VINCHUCA, ‘especie de chinche de gran tamaño’, arg., chil. y per., del quichua, probablemente de wihƇúkukk ‘que cae arrojado’, adjetivo verbal de wihƇúku ‘precipitarse, arrojarse’.

1.ª doc.: 1789, Vidaurre.

Ese historiador chileno las menciona con referencia a Cuyo, donde me consta que se ven raramente en las ciudades, pero mucho en los ranchos camperos; Draghi, Canc., p. xxiii. Dicho verbo y adjetivo verbal (registrados por Lira) derivan del verbo radical wíhƇu ‘echar por tierra, arrojar’, que González de Holguín (1608) ya registra en la forma huischuni ‘echar, arrojar, desechar’. Ya indicó Lenz esta derivación radical, aunque sin precisar el étimo exacto (Dicc. 767-8). En efecto, he oído a varios criollos describir cómo las vinchucas, refugiadas de día en el techo del rancho, se descuelgan por la noche sobre el pacífico durmiente. Poca documentación trae Friederici, Am. Wb., 648-9. La h quichua, al pasar al castellano, en esta posición, puede cambiarse en k, que luego puede pasar a n (comp. finso s. v. FIJO).