. Tampoco veo posible partir del vasco biga ‘ternera’ (quizá voz onomatopéyica, comp. macedorrum. bică íd.), como quisiera Griera (ZRPh. XLVII, 191; ARom. XII, 545), quien debe de pensar en el fr. poutre ‘viga’, primitivamente ‘potranca’: pero no hay paridad semántica, pues la potranca y animales análogos que han designado vigas (aran. saumèt, propiamente ‘asno’) se caracterizan por ser bestias de carga, lo cual no ocurre con la ternera.
En definitiva, si no preferimos declararnos por un origen prerromano ―lo que no estaría fuera de razón―, lo único digno de estudio entre las etimologías propuestas es la posibilidad de partir del lat. BզGA. Sabido es que éste designó primitivamente, y con carácter colectivo, los dos animales enganchados a un mismo yugo (< BI-JUGAE) o que tiran de un mismo carruaje, y así BIGAE primero se encuentra exclusivamente en plural; pero ya en la Edad de Plata se generaliza el singular BIGA, y se aplica casi siempre al carro de carreras, algunas veces a un carro de triunfo. Se trata por lo común del carro breve y muy ligero, de ruedas bajas, que todos hemos visto en imágenes del circo romano; en la Edad Media acaba por designar una carreta cualquiera (muchos ejs. de Francia e Inglaterra en Du C., desde el S. XII, y quizá antes); para descripción más detenida, vid. Pollack, en Pauly-Wissowa, Enzykl. III, 465. Como camino semántico para pasar desde ahí al cast. viga, no me parece recomendable pensar con Fouché (RH LXXVII, 110) en un traslado desde la idea de los animales llamados BIGAE (que no eran de carga, como poutre y saumet, sino de tiro), primero porque en este sentido pronto se hizo arcaico el vocablo en latín, pasando a designar un carruaje; después porque lo característico de las BIGAE era el formar pareja, y nada de esto hay en la viga romance5. En sentido análogo se fija Wartburg (FEW I, 356) ―quien por lo demás duda de la etimología BզGA― en que el oc. mod. bigo (> fr. bigue) vale «forte pièce de bois de sapin dont on se sert, seule ou ajustée avec une autre, pour soulever de gros fardeaux, à l’aide de palans attachés au sommet de ladite pièce», plur. bigues «réunion de deux bigues dont on fait par leurs têtes une sorte de Croix de Saint André... qu’on emploie soit pour mâter ou démâter un navire... soit pour charger ou décharger un bâtiment» (Jal, 291, sin documentación), Pézénas bigo «couple de barre en bois servant à faire monter les tonneaux sur une charrette», it. biga «grosso albero d’un sol fusto che si usa per alcuni lavori di forza sulle navi e negli arsenali; il nome si estende pure a una coppia di tali alberi, uniti per formare l’apparecchio chiamato più propriamente capra o capria» (Diz. di Mar.; Tommaseo)6: así de éste como del oc.-fr. bigue no hay más que datos de fecha reciente. De todo esto deduciría Wartburg que se partió de la idea de ‘tronco de dos caballos’, pero insisto en que no es muy verosímil la persistencia de esta ac. arcaica latina en romance, y creer que el iberorromance y oc. biga, en el sentido del fr. poutre, salga de este oc. e it. mod. biga ‘cabria de dos maderos’ es muy difícil de concebir, ya en abstracto y desde el punto de vista semántico, y peor si pensamos que el sentido iberorromance de viga (biga) está firme y continuamente documentado desde el S. XII, mientras que la ac. marina es local y reciente; como biga ‘trabe’ no se encuentra en italiano, hemos de creer que en este idioma se trata de un préstamo del occitano, y en éste tenemos una aplicación especial y reciente del significado de ‘madero, viga’7.
