TAMIZ, tomado del fr. tamis íd., de origen incierto; existió indudablemente un fránc. *TAMISI íd. (ags. tȇmes, neerl. med. y mod. y fris. teems, b. alem. med. têmes ‘tamiz’, a. alem. ant. zmisa ‘salvado’), del cual parece haberse tomado la palabra francesa; sin embargo, como el vocablo no tiene en germánico etimología conocida, no puede asegurarse si es realmente de cepa germánica o si el germánico y el francés lo heredaron de una lengua anterior, céltica o más bien precéltica.

1.ª doc.: 1488, invent. arag. (VRom. X, 207); 1525, Rob. de Nola, p. 144; 1680, Aut.

Con la excepción indicada, no figura en diccionarios ni autores del Siglo de Oro, y hasta hoy sigue siendo en castellano un tecnicismo impopular, empleado sólo en procedimientos mecánicos muy especiales, o en frases metafóricas de cuño reciente, y completamente ajeno al lenguaje rural y vulgar. Lo mismo cabe decir del port. tamís (sin autoridades en Moraes), y del cat. tamís o tàmis, no documentado hasta 1785, y muy poco usado hoy en día: su reciente procedencia extranjera se hace manifiesta por la vacilación acentual. Es, pues, evidente que en los romances ibéricos se ha tomado muy modernamente del francés1. En este idioma sí es palabra muy antigua y arraigada, que ya aparece en el S. XIII, y el verbo tamiser en el XII. También es antiguo en lengua de Oc, pues se conocen de él un par de ejs. medievales, de los SS. XIII y XIV. Pero aquí se termina el territorio romance donde consta la antigüedad del vocablo.

Un it. tamigio fué empleado esporádicamente por algún autor técnico del S. XVII, pero no cuajó y es galicismo evidente, ajeno al idioma moderno. En cuanto a los dialectos, llama la atención la extraña área de tami?o en el mapa staccio del AIS (n.º 1484): el vocablo es esencialmente ajeno al Piamonte, Lombardía, Tesino y demás zonas alto-italianas, así como al resto de Italia, y sólo aparece en el Véneto por lo demás ocupando en zona compacta todo el territorio de «le Tre Venezie», sin excluir los valles ladinos, el Friul, Istria ni las islas adyacentes2; esta área abarca también el retorrománico de Engadina (tamüsch, tamüɊché), pero ya no el sobreselvano (donde se conocen solamente bigiat y sedasch). Es el aspecto típico de un galicismo comercial irradiado desde la capital veneciana, con cuya esfera de influencia coincide absolutamente3. Algo nos podría hacer dudar el ladino central tamaȤú?s ‘salvado’ (AIS, s. v. crusca, puntos 305, 312, 314 y 316), que coincide notablemente con el sentido del tirolés zemse, pero no debemos perder de vista la posibilidad de una coincidencia reciente (quizá ayudada por el influjo de zemse), pues la terminación -u?s revela un derivado postverbal: así que recordando los numerosos casos reunidos por Jud de denominaciones del ‘salvado’ procedentes de un verbo que significa ‘separar, cerner’, nos sobrará razón para sospechar que estamos ante una mera secuencia local del verbo tamisà, tamaȤá. Los datos de los diccionarios dialectales apenas nos permiten ampliar esta área, sólo hasta Brescia, pues en Ferrara no se registra sino el derivado tami?ada, y sólo con el sentido figurado de «disamina, interrogazione». El predominio de las acepciones figuradas es llamativo: igual sentido en Vicenza; en Brescia tami?á «esaminare, censurare», frl. tame?á «sindacare, esaminare». Claro que existe también la acepción material pero se nota que, al darla, varios de estos léxicos se apresuran a remitir a sinónimos (p. ej. el bresciano Pellizzari, envía a bugat y staccio), como insinuando que éstos son más castizos. En fin, obsérvese que junto a la colección de formas dialectales reunidas por Bolelli (It. Dial. XVIII, 65-66), éste no ha podido dar un solo dato antiguo (nada anterior al dicc. bresciano de 1759). En el Piamonte, como advierte categóricamente Sant’Albino, no es más que un galicismo de cocineros. En una palabra, el vocablo romance tamis es sólo antiguo dentro de los límites de Francia.

