YACER, del lat. JACୱRE ‘estar echado’.
1.ª doc.: Cid.
Frecuentísimo en la Edad Media, así en el sentido propio como en otros más atenuados: ‘estar’ (Berceo,
Mil., 712
c, 752
c, 845
b), ‘permanecer’ (
Fn.
Gonz., 445), etc.
1.
A fines del período medieval empieza a anticuarse o restringirse mucho su empleo, y Juan de Valdés ya revela en 1535 un estado de cosas igual al moderno: «yazer por
estar echado... ya no lo veo sino en epitafios» (
Diál. de la L., 110.5). El pretérito antiguo, continuación fonética del lat.
JACUIT, fué
yógo, y así en las demás personas de este tiempo y de los pertenecientes al mismo tema (
Duelo, 17;
S.
Mill., 484;
Gr.
Conq.
de Ultr., 442;
Castigos de D. Sancho, 143;
yoguiés ‘estuviese’
Alex., 2094
b, etc.). Con frecuencia editores ignaros de textos medievales acentúan erróneamente yogó, forjando un verbo
yogar que nunca tuvo existencia verdadera. En el Siglo de Oro, en plena decadencia del uso del vocablo, persistiendo estas formas anómalas en textos legales, el pueblo llegó a crear artificialmente y con carácter meramente póstumo este infinitivo
yogar, un gerundio
yogando y formas análogas, empleadas en tono humorístico; además del pasaje muy conocido de Sancho en su ínsula, V. los datos de Morel-Fatio,
Rom. XXIV, 592-4; XXVI, 476; Baist,
KJRPh. IV, 316, le recuerda un ej. anterior, en una novela de caballerías medieval (en A. de los Ríos,
Hist. V, 374): es texto publicado defectuosamente, y aunque esta forma parece estar confirmada por la buena ed. que da Mussafia de este mismo texto u otro afín (
Wiener Sitzungsber. LIII, glos., s. v.), se trata de todos modos de casos muy raros. Es posible, pero no necesario, que existiera una especie de juego de palabras con
jugar, pues siempre se trata de la ac. erótica; de todos modos es seguro que no viene de
JOCARI. Cej. IV, § 27.
DERIV.
Yacedor. Yacente [Aut.], tomado de jacens, -ĕntis, íd.; la forma popular yaciente falta aún en Aut., pero hay un ej. suelto en Berceo (Loores, 229). Yacimiento [Acad. 1925, no 1884] Yacija [«-z-: cubitus, cubatio» Nebr.; de mala y., h. 1535, A. de Guevara, Aut.; «couchement couche, giste» Oudin; la ac. «lecho, cama o cosa; en que se está echado; sepultura» la da Aut. por «antigua española»], de un lat. vg. *JACզLIA, pl. de *JACզLE ‘lecho’2; de aquél proceden también el cat. ant. jaïlla (Ag., s. v. jeylla > cat. mod. jeia), oc. ant. jazilha, it. giaciglio (REW 4564)3; comp. lo dicho acerca de VENCEJO I. Adyacente [1595, DHist.], tomado de adjacens, -ĕntis, íd. participio de adjacere ‘estar echado al lado’. Circunyacente. Subyacente. Para otros vocablos latinos de la misma familia, vid. ABYECTO. Yactura [S. XVII, Aut.] se tomó del lat. jactūra ‘echadura de mercancías’, ‘pérdida’, derivado de jacĕre ‘arrojar’, voz afín a jacēre ‘estar echado’.
1 Forma leonesa azer (o açer), Alex. O, 14, 671 784, 1004, 1314, 1703, 2413.― ↩
2 Éste a su vez se formó según el modelo de SĔDզLE junto a SĔDୱRE, formación de un tipo poco común en latín. También podría tratarse de un *JACզCŬLUM, según parece dar a entender el port. jazigo ‘yacija’.― ↩
3 En cast. hay variante arag. xazilla, que Aut. ejemplifica en las Ordenanzas de Huesca, definiendo «la señal o rastro que dexa alguna cosa sobre la tierra en que ha estado por algún tiempo». ↩