TUÉTANO, variante del antiguo y dialectal tútano, oc. tutel y tudel ‘tubo’, fr. tuyau íd., cat. y langued. tòt ‘pitorro del botijo o de una botella’, vasco tuta, bearn. tute ‘cuerno de caza’, y otras formas romances que, junto con el alem. tuten ‘tocar la corneta’, proceden de la onomatopeya TUT- o TOT-, imitación del sonido de un instrumento de viento; de ‘corneta’ se pasó a ‘tubo’, luego ‘conducto vertebral’ y finalmente el contenido de éste.
1.ª doc.: tuétano, 1423, E. de Villena; tútano, 1438, Corbacho.
Según Rosenblat (RFE VI, 289; y reseña de A. C. Post, Southern Arizona Phonol.), tutano se encuentra asimismo en la Celestina y en las Coplas de Rodrigo de Reynosa (n. 101); Fcha. lo cita en Eug. de Salazar (h. 1570). Desde luego esta forma está también en APal. (nótese la aplicación al meollo de una planta): «ilum, que significa el tutano de aquel árbor férula», «nuca es el tutano que va dentro del espinazo donde proceden los nervios» (301d, 309d, otro en 159d); y ambas formas están en Nebr. («tutano de huesso: medulla», «tuetano del h.: m.»); Covarr. y Oudin sólo traen tuétano, y Aut. dice «tuétano: la medúla o sustancia o xugo que contienen los huessos del animal... algunos dicen tútano; aunque el uso común está en contrario», y agrega ejs. de aquél en Diego Gracián, Fr. Luis de León y Villaviciosa. La forma tútano persiste hasta hoy como vulgar en Cespedosa (RFE XV, 135), Salamanca (Lamano), Mérida (Zamora V., anejo XXIX a la RFE; RFE XXVI, 319), en el judeo-español de Bosnia (RFE XVII, 124) y en general el de Oriente (Cherezli, p. 109), y en el de Marruecos (acentuado tutanó, BRAE XIII, 342)1; además en casi toda América: Nuevo Méjico, Méjico, América Central, Cuba, Santo Domingo, Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile y Arg. (BDHA I, 119; BDHA IV; BDHA V, 88; Pichardo, p. 258; Brito); tuténo en la prov. de Buenos Aires (Rosenblat, reseña citada). Sobre tútano, V. además la nota 85 de Cuervo a la Gramática de Bello (ed. 1936). Port. tutâno ‘tuétano’ [Camoens, en Moraes], gall. merid. tutóno ‘meollo’ (Schneider, VKR XI, s. v.; miolo en gallego general, Vall.).
En cuanto a la etimología, Diez (Wb., 473) se abstuvo de opinar, pero Schuchardt (BhZRPh. VI, 52) vió ya la indudable etimología: el vocablo significó primitivamente ‘tubo’, tal como también se ha dicho caña en el sentido de ‘tuétano’, y pertenece a la familia del gasc. y langued. tutèl, prov. tudèu ‘tubo’, bearn. tutou, tutèt, ‘cuello de botella’, tute, tutou ‘cuerno de pastor’. M-L. (REW, 9017) dudó de ello por razones «de forma», no se sabe si a causa del sufijo átono (lo cual sería del todo impertinente, comp. M. P., Festgabe Mussafia), o si por el diptongo ué; pero está claro que ue es diptongación de una primitiva O abierta, comp. el judesp. tótano, ya citado; Schuchardt ya se refirió a Quercy tot ‘cuello de botella’, y en efecto tòt es ‘pitorro de botijo’ en catalán (sobre todo en el Nordeste) y en languedociano; quizás existió también un arag. *toto ‘tubo o pico de fuente’2, Spitzer (ZRPh. XLIII, 332n., 487) cita además Abruzo tóterཙ, túterཙ «tossolo della pannocchia del granturco», napol. tútaro «corto pezzo di bastone», Álava y Bilbao totolo ‘gordinflón’; Rohlfs (It. Gr. I, 378): napol. tútero, Sora tútərə, ‘troncho’.
El sentido etimológico fué ‘instrumento de viento’, de donde luego ‘caño, tubo’, y se trata realmente de una raíz internacional, a la cual pertenecen no sólo el cat. piren. y gasc. tuta ‘cueva’ (< ‘caño’), logud. tútturu «cannello», campid. tuttúrigu «collo di ampolla» (Wagner, ZRPh. XXXIV, 584), sino también el vasco tuta «corne, cornet à bouquin» y el alem. tuten ‘tocar la corneta’ (= port. tutar), tüte ‘cucurucho’; ecuat. tutu o tuto ‘cañuto, tubo’ (de origen quichua, según Lemos, Supl. II, p. 36; para una forma más plena bototo o fotuto, V. en los lugares correspondientes); en Chile alternan tutos y trutro al parecer en el sentido de tuétano (G. Maturana, D. P. Garuya, p. 91), y la forma con r parece indicar un origen araucano. El diferente vocalismo U u ֕ depende del tono más o menos grave del instrumento. El tratamiento fonético de la -T- intervocálica se explica por la fecha en que cuajó esta onomatopeya en el idioma, la cual pudo ser muy antigua, y así la -T- intervocálica pudo debilitarse con arreglo a la fonética histórica, dando el prov. tudèu ‘tubo’ y el fr. tuyau íd. (< tu(d)eau); igualmente zamor. tuda «cueva hecha en la falda de un monte» (Acad.). Del oc. ant. tudel ‘tubo’ se tomó el cast. tudel «la fístola de metal que se inxiere en el baxón o en otro instrumento de boca» (Covarr., Aut.)3. La etimología TȢTUS ‘protegido’, de Körting, es absurda desde todos los puntos de vista; la de Caix (Studj di Etim., 121), lat. TŬTŬLUS ‘casquete puntiagudo de los sacerdotes’ («pilleus lanatus»), tampoco es posible fonéticamente (se trata de una palabra latina fundada en la misma onomatopeya)4.
DERIV.
Cub. destutanarse ‘consumirse, enfermar trabajando física o intelectualmente’ (Pichardo).
1 Tútano ya está en la Biblia de Ferrara (1553) y tótano en la moderna de Constantinopla (BRAE IV, 635-6).― ↩
2 Es verosímil, aunque sólo tengo un doble indicio indirecto: en la zona churra del Alto Mijares (prov. Castellón) hay la llamada Fuente de Todo (Monzó, ACCV XII, 1951, 248), nombre que encuentra un eco en el del pueblo de Fuendetodos, de tremenda memoria, unos 100 kms. más al NO.; me parece claro que esto es ultracorrección (por lo de las sordas intervocálicas conservadas en aragonés) de *toto ‘caño’, pues el pronombre todo tuvo también la forma toto en el antiguo Aragón (cf. cat. y oc. tota ‘toda’, fr. tout, toute, it. tutto, procedentes del enfático TĶTTUS, casi general en romance).― ↩
3 Ya es más dudoso que sea lo mismo el port. toutiço y canar. totizo (Millares) ‘cogote’; con este sentido está ya en las Ctgs. (129.12, 297.43).― ↩
4 Aunque Pok., IEW (1081.35) la empareja con el letón tuntulēt (también -urēt) ‘enfundarse uno en muchas prendas de vestir’ metiéndola dentro de una de las «raíces indoeuropeas» (la del gr. τύλƓ ‘bulto’, ‘tarugo’, ‘pene’, esc. ant. θollr ‘árbol’, ‘tarugo’, paleosl. tylŭ ‘cogote’), aunque con marcada reserva, que evidentemente no descarta una formación onomatopéyica. ↩