SOMBRA, alteración del lat. ŬMBRA íd., conservado en los demás romances, y en el derivado cast. umbría; la s-, agregada sólo en portugués y en castellano, es probable que se deba al influjo de sol y sus derivados, por ser sol y sombra, solano y sombrío, solear y sombrear, conceptos correlativos, opuestos y acoplados constantemente: la variante solombra, corriente desde antiguo, en los dialectos leoneses, judeoespañoles, portugueses y occitanos, comprueba la certeza de esta explicación.
1.ª doc.: Berceo.
La forma primitiva ombra, general en todos los romances, desde el catalán inclusive hacia el Norte y el Este, se perdió en cast. y port. casi sin dejar huellas, pero que aun ahí debió de existir en una época antigua, lo comprueba el adjetivo umbrío y el sustantivado femenino umbría, tan arraigado en la toponimia y por lo tanto de existencia milenaria. La explicación de la s- ha interesado desde antiguo a los romanistas, pero todo el mundo ha aceptado la explicación que dió el maestro de todos, Diez, en su Wb., 488-9: sombra sería derivado de un verbo *sombrar, antes *soombrar, procedente de un lat. SŬBŬMBRARE ‘poner a la sombra’, derivado de UMBRA con el prefijo SUB- ‘debajo’: a la opinión de Diez se atuvieron esencialmente M-L. (REW 8405), los portugueses Coelho, Nunes, CortesƟo, Nascentes y Leite de V. (Est. de Philol. Mirand. II, 217), los dicc. etimológicos franceses de Gamillscheg y Bloch, y además Brüch (ZRPh. XL, 652-3; XLI, 757) y M. L. Wagner (RFE X, 241); realmente este verbo llegó a existir en latín, aunque fué muy tardío y raro: se encuentra en un par de traducciones bíblicas, una que se remonta hasta h. 400, y otra del S. VIII, además aparece en las Notas Tironianas, de fecha muy tardía (ZRPh. III, 104; ALLG XII, 49). No hay testimonios seguros de la supervivencia de esta palabra en romance; pero el principal argumento que se opone a esta explicación es que el Deus ex machina de la misma, el supuesto verbo cast. *sombrar ‘poner a la sombra’, simplemente no existe2, y aun si concedemos la posibilidad de que hubiese existido en una fecha preliteraria, sería muy extraño que el influjo de una palabra de tan escasa y efímera vitalidad hubiese sido capaz de cambiar en forma total y general la figura de una palabra tan importante como sombra.
Propuse en 1943 (RFH V, 7) otra explicación, menos hipotética y más sencilla, que me parece imponerse: que el cambio de ombra en sombra sea de la misma naturaleza que el de SINISTER en SINEXTER > siniestro, el de GRAVIS en GREVIS (fr. grief, etc.), el de REDDERE en RENDERE (> rendir), cambios debidos al influjo de las palabras antónimas DEXTER, LEVIS, PRENDERE: análogamente la oposición constante de sol y sombra junto con sus derivados respectivos, bastaba para causar el cambio de ombra en sombra; una primera comprobación de la idea la proporcionó el alto-arag. sobago ‘umbría’, allí estudiado, que es alteración del más general obago OPACUS, en virtud de la acción del contrapuesto solano; otra comprobación está en la muy extendida y antigua forma solombra, que de otra manera no podría explicarse3, pero que es sumamente natural si partimos del influjo de sol; ahora bien, solombra por ‘sombra’ se encuentra ya en el Alex., 816, 892, 1179, 1817, y en las obras castellanas de Gil Vicente; hoy se dice sulombra en el Oeste de Asturias (Munthe, p. 89) y en Sanabria (Krüger, Dial. de S. Ciprián), selombra y siombra allí mismo (Homen. a M. P. II, 125), solombra en Maragatería (BRAE III, 161), esto mismo y salombra o selombra en Astorga y otras partes de León (A. Garrote), solombra en asturiano occidental, selombra y selombría en La Bañeza (S. de León), solombrio en Medina del Campo, solombrío, solu-, en dos pueblos del NO. de Salamanca y uno del Oeste de Zamora, según noticias de Veres d’Ocón, RDTP II, 286-91; más datos acerca de los nombres españoles de la ‘umbría’ en RDTP VI, 133-8; selombra en Miranda (Leite de V.); solombra en judeoespañol de Oriente y ya en la Biblia de Ferrara de 1553 (RH II, 336; ZRPh. XXVII, 83; BRAE V, 361; M. L. Wagner, l. c.); por otra