ZARAGÜELLES, antes y todavía en muchos dialectos zaragüel (zaragüeles), tomado del ár. sarāwîl, plural de sirwâl ‘pantalón muy ancho’, ‘calzoncillos’.

1.ª doc.: APal.

Quien dice del lat. lumbarium: «es como çarahueles que cubren desde las rodillas los muslos fasta los lomos, donde se ciñen», «sarrabarae... et son otrosí bragas que usan los persianos desde so la cinta fasta cobrir las piernas, que dizimos çarahueles» (255d, 433d). Esta forma fué, efectivamente, muy usada: Aldrete (Origen, ed. 1674, fº 652) escribe saragueles; Góngora Marmolejo (1575) dice que los indios de Chile «andan vestidos con unas camisetas sin mangas i algunos traen zaragüeles» (cita de Lenz, Dicc., 260-1). Hoy sigue diciéndose zaragüel en las montañas de Almería y en otras partes, empleándose mucho en singular. Oudin: «çarafueles o çaragueles y carahueles: calsons, chausses ou canons de chausses, gregues ou guerguesses». Percivale (1591), Covarr. y Aut. ya sólo registran la forma çaragüelles (za-), que Aut. define «especie de calzones que se usaban antiguamente, anchos y follados en pliegues» y cita ejs. de Diego Gracián (h. 1545), Góngora y Quevedo; lo emplearon también Fz. de Oviedo (h. 1535, çarahuelles, vid. Lenz) y Mateo Alemán: «como un día... hubiese estado jugando y perdido cuanto dinero tenía y del vestido me quedase sólo un juboncillo y zaragüelles de lienzo blanco... metíme en mi aposento sin osar salir dél» (G. de Alfarache, Cl. C. II, 285.23). Ast. zarabuelles (V); más formas dialectales en Krüger, VKR VIII, 307. Del castellano pasó al araucano charahuilla1, que de ahí volvió en la misma forma al castellano de Chile (Lenz, l. c.); zarabuelac «calzones» en vasco [a. nav.?] según Araquistain (1746), zaragoil «calzones, zaragüelles» en b. nav. y sul.

Como ya indicó Dozy (Glossaire, 365-6), seguido por Eguílaz (pp. 370, 526) y Gebhardt, Das arabische Etymon einiger romanischen Wörter (programa de Greiz, 1912), se trata del ár. sarāwîl, plural de sirwâl ‘pantalón muy ancho’, ‘calzoncillo’; igual origen tiene el cat. saragüells, prenda de uso popular en el País Valenciano, Baleares, comarca del Ebro y Garrigas. En cuanto al port. ceroulas, gall. ciroulas (también gall. cirolas ‘calzoncillos’ Castelao 191.2f.) no hay que explicarlo por la variante árabe sirwâla (como quisiera Eguílaz), sino por la pronunciación del árabe vulgar sarâwil, como indica atinadamente Steiger, Contrib., 83n.3. V. allí y en G. de Diego, Contrib., § 532, para otras variantes gallegoportuguesas. En conclusión: el vocablo cast. y catalán hubo de tomarse en fecha bastante antigua, antes del traslado del acento, mientras que la voz portuguesa hubo de penetrar después de cumplirse este fenómeno. En cast. sarāwîl dió primero çaragüel, de donde se sacó un plural çaragüelles por analogía de piel, plural pielles, o val, pl. valles; la -ll cat. puede explicarse por influjo del sufijo -ell tan frecuente en esta lengua.

Sirwâl no es palabra autóctona en árabe, pero sí muy difundida en lenguas semíticas y no semíticas del próximo Oriente; según parece, de origen persa; de ahí pasó al grecolatino saraballa (vid. Eguílaz y Cabrera, s. v.). Aunque no fuese autóctono, por lo demás, el vocablo era ya usual en árabe, en los primeros tiempos del islamismo, pues según una tradición recogida por el BoȞarí fué el Profeta en persona quien prohibió a los peregrinos de la Meca llevar sarāwîl y reemplazarlo por un azâr; es el propio Dozy, Dict. des Noms des Vêtements chez les Arabes, p. 203, que recoge esta tradición atestiguada por el persa BoȞarí, quien nos informa de que el vocablo procede del persa šal(a)wâr, que supongo es variante del citado saraballa. Comp. SALABARDO.

1 Según Englert ‘paño blanco cuadrado que hace las veces de calzoncillos’ (Elementos derivados del aymará y el quichua en el idioma araucano, p. 10). Claro que no tiene que ver con el aimará chara ‘toda la pierna’.