SORNA, significó primitivamente ‘noche, oscuridad’, con el carácter de palabra jergal, más tarde figuradamente ‘disimulo socarrón con que se hace o dice algo’ y a veces ‘flema, cachaza’; debió de tomarse del oc. ant. sorn ‘oscuro’ y ‘melancólico, retraído’, palabra cuyo origen se desconoce.

1.ª doc.: 1.ª ac., princ. S. XVI, R. de Reinosa; 2.ª ac., 1603, Fr. Ant. Pérez.

«A boca de sorna, por yr encubierto, / el fiero Picaño tomó su desgarro [‘se despidió’]» en un romance de germanía de princ. S. XVI atribuído a Rodrigo de Reinosa; la misma locución a boca de sorna ‘al oscurecer’ sale en otro romance de germanía escrito indudablemente por este autor (Hill II, 1; I, 130), en el Rinconete y Cortadillo («estése así la canasta, que yo iré allá a boca de sorna, y haré cala y cata de lo que tiene», Cl. C., p. 181) y en otros textos de este carácter (Hill s. v.); sorna ‘noche’ está definido así por Juan Hidalgo (1609) y empleado como sustantivo en un romance de germanía publ. por Timoneda en 1555 («hasta que la sorna sea», «en la sorna más secreta» Hill VIII, 10, 21) y en otros textos de la misma colección; V. al final los varios derivados germanescos que proceden directamente de esta fundamental ac. Está claro, pues, que sorna fué inicialmente palabra jergal con el sentido de ‘noche’ u ‘oscuridad’; pero es verdad que ya por los años de 1600 se encuentra frecuentemente el vocablo con sentidos abstractos, y en contextos que nada tienen ya de jergal o van perdiendo este carácter; tenemos entonces dos acs. ‘socarronería, ironía disimulada’ y otras veces ‘cachaza, lentitud’, no siempre fáciles de distinguir una de otra.

Tenemos la primera en la P. Justina: «con la mayor socarronería del mundo me miró en redondo con una sorna, que entendí que me había de meter los ojos en el pulgarejo»; en la locución cantarle la sorna (a uno), cuyo significado exacto no está claro (Aut. da una definición vaga y a posteriori, fundada sólo en el pasaje de Quevedo), tenemos de todos modos algo próximo a esta ac., quizá ‘hablar con socarronería y a medias palabras’: «echaré verbos, cantaré la sorna, / porque sepa que puedo / atar muy bien mi dedo, / y que estándole hablando, / venga rabo entre piernas, raspailando» Quiñones de B. (NBAE XVIII, 505), «él echaba de vicio, y ella le cantaba la sorna, diciendo que más quería andarse a la flor del berro y qué me sé yo» Quevedo (Aut.). En otros casos está clara la ac. ‘cachaza, flema’: «¿Tanto bien nos hizo Avero, / que en él con tal sorna estás? / Vámonos...» Tirso (Vergonzoso en Pal. II, 308), «por Dios, que estás ahora / con linda sorna, acaba» Tirso, «que tome el pecador con tanta sorna y espacio la cura de su alma, que la vea muerta en pecado» Fr. Diego de la Vega (1607), «sorna vale espacio y tardança en el caminar» Covarr., s. v. sorra ‘lastre’, con el cual no tiene relación a pesar de este lexicógrafo y su imitador Oudin: «traer sorna: estre lent et tardif à marcher, aller pesamment et dandinant». En otros ejs. que cita Cej. (IX, p. 172-3) no está claro cuál tenemos de estos dos matices, o bien parece haber un poco de los dos; entre ellos está el de Fr. Ant. Pérez «os responderán con gran sorna que volváis a informar de nuevo» y el de Ant. de Cáceres (1616) «derríbaslos, desháceslos y dícesles después muy despacio y con mucha sorna que se levanten ellos; parece que haces donaire de nuestras cosas y de nuestras daños»1.

