TAMBOR, del persa tabîr íd., pasando por el árabe, donde debió de confundirse con ƫanbûr ‘especie de lira o bandurria hecha con una piel tendida sobre un cuerpo hueco’.
1.ª doc.: atamor, Cid; atambor, 1251, Calila, 26.276, y 1.ª Crón. Gral.; tambor, 1615, Quijote II, xxxiv, 134.
En portugués predomina hoy tambor, pero se empleó atambor (S. XVI, en Moraes). En catalán atambor es forma tardía, seguramente de influjo cast., mientras que tambor es la que se encuentra en la Edad Media2 y la única conocida hoy (pron. tambó). En francés tabour se encuentra desde la Chanson de Roland, y es la forma general en los SS. XII y XIII; después aparece la forma tambour, quizá procedente de España, aunque la variante sin nasal sigue viviendo hasta el S. XVI inclusive. También en occitano medieval luchan las formas tabor y tambor, aquélla desde el S. XII y ésta desde princ. del XIII; tabor aparece además como variante en la Crónica catalana de Jaime I. El it. tamburo parece ser general desde el S. XIII. Vco. dambore «pandero» en el Baztán.
Así en el Cid como en la Ch. de Roland, en los historiadores latinos de las Cruzadas y en muchos textos medievales los tambores aparecen sólo como instrumento usado por los musulmanes, y españoles y franceses se refieren a la impresión que este ruido bélico extranjero causaba entre los cristianos. Basta esta razón para dar gran verosimilitud a un origen oriental de la palabra, como ya lo hicieron los orientalistas Sachau, Engelmann y el autor de la Description de l’Égypte (1828) XIII, 246n., logrando la adhesión de Diez y otros romanistas. Sin embargo Dozy (Gloss., 374-5), con su gran autoridad, se opuso a la etimología de Engelmann (ár. ƫunbûr < persa ƫanbûr), observando que ƫunbûr designaba en la Edad Media una especie de lira, y que el actual atambor, que en Berbería designa el tambor, es palabra de origen español3. Pero es oportuna la réplica de Devic (pp. 65-66) de que la tambura empleada hoy en Arabia, aunque sea instrumento de cuerda, se hace generalmente con un cuerpo hueco sobre el cual se tiende una piel, y así no carece de analogía con un tambor; sin embargo propone Devic partir del persa tabîr ‘tambor’ ‘especialmente tambor grande de bronce’, palabra muy antigua en este idioma, pues ya figura en Firdusí († 1020), e insinúa que una forma tabûr pudo coexistir en persa atendiendo a tabūrāk ‘tamboril’, que parece ser errata por tabūrak diminutivo de *tabûr. A pesar de esta sugestión razonable, los etimologistas han seguido vacilando, y además de haberse emitido opiniones insostenibles4, algunos han supuesto que sea voz onomatopéyica5, opinión poco verosímil ya por lo complicado de la estructura del vocablo, y otros se inclinarían a partir del ár. ƫubûl, plural del nombre corriente del tambor en árabe, ƫabl (> ATABAL) 6, opinión no imposible pero que ofrece dificultades fonéticas, pequeña cada una de ellas de por sí, pero bastantes entre todas para hacer poco verosímil esta idea.
En resumen la opinión común (REW 8512a) es que la etimología de Devic es la cierta, y lo más probable es la explicación de Giese (Litbl. LIV, 249-50), adoptada por Wartburg (en Bloch, 2.ª ed.) de que ƫabir al pasar por el árabe se confundiese fonéticamente con ƫunbûr a pesar de ser dos instrumentos diferentes: en efecto ƫunbûr, que hoy designa una bandurria en Egipto (Bocthor) y que también es usual en sentidos semejantes en Siria, Nubia y Arabia (Dozy, Suppl. II, 63), es ya palabra antigua en el idioma, pues ƫunbūrî como nombre del que toca este instrumento, ya está en el Maidaní († 1124) según Golius, y ƫanābirî significa lo mismo en el egipcio Maqrizí a princ. S. XV. Lo probable es que una forma arábiga vulgar ƫabûr corriera ya en Oriente como nombre del tambor en tiempo de las Cruzadas y que de allí la trajeran los franceses7, mientras que en el árabe de España predominaría una forma ƫanbûr debida a dicho cruce, y de ahí pasaría a los romances hispánicos y luego a los demás8.