Más atendible me parece la idea de Schuchardt (ZRPh. XXXIV, 268), quien con ocasión del sobreselv. bigì, bagì, ‘mayal de trillar’ (según él, un diminutivo *BIGELLU)8, sugiere que el iberorromance viga partiera de BզGA en un sentido supuesto de ‘yugo para uncir o enganchar a dos animales’. Para ello se apoya en un ej. aislado del oc. ant. biga, en un serventesio de Bernart Alanhan de Narbona (1.ª mitad S. XIII), donde parece significar ‘yugo’: «trop sofferrà [a]l co! greu biga / selh que d’autruy grays engraissa». Por desgracia, un artículo biga falta en Levy (haría gran falta un estudio del vocablo en oc. ant.), y del poema de Alanhan sólo nos son accesibles estos dos versos citados por Raynouard9: en realidad, también podría tratarse aquí del obrero que lleva una viga sobre la espalda, o bien puede tratarse de la carreta o del timón de la carreta, más bien que del yugo. El hecho es que el yugo forma curvaturas (o, si no, tiene travesaños), lo cual no sirve mucho como base semántica de ‘viga’ o de ‘mayal’, maderos rectos por esencia.
Luego si hay que partir de BզGA, lo mejor me parece suponer que este nombre se trasmitiera al timón a que van uncidos o enganchados los dos animales: de la descripción de Pollack resulta claro que en el antiguo carro de carreras lo de menos era el carro propiamente dicho, muy corto, bajo y ligero, y lo esencial era el timón; el paso de ahí a ‘madero’, ‘viga’, era ya fácil, comp. murc. ant. timón ‘vara, palo’, bereb. atemmu, marroq. tammun ‘almiar’; por otra parte, es sabido que en el sentido genérico de ‘viga’ ha sido común emplear madero y fuste. Piénsese además en el cast. tronco ‘grupo de dos caballerías enganchadas’, donde la idea fundamental es la del tronco que las enlaza: el tránsito semántico en sentido opuesto era igualmente fácil; comp. ingl. beam ‘viga’ y ‘timón’. Que el sentido primitivo de viga fué más amplio que el iberorromance lo prueba al parecer un grupo de voces situadas en el extremo opuesto de la Romania, hacia las cuales llamó Pascu la atención (Rumänische Elementen in den Balkansprachen, p. 26; ARom. IX, 300; oponiéndose a la vaga etimología de Jokl, Ling. u. kulturhist. aus d. Ber. des Alb., p. 149, quien partía del indoeur. Wզ- ‘torcer’): albanès vig, vik, viku (vigu) «timon de la charrue», «brancard», «pont de passage fait d’une poutre»10, albanès bigཙ ‘rama’, macedorrum. bigă «rameau chargé de fruits, moissine», vigă «moissine, gaule», Brescia bighe «frondi d’abete» (cita de G. Meyer)11.
¿Se cambió BIGA ‘tronco de dos o carreta’ en ‘timón’ ya en latín vulgar? Es posible, aunque los pasajes latinos que se podrían aducir en apoyo de la idea no son del todo inequívocos. Así, cuando Varrón, en un lindo epigrama, escribió: «properate vivere, puerae, qua sinit aetatula ludere, esse, amare et Veneris tenere bigas», podría ya tratarse del timón o del yugo que une a dos en el amor, más bien que del carro matrimonial de que ambos tiran, pues aquello es lo que más bien me parece indicar el verbo tenere (que no es ‘tirar de algo’), pero la otra interpretación no puede descartarse. Y todavía en rigor podría decirse lo mismo de un pasaje de glosas (bigae: ubi duo equi curru junguntur, CGL V, 348.19) y de un gramático (bigae dicuntur quibus duo equi copulantur, en Gramm. Suppl., 241.17), pues lo mismo se puede entender ‘dos caballos que se unen por medio del timón’ que ‘dos caballos que se unen a un carro’.
DERIV.
Envigar. Vigueta. Viguería. Vigota canar, ‘pieza de madera de hilo’; ‘motón’, vid. n. 7.