Una duplicidad semántica comparable observamos en el port. cachaço ‘soberbia, arrogancia’ frente al cast. cachaza, y en el it. sussiego ‘arrogancia’ junto a sosiego. Hoy sorna ya casi sólo se emplea en el sentido de ‘ironía y sarcasmo disimulado’, hablar o decir algo con sorna es ‘con retintín, dejando entender a medias una desaprobación irónica o burlona’, lo cual no es raro que vaya acompañado de cierta flema y lentitud estudiada por parte del que habla; pero si no me engaño ya no se oye el vocablo en el sentido puro de ‘cachaza, lentitud’, ni tampoco es normalmente voz jergal, aunque todavía tiene mucho de afectivo. El port. sorna tiene acs. semejantes, aunque en él predomina hasta hoy la de «indolência, inércia», pero también «maçador, impertinente». Todavía se parecen más las acs. catalanas: srna significa hoy lo mismo que en castellano, sorneguer es ‘cazurro, malicioso’, a veces también ‘sarcástico’ (en Mallorca ‘calmoso’)2, y familiarmente, como en portugués, se emplea también con estas acs. el primitivo sorna (és un sorna, también un sorno); pero en el ej. más antiguo, de 1586, en el valenciano Guerau de Montmajor, muestra la ac. ‘prosopopeya’, ‘flema del que se da importancia’3.

Bastante más antigua que en la Península Ibérica es esta familia de palabras en el Sur de Francia; allí el adjetivo srn ‘oscuro, tenebroso’ es frecuente en los SS. XIV y XV y ya se encuentra un par de veces a fines del XIII (Guilhem de l’Olivier, Raimon Feraut), del abstracto sornura ‘tinieblas, oscuridad’ hay también dos o tres ejs. medievales; en todos estos casos tenemos oscuridad material, por otra parte se nota que ya en el ej. más antiguo sorn se aplica al corazón, con un matiz, que quizá sea ‘melancólico’, pero más bien parece ‘retraído, taciturno’ («gaug ni dol non camja lor cor sorn»). El hecho es que en la actualidad sourne o sour(n) conserva sobre todo su ac. material, pero también se encuentra en usos fraseológicos figurados, que revelan acs. morales: cato-sourno «sainte nitouche», sóurni pensado «sombres pensées», faire si cop sourne «cacher son jeu, faire des fredaines en cachette», con los derivados sournet, sournut «sournois», sournaru, -udo, «sournois, sombre, morose, taciturne», sournarié «sournoiserie», sournamen «sournoisement»; hasta aquí todo se refiere al carácter retraído y disimulado, pero también puede llegarse no sólo a la socarronería, sino aun a la burla abierta, de donde sorneta ‘cuento de burlas’, del cuál ya encontramos dos ejs. del S. XV, y que hoy (sourneto) se ha atenuado y hecho inofensivo con el matiz de «conte d’enfants, conte de bonne femme».

En francés esta familia de palabras es más tardía y su extensión semántica más limitada y presenta lagunas, por lo cual parece claro que debió de tomarse de la lengua de Oc: sornette «propos vide de sens» aparece h. 1420 (en Rabelais «jeu d’esprit»), fr. antic. sorne «raillerie» (S. XV), argot sorne ‘noche’ (íd., en Villon) ‘principio de la noche’ (Oudin), fr. sournois «sombre et dissimulé» [1640, definido «un homme mélancolique et dangereux» por Oudin en esta fecha]. También se extiende poco o mucho hacia Italia, si bien con escaso arraigo en el idioma común, donde sólo se conoce sornione ‘retraído, taciturno y grosero’4; sin embargo, el área provenzal de sorn ‘oscuro’ se prolonga hasta el Piamonte, donde en la Val Sesia toma la forma ciorgnu con el sentido de ‘ciego’ y ‘sordo’ (Wartburg, RDR III, 425; adiciones importantes en IV, 19), variante seguramente debida a cruce con cieco. En una palabra, el centro de irradiación a todos los romances es la lengua de Oc, en cuyo territorio, por lo demás, tampoco es voz general, sino localizada en Provenza y Alpes del Delfinado, a juzgar por el mapa 930 del ALF «obscur») y por la procedencia de los ejs. medievales y modernos (falta en Vayssier, y Palay da sourne «sombre» sólo como palabra rara); al cast. es probable que la palabra llegara por conducto del argot francés, y quizá también por el catalán. En todas partes se pasaría de la idea elemental de ‘oscuro, tenebroso’ a ‘retraído, disimulado’, de donde en cast., por una parte, ‘socarronería’, y por la otra ‘cachaza’ (a ésta quizá pasando por ‘flema socarrona’ o bien por ‘taciturnidad’).

