ÁLAGA, ‘especie de trigo’, del lat. ALէCA íd.
1.ª doc.: 1611.
La forma española supone un cambio de áleca en *álaca por dilación, ya en romance primitivo. No es segura la etimología de la voz latina, vid. Ernout-M. y Walde-H.
Laguna (1555) y Huerta (1629) emplean la variante culta álica, según la Acad. en el sentido de ‘puches de álaga’. Dudo de que tenga el mismo origen el cat. alàga, oído en el valle de Boí como nombre de una especie de pino que crece hacia los 1.500-1.700 metros, de copa achaparrada, tronco retorcido y corteza muy rugosa; el llamado en el Sur pi rojal, por oposición al pi negral, único que se halla por encima de los 1700. Quizá el vocablo catalán provenga de un sorotáptico *ȇglá, adaptado en *ägala por los ibero-vascos romanizados; cf. lit. y letón ẽglė, prus. ant. addle, eslavo edla - edli f. (checo, polaco, esloveno jĕdla, ruso elĭ, ëlka, paleoslavo y búlgaro jelá, etc.), todos ellos en el sentido de ‘abeto’, vid. Pokorny IEW 290.2, y Berneker, Slavisches Etym. Wb., s. v. Por otra parte se puede pensar también en otros dos enlaces indoeuropeos. Dada la forma del tronco y copa de este árbol: la raíz EL- ~ ĶL(E)- «courber, ployer» de donde por una parte los scr. alaka-«boucle de cheveux», arālaɅ ‘torcido, arqueado, abombado’ y ‘especie de resina’, āla - vālaྔ ‘foso en torno a un árbol para regarlo’, por la otra gr. ϕλƲν, ϕλένƓ ‘codo’, arm. on ‘vértebra dorsal’, scr. *alni- > prácr. āȠí- «parte de la pierna en torno a la rodilla»; scr. aratníɅ, ave. arəθna-, persa mod. āran ‘codo’, «coudée», etc., para cuya formación indoeuropea vid. Benveniste, Or. F. N. en Ie. 105, cf. Pok. IEW 308, Bartholomae Air. Wb. 196. Y dada la forma de la corteza se puede pensar también en la raíz homónima EL- ‘pudrirse, enmohecer’, sobre todo germánica (hol. uilig ‘[madera] consumida, podrida’, sueco y nor. ul ‘rancio’, ‘mohoso’) mas parece que hay también un scr. ālakaྔ, ālaྔ ‘veneno’, que según Pok. 305.16 podría tener el mismo origen. Lo malo es que el enlace con nombre del abeto es incompatible fonéticamente con los otros dos, lo cual resta fuerza convincente a las tres posibilidades.