DERIV.
Tambora ‘bombo, tambor grande’ (Ca., 31; Cuervo, Disq., 1950, p. 99). Tamborear; tamboreo. Tamborete [S. XIII, arriba]. Tamborero ant. (M. P., Poes. Jugl.). Tamborino [S. XV, Aut.; Oudin; Covarr.] o tamborín (1591, Percivale) ant. (vco. danbolin ‘tamboril’ en guip., ‘tambor’ en Arratia, guip.), luego disimilado en tamboril [1609, Góngora; Oudin; Covarr.]; tomados del cat. tamborí; tamborilada; tamborilear, tamborileo, tamborilero; tamborilete; tamboritear, tamboritero. Tamborón. Taburete [princ. S. XVII, Argensola, Aut.], tomado del fr. tabouret, derivado del fr. ant. tabour ‘tambor’, por comparación de forma (comp. mall. tabulet, frente al cat. continental tamboret, AORBB III, 71).
1 Nótese la locución argentina sobre el tambor ‘inmediatamente’: «tenía órdenes terminantes de fusilar a Segovia sobre el tambor», R. Hogg, La Prensa de B. A., 8-IX-1940.― ↩
2 Ag.; en Jaume Roig encontramos tambor y tamor como si tuviesen sentidos distintos: «sons de viola, / orgue, tambor, / arpa, tamor, / farà sonar», «tabal, tambor, / par la remor / de lur costat, / ventositat, / grossa vapor» vv. 12867-8, 9629.― ↩
3 Así debe de ser en efecto, pues Lerchundi observa que en Marruecos ƫanbór designa el tambor moderno o europeo, mientras que el moruno es ƫebel, y también Beaussier en Argelia califica ƫanbûr de voz francesa. Es posible de todos modos que no sea palabra muy reciente, ya que tiene plural fracto, ƫanâbir. En la opinión de Dozy parece haber influído mucho una papeleta que él tenía de un artículo del venerable maestro etimologista Pott,: según la cual tambor podría ser de origen céltico. Pero ahí había una confusión, lo único que Pott había hecho (en la Zeitschr. f. d. Wiss. d. Sprache II, 1850, p. 356) era relacionar brevemente el irl. tabur y galés tabwrz ‘tambor’ con el fr. tabour y el persa tabîr ‘gran tambor de bronce’, pero sin duda la idea de Pott fué dar a entender que las voces célticas y romances procedían del persa y no al contrario: el hecho es que tambūr (hoy persa tämbur) ya se halla en textos pelvíes (SS. IV-VII) como nombre de un instrumento de percusión, según veo en I. Oranski, Yvedenie v Iránskuju Filologiju, 1960, p. 184. Hay también un b. gr. ταβούλιον, que sólo se encuentra en un texto anónimo, al parecer de fines de la Edad Media, citado por Du C., sin gran interés para el problema etimológico.― ↩
4 Eguílaz sostiene que puede venir de tympanum, lo cual es imposible por razones fonéticas.― ↩
5 Así hace el eslavista J. Janko, en Mélanges HaskoveƇ, 1936, sin lograr la convicción de Glässer, Litbl. LXI, 37. Igual parece ser la opinión de Sainéan, Sources Indig. II, 10-11.― ↩
6 ?ubûl es en efecto el plural indicado por R. Martí y hoy usual en Marruecos, mientras que PAlc. da aƫbâl, como en los clásicos y hoy en Oriente (Cañes).― ↩
7 A esto objeta G. Paris Rom. XXXI, 412-3 y 419n.1 que la Chanson de Roland es anterior a las Cruzadas. De esto no hay duda, pero sobre la fecha del poema en su redacción actual no existe todavía unanimidad, y mientras unos la creen levemente anterior a este gran hecho histórico, otros la consideran contemporánea. Si tienen razón aquéllos habrá que pensar si tabour pudo llegar al francés desde Cataluña (donde tabor fué raro aunque no inaudito, V. arriba), más probable que admitir que se trasmitiera por conducto bizantino.― ↩
8 R. Martí traduce ƫanbûr extrañamente por «vacuitas» (sólo en la primera parte de su dicc.): no sé si es esto una errata en lugar de un nombre medieval del tambor, o si quiere decir ‘ruido de hueco, ruido comparable al de un tambor’. ↩