De la etimología sabemos muy poco o más bien nada. Sainéan (BhZRPh. I, 117; Sources Indig. I, 50, 96, 97)5 abrió una pista falsa (todavía seguida por M-L., REW 8476) al querer derivar sorna, el oc. sorn y el fr. sornette de un lat. vg. *SURNIAlechuza’: el único fundamento de este vocablo es un lat. moderno surnia o syrnium empleado por los naturalistas desde principios del siglo pasado (y ya una vez en 1646) y sólo apoyado en una lección del manuscrito de Festo, sin duda deturpada6. Esperemos que esta lechuza fantasma desaparezca pronto de los diccionarios etimológicos. Sin renunciar a este étimo imaginario M-L. (REW 8474) propuso otra idea, típica de su estilo, si bien en su manera peor: el oc. sorn se habría engendrado por un cruce de sord ‘sordo’ con el fr. morne ‘melancólico’. Es el ej. clásico del cruce imposible (cruce de una oveja negra con un asno incoloro que engendra un león rubio): los tres vocablos significan tres cosas diferentes, y la madre, morne (voz muy rara en lengua de Oc), tiene nacionalidad diferente del hijo, sorn. No es extraño que Bloch rechace esta ocurrencia, declarando que el étimo es desconocido, pero sí es estupenda la indulgencia que le demuestran Gamillscheg y aun Wartburg («très probablement», en su nueva ed. de Bloch).

Diez (Wb. 299; Thurneysen, K-r. 79) había propuesto relacionar el oc. sorn con el galés swrn-ach ‘murmurar, rezongar’, galés sorri ‘encolerizarse’, córn. sorry ‘estar enojado’. No nos consta la opinión de los celtistas acerca de esta sugestión de Diez; M-L. afirma que es «imposible», en lo cual quizá tenga razón, aunque no indica sus fundamentos, y el vocablo parece demasiado tajante7; de todos modos la afinidad semántica entre el oc. sorn y estas palabras célticas es vaga y así hay que calificar este parentesco de sumamente problemático. Por otra parte no se ven otras etimologías posibles, pues hay que rechazar por razones fonéticas la de Storm (Rom. V, 184), que quería partir de SATŬRNUS, el planeta de mal agüero (V. SATURNO); la idea que se me había ocurrido de relacionar el cast. mod. sorna, el fr. sournois y sus iguales semánticos, con el lat. SŬBĶRNTUSpérfido, traidor’, SUBORNAREpreparar de escondidas, adiestrar para una mala acción’ (de donde el semicultismo cat. ensibornar ‘embaucar’; no hay representantes populares) sólo sería posible si los significados morales de esta familia romance fuesen primitivos y sorn ‘oscuro’ secundario, contra la general verosimilitud semántica, y contra el hecho de que las acs. morales son raras en la Edad Media, y la material está muy arraigada en el país de origen; además entonces esperaríamos que el verbo sorner «railler, se moquer» fuese muy antiguo y general, mientras que en realidad no se encuentra en lengua de Oc, aunque sea frecuente en francés medio (ya S. XV: God. VII, 483b). En definitiva de todas las sugestiones ésta y la céltica son las únicas que podrán volverse a estudiar, pero los fundamentos de ambas son vagos y es escasa su verosimilitud.

DERIV.

Sornar ‘dormir’ [Juan Hidalgo, también sornear; otros ejs. Cej., Fcha., Hill], comp. it. sornaccare ‘roncar’. Sornia m. ‘lelo, tonto’ (< ‘dormido’) salm., bilb. (Cej.). Sornático ‘sarcástico’ chil. («no me atrevía a darle la cara... hasta que él mesmo me llamó y mi ’ijo con su risita -a», G. Maturana, D. P. Garuya, p. 28).

CPT.

