TRENZA, resulta de un cruce de los dos sinónimos antiguos treça y trena; éste, junto con el cat. y oc. trena íd. y el it. trina ‘trencilla’, procede del lat. TRզNA ‘triple’, por los tres ramales que se entretejen en las trenzas: en latín vulgar el vocablo se cambiaría en *TRNA por influjo de TRS y de los demás numerales distributivos (sēnī, septēnī, etc.); treça debió de tomarse del fr. ant. trece (hoy tresse, hermano del oc. tressa, it. treccia), de origen incierto.

1.ª doc.: treça, 1280, Gral. Estoria; tresças, 1.ª Crón. Gral. 44a; trena, Cortes de 1338; trença, 1.ª mitad S. XIV, Cuento de Otas.

En un doc. de Sahagún de 1061 se lee «damus vobis una vacca et quattuor boves... et uno scanno, uno iugo cum suo loramine et una soga treca»; Vignau en su Índice (pp. 232 y 635) supone indique la soga «que se hace en forma de trenza, bien sea con crines o con cualquier otra materia», y así deberíamos leer treça, pero no conociéndose otro caso de tal uso adjetivo en castellano ni en otro romance, su interpretación es sumamente dudosa (quizá esté por trecha de traer ‘gastar, desgastar’). De todos modos treça ya está en el sentido de ‘trenza de cabellos’ en la Gral. Estoria: «fiziéronlo de guisa que pareciessen los cabellos so la corona... fiziéronle dellos treças como de redezillas» (M. P., Yúçuf, RABM 1902, lín. 115). Hay algún otro ej. de esta forma en la Edad Media: en el poeta Carvajales, med. S. XV, rima con queça y cabeça (Canc. de Stúñiga, p. 387); además el adjetivo treçado se lee en el S. Dom. de Berceo «entró esti captivo de sus fierros cargado, / ... / con sus crines treçadas, de barva bien vellado» 669c) y en Apol. «el rey Apolonyo, ssu cuyta amanssada, / quiso entrar en Tiro con su barba treçada, / metiósse en las naves, su barba adobada» 575b). Poco más tarde encontramos trena, si bien en castellano sólo consta en el sentido secundario de ‘cinta o galón’: «ningún ome... salvo Nós [el rey] que non vista... ningunos paños con orofrés ni con trenas» Cortes de Burgos de 1338 (I, 454), «una trena de linçuelo, de lino; tres cabeçales de lana» invent. arag. de 1362 (BRAE IV, 210), «un panno de Melinas con sus trenas» Rim. de Palacio (357c), «limbus: trena» glos. de Toledo, «una manteta cárdena de la dita palmella, con rivet en el canto de la trena de oro» invent. arag. de 1402 (BRAE II, 220), «bien meresçe rica trenna el mi lindo capellar» Canc. de Baena (p. 472), «taenia es manera de faxa y... tanbién es cabo de venda: trena» APal. (486b), «trena o trença, quasi taenia» Nebr., «otra camissa de muxer... guarnido el capico con una trena de oro con treinta y dos pelras» invent. zaragozano de 1497 (BRAE II, 87); de ahí el derivado cadenas entrenadas en el Pentateuco del S. XIV (Hisp. R. X, 42), capillejo trenado en Juan del Encina y en Lucas Fernández (Cej., Voc.); trena en el período clásico subsiste figuradamente como voz de germanía en el sentido de ‘cárcel’ (por alusión a las cadenas trenadas), ya en Juan Hidalgo, en el Lazarillo de J. de Luna («me llevaron a la trena, me pusieron en un aposento más oscuro que limpio, y más hediondo que adornado; al dómine Urvez... le metieron en el calabozo» Rivad. III, 121), etc.

En aragonés (Peralta, Borao) y en catalán (de donde es probable que se tomara nuestro vocablo) subsiste trena en el sentido primitivo de ‘trenza de cabello’ y es posible que tal ac. existiera también en Castilla; aunque así no fuera, bastaba que trena y treça coincidiesen en el sentido de ‘trencilla, galón’ para que se produjera naturalmente una colisión entre los dos vocablos, que dió lugar (según ya indicó G. de Diego, RFE XII, 2-3) a la forma trença: ésta aparece ya en el Cuento de Otas: «sus 20 conpañeros, que non avía tal que non troxiese pendón en la lança o trenças» (fº 58 del ms.) y después aparece, con la misma ortografía, según ya hemos visto, en Nebr., en G. de Segovia (p. 90), en APal. («redimicula son las trenças con que las fembras ligan el tocado; son vendas...» 413b); encontramos también trença en el ms. G de Juan Ruiz (396c) y barba trençada en otro pasaje del Apol. (434b), cuyo ms. es del S. XIV. Esta forma es muy frecuente en el Siglo de Oro, y desde entonces está generalizada, no sólo en el sentido propio, sino que entre los clásicos es frecuente hallarla en acs. asumidas más tarde por trencilla, como ‘cinta que servía para sujetar el cuello’ (3 ejs. de Lope y uno de Salas Barbadillo en Teatro Antiguo Esp. VIII, 295). Por lo demás en los SS. XV-XVII encontramos a menudo el verbo en la forma trançar, explicable por la procedencia forastera, en todo o en parte, que dió lugar a una confusión meramente fónica con el autóctono TRANZAR ‘cortar, tronchar’: así en las Canciones y Dezires de Santillana (Cl. C., p. 98, con variante ms. trençar), «ya se trançan los cabellos, / ya los sueltan, ya los tajan» en el poeta cuatrocentista Hernán Mexía (NBAE XIX, 283), «trançado de muger: lintheum capillare» Nebr., y todavía en los clásicos: tranzado ‘trenza’ en Baltasar del Alcázar (ed. Rdz. Marín, p. 292), «traía tranzados los cabellos con unas cintas blancas» La Ilustre Fregona (Cl. C., p. 250), «lanza y escudo y arnés tranzado» Quijote (II, lii, Cl. C. VII, 296), «venía en cuerpo y en tranzado, vestida de paño, pero lindísima» Persiles (Rivad. I, 636a). En port. trança ‘trenza’ es lo normal hasta hoy.