La etimología romanística no se ha ocupado muy atentamente del origen del fr. tamis. Diez (Wb., 314-5) pensó en un derivado del célt. o mejor dicho britónico tam(m) ‘pedazo’, ‘bocado’ pero rechazó esta idea, inclinándose a partir del antepasado germánico del neerl. teems y el a. alem. ant. zmisa. Thurneysen (Keltorom., 80) aclaró categóricamente que no podía haber relación alguna entre tamis y dicha palabra céltica (común al galés, córnico y bretón), que en efecto procede de un más antiguo TAMMEN-, y éste a su vez viene de TևDS-MEN-; es verdad que acaso podría suponerse un TAMMU- a base de ciertas formas gaélicas, pero esto es muy oscuro y problemático (V. TAMO). Por otra parte reconocía Thurneysen que si el vocablo francés suponía una terminación -ISIUM, un sufijo así existió realmente en galo4, pero se apresuraba a declarar que no conocía en ninguna lengua céltica una raíz que pudiera explicar este supuesto celtismo. Sin otro fundamento que éste se apresuró M-L. (REW 8551) a incluir un galo TAMզSIUMcedazo’ en su diccionario etimológico, derivando de ahí las varias formas romances. Ni siquiera le puso un asterisco, a pesar de que tal palabra no se encuentra en ninguna fuente de la Antigüedad, y aun el b. lat. tamisium sólo aparece en un texto escrito en 1160 por el abad Hermann de Tournai. A pesar de este poco fundamento no vaciló Gamillscheg en seguir la iniciativa de M-L., lo mismo hizo Wartburg con ciertas reservas (en Bloch, 2.ª ed.), y no encontró imitadores la actitud prudente de Bloch, al limitarse a reconocer nuestra completa ignorancia5; en cuanto a Jud, ignoramos su opinión sobre el problema6.

Sea el que quiera el juicio que en definitiva merezca el origen de tamis, es innegable que se ha prescindido demasiado de su existencia en germánico, tratando a la ligera la indicación de Diez. El hecho es que es voz común a todo el germánico occidental y muy antigua en esta familia lingüística, puesto que ya aparece desde el anglosajón hasta el alto alemán antiguo: el verbo tmesian ‘tamizar’ ya está bien documentado en anglosajón, desde med. S. X, y que el sustantivo tmes ‘tamiz’, muy frecuente en inglés medio, existía desde los orígenes del idioma lo prueba su compuesto tmes-pile [1050, «temsing-staff», NED, s v. temse]; fris. orient. y sept. têms ‘tamiz’, neerl. med. têmse, neerl. teems ‘tamiz’, neerl. med. y mod. temsen ‘tamizar’, b. alem. med. têmes(e), temesen, íd., y finalmente a. alem. ant. zmisa ‘salvado’, hoy zemse que aparece con este sentido en Austria, mientras que en Baviera, hacia Aquisgrán y en la zona montañosa al Este de Colonia conserva el sentido etimológico de ‘tamiz’ ¿Estamos ante una vieja estirpe germánica, que de ahí pasó a los romances de Francia, o se trata de un vocablo prerromano trasmitido en fecha muy antigua por el latín vulgar de la Galia al germánico occidental? Los germanistas discrepan sobre la cuestión, admitiendo los más el origen germánico: los autores del NED, Falk-Thorp7, Holthausen8, Franck9, H. Teuchert10; mientras que Kluge, muy brevemente11, y últimamente Frings, con mayor detención12, han sostenido la alternativa opuesta. En la opinión de Frings ha influido decisivamente, además del área geográfica del vocablo en alemán, su existencia en el ladino central: pero ya he dicho que allí es derivado de antigüedad muy dudosa. No me incumbe tratar de resolver este problema, alegando p. ej. que la conservación del alem. zemse en zonas montañosas da más la impresión de supervivencia de un vocablo antes mucho más extendido: debemos dejar estas cuestiones a los germanistas. Lo que no admite duda es que *TAMISI existió en fráncico, puesto que se halla en anglosajón y en alto alemán antiguo, y está arraigado en todas las lenguas germánicas occidentales: y si no tenemos asidero alguno para atribuir el vocablo al céltico, y en romance estuvo limitado a Francia, ¿por qué negaríamos que en francés pueda ser germanismo? ¿Por razones semánticas? No hay duda de que ésta es una razón de peso, aunque un germanismo fr. en materias agrícolas no es inconcebible (los francos fueron grandes terratenientes)13, y aunque el tamiz frente al cedazo tenga algo de perfeccionamiento técnico que hace dudar de una antigüedad muy grande.

De todos modos la peor dificultad en esto estriba en que no se conoce, o al menos no es corriente, un sufijo germánico que pueda explicar la terminación -ISI(AN), aun si admitiéramos una posible relación con TAMJANdomar, obligar’. Desde el punto de vista romanistico concluiré llamando la atención acerca del hecho, no sé si casual, de que toda la documentación de tamis y tamiser en francés antiguo (Du C.; God. VII, 636; X, 741) proceda, con extraña unanimidad, de Picardía y de Tournai, la zona de máxima colonización franca14. En definitiva nos consta que el vocablo es antiguo en germánico, lo bastante para que desde allí pudiera pasar al francés, pero mientras falte una etimología germánica no podremos asegurar si es voz de cepa teutónica, o si galorromanos y germanos la tomaron de un idioma prerromano y quizá precéltico15. Por lo menos provisionalmente se puede admitir que en francés es germanismo. Comp. TAMO.