Sornavirón ‘golpe con la mano vuelta, bofetada’ [S. XVIII, Fcha.; nav., alav., pal., Cej.].

1 No está claro el sentido de sorno en el auto de Nabucodonosor, S. XVI, donde hablando de los judíos condenados a perecer en las llamas por negarse a adorar al tirano, se dice «¡o qué boz tan singular! / ¿Y adónde suena el cantar? / ―¡Cómo cantan de buen sorno! / ¿Sabe dó? dentro del horno» (Rouanet, Autos I, 248, v. 448); el editor glosa «con serenidad». Quizá ¿‘con tranquilidad’?―

2 Comp. costarric. sornaguear ‘sacudir con violencia a uno, remecer’ (Gagini; íd. en la novela Ése que llaman pueblo del costarricense Fabián Dobles, p. 326).―

3 «No marcha a soles, / tant bé ho adorna, / ab sa gran sorna, / un Castanyeda: / cruxint la seda, / diu cada pas: / ―Santo Thomás / es de mi parte, / primera parte, / questione prima» (RH XXXIV, 548): se trata de una sátira en que va caracterizándose sucesivamente a varios catedráticos valencianos.―

4 Tommaseo sólo cita un ej. de Magalotti, S. XVII, y otro, difícil de fechar, del sinónimo susornione, que parece debido a cruce con susorniare, variante y sinónimo de susurrare.―

5 En cuanto a sornette, en la p. 150, lo separa de sournois y congéneres, queriendo derivarlo de cerne «moitié de noix verte», del cual existiría una variante dialectal çorne. Separación inadmisible, claro está.―

6 Ed. Lindsay, § 457, p. 414. Ahí se atribuye a cierto Verrius la afirmación de que a la strix los griegos la llaman συρνια; así en el ms. básico de Festo, declaración seguida de la cita de una frase griega συρριντα πομπειεν ... στριντα τολαον, todo lo cual está evidentemente corrompido, como se ve ya por el hecho de que el supuesto συρνια funciona dentro de la frase como acusativo, que terminando en -α sólo puede serlo de un tema en consonante. Los editores, siguiendo a Escalígero y Müller, suelen enmendar στρίƔƔα (acusativo de στρίƔξ ‘lechuza’) y luego στρίƔƔęποπέμπειν... στρίƔƔęπò λαNjν, lo cual es convincente. En todo caso el supuesto συρνια no tiene realidad alguna (falta en los dicc. griegos de Liddell-Scott y Sophoclês, en los dicc. latinos, y Estienne se limita a remitir al texto de Festo).―

7 Ni Pedersen, ni Stokes-Bezz., ni V. Henry, ni Walde-P. dicen nada de estas palabras en sus obras respectivas. Por otra parte no es inconcebible que haya relación con el galés sar ‘ofensa’, sarhau ‘ofender’, sarhaed o sarháad «contumelia, opprobrium, offensa, ignominia», irl. ant. sáraigim ‘yo ofendo, escarnezco, desprecio’, sár n. ‘ofensa’, ‘excesivo’, acerca de cuyo étimo discrepan los pareceres de los celtistas (de *STR- ‘fuerte’ según Pedersen I, 79; de SPR- ‘desprecio’ según Stokes-Bezz. 300; de SAGR- ‘firme’, según Walde-P. II, 488, 607, junto con el galés haer «entêté, pressant», haeru ‘asegurar, afirmar’, galo Segodunum; V. Henry relaciona con el bret. scrc’hen «rêverie, radotage»); sea de ello lo que quiera, en cualquiera de estas hipótesis podría corresponder una S- gala a la de estas palabras insulares (o quizá TS- si viene de ST-), y es concebible que junto al vocalismo , Ķ o A de las formas de esta nota, sorri ‘encolerizarse’ presente un vocalismo apofónico ֊, y aun quizá tenga el mismo origen la w del galés swrnach (si es aplicable aquí el § 26.2 de Pedersen); también cf. el vco. zornazorna, materia, pus, podredumbre’ vizc., guip., lab. y quizá a. nav., y en particular zornatu «enconarse la herida» que queda muy cerca del sentido del galés swrnach y sorri.