Como trencilla ya aparece en Cervantes y ciertamente es más antiguo, se habría podido pensar que resulte de un diminutivo *TRENICELLA del tipo trena ya estudiado, y que trenza se sacara secundariamente de trencilla; pero esto sería sólo posible si la z fuese antiguamente sonora, cuando en realidad es constantemente sorda en la Edad Media y ésta sigue siendo hasta hoy la pronunciación de Cáceres (Espinosa, Arc. Dial., 51). Será, pues, falsa esta explicación, y se impone mirar trença como un compromiso entre treça y trena. Esta última es la denominación normal de la trenza de cabello en catalán (ejs. desde 1430 en Ag.)1 y en lengua de Oc («tresse», «filet», ejs. desde el S. XIII)2, mientras que el it. trina es solamente «specie di guarnizione lavorata a trafori»; el área del vocablo se extiende hasta el vasco ronc. terna ‘trenza’ (Azkue), donde hay la trasposición normal en vasco. El origen de trena es bastante claro, pues siendo la trenza por lo común una combinación de tres ramales entretejidos, ha de venir del distributivo latino TRզNI, TRզNAE, TRզNA ‘triples’, ‘tres cada uno’3, como ya indicó Diez (Wb., 326); hay, es cierto, la dificultad de que la զ no da e romance, lo cual ha suscitado varios intentos de explicación: M-L. (Das Kat., 125; REW 8910) supone que la e se debe a un cruce con el tipo treça, suposición arriesgada mientras no estemos seguros del origen de este último, e inverosímil por la rareza de este sinónimo en catalán y en occitano antiguo4; G. de Diego, l. c., admite que hubo influjo de TRS, lo que ya es más razonable, pero lo más natural y sencillo es que TRINI se cambiara vulgarmente en *TRNI por influjo de los demás distributivos: seni, septeni, noveni, deni, etc. (recuérdese que , -ena, es sufijo ordinal generalizado en lengua de Oc y catalán)5.

En cuanto al origen de treça, el problema es bastante más difícil. El vocablo trece es de uso general en francés [S. XII], hoy escrito tresse; y tréccia es también la denominación general de la trenza de cabellos en italiano, desde los orígenes del idioma literario (Giovanni Villani, Petrarca, Boccaccio); quizá sea también genuino en lengua de Oc, aunque ya es mucho más dudoso. Diez, l. c., propuso mirar el vocablo como representante de un *TRէCHĔA derivado por el latín vulgar del adverbio gr. τρȈχα ‘en tres partes’, ‘en tres’, lo cual, aunque aceptado todavía por M-L. (REW 8893) y otros, es sumamente inverosímil supuesto que no existe la menor huella de tal palabra griega en latín clásico, ni en las glosas o textos tardíos, y ni siquiera en griego hay un adjetivo o sustantivo que hubiese pedido servir de modelo a este derivado latino; Gamillscheg y Bloch1 y 2 se niegan con razón a aceptar la idea. Gamillscheg, EWFS, propuso partir de un fránc. *THRÊHJA, meramente supuesto a base del a. alem. ant. drâhsil ‘tornero’, alem. drechseln ‘tornear, labrar al torno’, que se creen parientes del lat. TORQURE ‘torcer’; apenas puede tomarse en serio esta idea, con poquísimo fundamento desde todos los puntos de vista, empezando por la inverosimilitud de la existencia de tal palabra fráncica, dados el alejamiento formal y la rareza de esta raíz en las lenguas germánicas; el propio autor parece haberla abandonado más tarde (nada de esto en R. G.). Lo más prudente sin duda es declarar que se desconoce el origen, según hace Bloch. Si se quiere alguna conjetura razonable habría que buscarla por caminos muy diferentes, aunque la mayor parte de los que se me ocurren me parecen impracticables6.

