YUCA, ‘Manihot utilissima’ y ‘Manihot aipi’, plantas euforbiáceas: del taíno de Santo Domingo.

1.ª doc.: h. 1495, Fr. Ramón Pané(r).

Con el nombre de yuca se confunden tres plantas diferentes, las tres americanas; las dos primeras euforbiáceas y semejantes entre sí: la llamada yuca agria, amarga o brava, ‘Manihot utilissima’, se emplea para hacer almidón y la especie de pan llamada cazabe, pero el zumo o agua que acompaña el almidón, una vez decantado, es venenoso; la llamada yuca dulce o blanca, ‘Manihot aipi’, que como la anterior es una especie de mandioca, y se emplea con los mismos usos (aunque no rinde tanto como la otra) o bien se come sancochada, pero no tiene nada de venenosa; y finalmente la liliácea, del género Yucca (varias especies gloriosa, filamentosa, etc.), planta de jardín que nada tiene que ver con 1as otras dos. Los cronistas de Indias se refieren mucho en los SS. XV-XVI a la Manihot utilissima, entre ellos Pané(r), P. M. de Angleria, Las Casas y Fz. de Oviedo, y Las Casas declara categóricamente que su nombre yuca pertenece a la lengua de los indios de la Española; Oviedo parece ser el primero en citar la Manihot aipi, y lo hace con referencia a la zona de Cartagena de Indias y la del Istmo de Panamá, recalcando que no es mortífera como la yuca de las Antillas. Luego parece que esta segunda especie la verían por primera vez los españoles en Tierra Firme y le aplicarían el nombre de la yuca antillana a causa del parecido entre las dos especies.

De la liliácea también llamada yuca la primera mención aparece en la Historia Naturalis Brasiliae de Piso y Marcgraf, escrita h. 1643. Esta planta se hace abundantemente en el Norte de Méjico y Sudoeste de los Estados Unidos, y se ignora en realidad de dónde procede su nombre. Será también indígena americano, mas parece tratarse de un mero homónimo, procedente de otro idioma.

Vid. Cuervo, Apunt. § 971, y Disq. 1950, 426; Pichardo, s. v.; Lenz, Dicc., 782-3; Friederici, Am. Wb., 666-7. Todavía hay otra palabra yuca, variante fonética usual en el Neuquén (Camino, Nuevas Chacayaleras, 123), de diuca, corriente en Chile como nombre de un pájaro semejante al gorrión. Según Lenz (Dicc., 337), es de origen araucano. Entre los judíos de Marruecos (BRAE XIII, 529; XV, 48) y entre los moros del mismo país (P. de la Torre, fin S. XVIII, en Simonet, 617), yuca designa la lechuza: no hay razones serias para relacionar este vocablo; con el lat. uluccus ‘especie de mochuelo’, con el cual sería inconciliable fonéticamente (comp. lo dicho s. v. LOCO); es probable que sea onomatopeya, y no quisiera descartar la posibilidad de que el chil. diuca y neuquino yuca tuviesen un origen semejante1.

DERIV.

Yucal [fin S. XVI, Juan de Castellanos, en Ca., 224, en cuya p. 219 hay fraseología cubana referente a la yuca]. Yuquilla [1836, Pichardo, ed. 1862].

1 Aunque la yucca liliácea parece ser procedente de Méjico, no hay datos que permitan afirmar que viene del náhuatl o de otras lenguas mejicanas: falta en Molina y en Robelo. Yuca ‘Manihot’ se emplea hoy en quichua (Middendorf), pero no parece ser muy antiguo en este idioma (falta en Gz. de Holguín), y por razones cronológicas es imposible que sea quichuísmo.