DERIV.

Tamizar [Acad. 1884, no 1843].

1 Siendo voz ajena a la Península apenas hace falta decir que es falsa la etimología de Eguílaz (p. 502), ár. támyiz ‘separación, discernimiento’; que este vocablo signifique modernamente ‘cedazo’ en Marruecos, como dijo el P. la Torre, no probaría nada, y por lo demás no lo confirma Lerchundi ni otra fuente alguna.―

2 Aun en el dalmático moribundo de Veglia llegó a emplearse tamáȳs (Bartoli, Das Dalm.), pero no hay que dejarse engañar por el diptongo, que de ninguna manera es prueba de antigüedad ni autoctonismo: toda í se cambiaba en ai en este dialecto, que decía formaica por ‘hormiga’, ortaica por ‘ortiga’, paradais por ‘paraíso’, etc.―

3 En retorrománico los términos antiguos serían sedasch y bi(gi)at, de inconfundible aspecto autóctono.―

4 Esta idea de un sufijo céltico -ISIO, -ISIA, que pudo influir en romance, era una idea favorita de Thurneysen (V. su pág. 17), quien suponía que la i del fr. franchise y ejs. análogos podía explicarse por este sufijo abstracto más que por el lat. -ITIA, en lo cual ciertamente nadie podría seguirle hoy en día.―

5 En la cuestión del posible origen céltico interesa el juicio que merezca el bret. tamoez ‘tamiz’. Que esta palabra es advenediza y no heredada del céltico lo prueba en forma evidente la conservación de la -S-, y en la forma actual, la conservación de la -M-. Pero es extraña la terminación. Thurneysen lo suponía tomado de una variante francesa hipotética *tamois. Pedersen (Vgl. Kelt. Gramm. I, 321), V. Henry y J. Loth (Les Mots latins dans les langues brit., 209) adoptan una actitud algo distinta, teniendo en cuenta Vannes tañouiz ‘tamiz’ y bret. med. taffoessat ‘tamizar’, donde aparece un tratamiento más genuino de la -M- intervocálica: la idea de Henry y de Loth es que el bretón tomó el vocablo de un galorromano *TAMԷSIU más o menos tardío, y que en el bretón corriente la -m- fué restaurada modernamente por influjo francés. Ni siquiera esto me parece verosímil, dada la completa ausencia de formas en -ԷSIUl> o en -ois en romance. Así como así parece seguro (vid. Pedersen) que se produjo una influencia mutua entre tamoez y toezenn ‘espiga’ (de ahí el bretón moderno tamoezenn ‘espiga’): ¿no podría ser que el diptongo -oez de tamoez se deba recíprocamente al influjo de t(am)oezenn? A los celtistas tocará decírnoslo. Es verdad que hay un friul. tamés, cuya é parecería corresponder al vocalismo bretón. Eco muy lejano por cierto. Pero ya he dicho que en esta zona todo parece indicar que el vocablo fué importado no hace mucho a través de Venecia. Y no olvidemos que el friulano también responde con la é de ciamese ‘camisa’ a la i unánime de todos los romances (camesa sólo en textos viejos de Treviso y Padua).―

6 En su artículo sobre son (ASNSL CXXVI, 111) citó brevemente el caso del alem. zemse frente al fr. tamis entre los nombres del salvado que se deben a un verbo de sentido ‘separar, cerner’, observando que se ha visto en zemse una voz galorrománica; lo cual no compromete su opinión personal. Se abstuvo de todo comentario sobre tamis en su exhaustiva reseña del libro de Dottin (ARom. VI), a pesar de que éste trata del mismo.―

7 En Fick III4, 156.―

8 Altenglisches Etym. Wb.―

9 Etym. Woordenboek.―

10 En Grimm, Dt. Wb. XV, 631.―

11 Paul’s Grundriss I2, 345.―

12 Germania Romana, 163-4.―

13 Me bastará recordar la etimología germánica del fr. son según Jud, y la del fr. blé según Wartburg; nombres de plantas hay muchos (houx, etc.).―

14 ¿Hay testimonios del infinitivo o del participio del verbo en francés antiguo? Sería importante saber si éstos terminan en -ser o en -sier, pues se ha ido demasiado de prisa en conceder a Diez su postulado de que el étimo terminaba en -ISIUM.―

15 En este sentido sería bueno consultar la nota de Oștir, Beitr. zur alarodischen Sprachwiss., § 129, que no está a mi alcance.