Podría conjeturarse que el punto de partida fuese el verbo tresser [S. XII], trenzar, (in)trecciare, y entonces podríamos tomar como base TERTIARE ‘repetir tres veces’, ‘hacer algo por tercera vez’, pasando de aquí a ‘triplicar’, ‘hacer una trenza de tres’: si palabras como EXQUARTIARE o EXQUINTIARE se tomaron en romance en el sentido de ‘partir por cuatro’ o ‘dividir en cinco’, también se concibe que TERTIARE adquiriese un sentido equivalente a ‘multiplicar por tres’; fonéticamente el tratamiento del grupo pretónico RT? en rci sería regular en italiano, comp. scorciare EXCURTIARE, cominciare COMINITIARE, conciare COMPTIARE, etc.; siendo treccia derivado de trecciare no sería extraño que tenga é cerrada secundaria, comp. calabr. trizza ‘trenza’, en cuanto a la trasposición de la R, no sería más sorprendente que la de fromage FORMATICUM o troubler TURBULARE, y además en nuestro caso desempeñaría papel decisivo el influjo del sinónimo trina, trena. Claro que sólo formulo esta hipótesis con mucha reserva, pero es la única que me parece razonable.

Queda la cuestión de si el cast. ant. treça es palabra autóctona o tomada del francés; la ç sorda no se conciliaría según la fonética castellana con una base *TRICIA, y si éste fuese el tipo etimológico el préstamo francés se haría evidente (en cambio TERTIARE sí pudo dar cast. ant. treçar con ç); de todos modos este préstamo me parece probable, dada la facilidad con que el cast. trença y el port. trança cedieron a la contaminación de otras palabras (trena y trançar).

DERIV.

Trencilla [Cervantes, Aut.]; trencillo; trencellín [Lope]; trencillar. Trenzar [treçado, Berceo, y V. arriba]7; trenzado8 m.; trenzadera; más raro es entrenzar. Atrenzo (vid. Malaret, Supl.). Trechor ‘orla estrecha’ como término de Blasón [1725, José Avilés, en Terr.; Acad. 1936], tomado del fr. ant. trecheor íd., variante dialectal de treceor, que significaba lo mismo (God. VIII, 61b), derivado de trecier ‘trenzar’.

1 El diminutivo ya está en Eiximenis, fin S. XIV: «gúmenes, cordes, trenelles, cabassos, astores, espartenyes» Regiment, N. Cl., 33.19.―

2 Datos occitanos modernos en BhZRPh. LXXXV, § 297.―

3 El latín clásico con este valor emplea las más veces terni, y normalmente trini sólo cuando se trata de una palabra empleada únicamente en plural, p. ej. trinas litteras accepi. Pero el latín vulgar no respetaba semejantes distinciones de gramáticos y literatos.―

4 En catalán sólo conozco un par de ejs. en el Curial, novela caballeresca del S. XV, donde no son raros los galicismos: fuera de esto es vocablo completamente inusitado antigua y modernamente, y así es razonable sospechar un galicismo. En occitano medieval, como observa Levy, el único ej. de sentido claro es dudoso filológicamente; es verdad que hoy se emplea, y que ya en la Edad Media abundan los ejs., en el sentido de ‘cinta o galón trenzado’, pero esta restricción hace dudar del carácter autóctono del vocablo.―

5 M-L., REW 8837, admite que trena en el sentido de ‘red’ se tomara del fr. traîne, derivado de traîner (< TRAGINARE) ‘arrastrar’, lo cual es innecesario semánticamente e inverosímil fonéticamente, puesto que esta ac. ya se documenta en lengua de Oc en el S. XIV. Krüger, Die Hochpyr. A II, 209, generaliza este supuesto, partiendo de TRAGINARE para todas las acs., lo cual desde luego es imposible.―

6 En céltico parece que ‘tercero’ se decía TRէTէJOS (galés trydydd, córn. trysse, bret. trede, Stokes-Bezz. 137), pero haría falta una base con -C?- (o con -TT?- a lo sumo), no desde luego con -T?-. Acaso tenga que ver el tipo *TRէCէIA ‘trenzado’ con el lat. TRICHէLA ‘glorieta’ (de plantas entrelazadas), voz de origen ignoto en latín, que Ernout-M. sospechan de procedencia extranjera (hay variante TRICLIA en inscripciones, que tal vez pudo reducirse a *TRICIA fonéticamente como COCHLĔA a *COCIA, REW 2011.3): pero claro que esto es demasiado hipotético por ahora para detenerse mucho en la idea.―

7 Nótese la ac. arg. de trenzarse ‘pelearse (luchando cuerpo a cuerpo)’ o ‘pelearse’ en general: M. Fierro I, 1301; Payró, Pago Chico, ed. Losada, 250; Guiraldes, D. S. Sombra, ed. Espasa, p. 290; E. Montaine, La Prensa, 15-IX-1940.―

8 ‘Lazo de tientos trenzados’ en la Arg. (E. Wernicke, La Prensa, 4-VIII-1940).