1 La única excepción que he encontrado es ésta del De Amore de Andrés el Capellán (S. XIV): «primerament deu hom gitar la viga que hom porta en lo propri hull que no la palleta que té lo prohisme» (p. lxxviii), pero los textos publ. por A. Pagès suelen ser poco cuidadosos; comp. más arriba vasta por basta. A los numerosos ejs. de biga que traen Ag. y Alcover sería fácil agregar muchos más.― ↩
2 Este dicc. define «petite poutre longue et grêle». En el ALF, mapa 1066 (poteau), aparece a lo largo de la costa mediterránea.― ↩
3 No parece haber testimonios de la cantidad de la primera I de VIBIA.― ↩
4 Se exceptuaría solamente Nièvre y Morvan bigue, bigau. Esta misma es otra razón que habría para desechar la otra etimología de Rohlfs, de todos modos inverosímil, que deriva de ahí el oc. y cat. bigòs (bigot) «bident, hoyau» (quizá más bien *BISOCCIU, derivado de SOCCU ‘reja del arado’ ―para el cual comp. ARom. VI, 211―, con disimilación como en biassa BISACCIA, lo que por lo menos tiene la ventaja de explicar la terminación -òs).― ↩
5 Nada que ver con biga tiene, contra la opinión de Fouché, el balear biuló ‘pestillo’, que es variante fonética del cat. baldó íd. (comp. ALDABA), con el cambio normal de LD en Ȯl.― ↩
6 De ahí quiere Salvioni (RIL XLIX, 849) derivar el corso víbule «catasta di legne» (y vibulì ‘reunir objetos’), a base de un diminutivo *BIGŬLA, lo cual desde luego es problemático.― ↩
7 Tampoco creo que podamos dar importancia al anconitano biga «piccia» (o sea «due pani attaccati»), Trieste e Istria biga ‘panecillo oval con un hueco en medio’, ‘vulva’, estudiado por Goidanich y el REW. Si realmente esto tiene que ver con el lat. bigae ‘pareja de caballos’, es por medio del it. literario biga, cultismo empleado en este mismo significado, y desde luego no nos ilustra sobre el origen del cast. viga. Es probable que también sea italianismo de esta procedencia vigota ‘especie de motón sin roldana y con dos o tres agujeros’ [h. 1573, E. de Salazar, Fcha., «bigotas se llaman las poleas del navío que no tienen rodajas» G. de Palacio (133vº, escrito vigota, 98rº), ej. de h. 1620 en Jal, 378a], del it. bigotta [1268], pues como subraya el Diz. di Mar., las vigotas van siempre a pares («deux pommes de racage» en un ms. provenzal del S. XVIII, Jal, 291a, y V. el grabado de los motones o vigotas en esta obra, p. 403b). En catalán, que debió de servir de intermediario, leo «24 talles... e quatre bigotes castellanes xiques e 4 pasteques» en invent. barcelonés de 1489 (Moliné, Consolat de Mar, p. 370), y Alcover documenta desde 1331; vigota es la palabra mediterránea que se opone a la atlántica motón. Carece de fundamento la opinion de Spitzer (ZRPh. XLI, 190) de que viene del fr. bique ‘cabra’.― ↩
8 Que el fr. bielle resulte de un lat. vg. *BIGELLA diminutivo del étimo de viga, como quiere GdDD 1032a, no es muy verosímil en un vocablo sólo documentado desde med. S. XVIII; todavía lo es menos el proceso semántico que él admite para explicar viga: ‘carro’ > ‘armazón’ > ‘viga’.― ↩
9 No está a mi alcance Millot, Histoire des Troubadours (III, 593), donde se publicó esta poesía; ni el estudio de Anglade en Bull. Com. Arch. de Narbonne, vol. V, sobre la obra de Bernart Alanhan.― ↩
10 Según el Historic Dictionary de Stuart Mann «bier, carrier on two poles», «rustic bridge», «fowlpen»; la ac. «plough-beam» está en el dicc. del albanés norteño por Bashkim. Claro que no parece posible semánticamente partir del lat. VICUS ‘barrio’, como quisiera Gustav Meyer.― ↩
11 El alb. vig y variantes corresponderían a un masculino *VզGU, las formas en ă y en ཙ suponen una base en -A. Por lo común, el albanés distingue entre v- y B- (a no ser que las confunda en m-), pero no faltan ejs. de v- secundaria: varieྊཙ ‘barrilito’, valí ‘pregonero’ (< it. balì ‘funcionario público’). ↩