parte aran. solómbre ‘penumbra’, ‘halo de la luna’, bearn. souloumbrẹ, souloum y souloumbrà (Palay), Aiguille de Souloumbrie en el término de Verdun (Ariège), lemos. souloumbrado «endroit frais, à l’ombre», prov. souloumbrous, ‘sombrío’; el propio port. sombra procede en parte de un tipo *SOLŬMBRA, puesto que soombra es lo que encontramos con gran frecuencia en la Crónica Troyana y en otros varios textos arcaicos como la Gral. Est. gall. de princ. S. XIV (184.32) (V. también Nascentes). La alteración de ombra en sombra o solombra pudo nacer al principio por un error: por una especie de trabalenguas, en lugar de decir sol y ombra se diría sol y sombra, y luego, agravándose la alteración, sol y solombra. Si estas alteraciones se generalizaron y se olvidaron los antiguos ombra, ombrío y ombrear, en beneficio de sombra, sombrío, sombrear, es porque aquéllos podían parecer «ilógicos» al hombre del pueblo, puesto que junto a ellos sólo había hombro y hombre, voces de sentido tan diferente. Como tantas veces ha puesto Jud de relieve, los hablantes de un idioma buscan instintivamente una explicación etimológica a toda palabra, y cuando una variante sugiere una etimología ideológicamente absurda, por muy tradicional que sea esta variante, el idioma la rechaza y da el triunfo a otras variantes, aunque sean más alteradas. Sólo en los romances donde el lat. ŬMĔRUS ‘hombro’ se ha conservado, ha logrado generalizarse la forma sombra o solombra; si las áreas geográficas de hombro y de sombra coinciden, seguramente no es por casualidad.
En apoyo de la explicación de sombra por SUBUMBRARE no es lícito citar el adjetivo fr. sombre ‘malhumorado’ y ‘sombrío, tenebroso’, pues la etimología de esta palabra francesa es enteramente oscura (como reconoce ya el DGén.): nótese la aparición tardía, en Palsgrave, a fines del S. XVI; antes sólo se encuentra la combinación coup sombre ‘contusión sin efusión de sangre’, sólo dialectal por lo demás [1374], el adjetivo sombreux (que sólo aparece dos veces, en 1618 con el sentido de ‘oscuro’, derivado evidente de sombre; y otra en el Perceforest, fin S. XIV, con un sentido completamente enigmático, pero desde luego muy distinto del moderno) y el adverbio sombrement [1433], cuyo sentido es también incomprensible, pero absolutamente alejado del actual (vid. God. VII, 465-6; X, 684). ¿Qué hacer con un problema tan intrincado e impenetrable? Desde luego ninguna claridad puede echar sobre la explicación del iberorromance sombra, del cual habrá que separarlo definitivamente4.
DERIV.
Sombrajo [Nebr.; h. 1600, Oña] o sombraje [Aut.], de UMBRACULUM, con el cual lo traduce Nebr.; sombraje [Aut.]. Sombrear [Aut.]; sombreador. Sombrero [Cid 2799, sentido moderno; «umbella, petasus» Nebr.]: innovación del cast. y el port. (sombreiro: «un sombreiro na sua testa» Ctgs. 289.12; soonbreiro, Crón. Troy. I, 173. 24, Gral. Est. gall. 254.30), que se enfrenta al tipo CAPPELLUS del cat. oc., fr., it.5; sombrerada; sombrerazo; sombrerero, -era [S. XVI], de donde el castellanismo cat. sombrerer, ya en 1575 O. Pou, Th. Pue. 164, y en particular con el matiz etimológico ‘el amplio que defiende del sol’ («petasus») frente al castizo barret (b. o gorra ‘pileus’), aunque también lo admite, ya con mayor extensión, «galerus», p. 307); sombrerería; sombrerete; sombrerillo.
Sombrío [A. de Palencia 140d, 142b, 533d], port. sombrio, cat. ombriu, -ívol; gall. sombrizo («tanto curruncho sombrizo», «antr’os salgueiros sombrizos do fondo do val», Castelao 194.14, 156.21). Sombrilla [Acad. ya 1817], adaptación del fr. ombrelle [1588; ARom. XIV, 135], que a su vez lo es del it. ombrello; sombrillazo. Sombroso [Berceo; judesp. solombroso BRAE V, 361]. Umbrío [1513, G. A. de Herrera]; umbría [Aut.]. Asombrarse [fin S. XIV, Lz. de Ayala; el transitivo asombrar es más tardío, S. XV: Cuervo, Dicc. I, 718-20], primitivamente ‘espantarse las caballerías por la aparición de una sombra’, después ‘espantarse’, ‘sorprenderse’6; assombrar-se aparece en el sentido de ‘sentirse abrumado, aterrado’ ya en Auziàs Marc CXII, 17, donde debe de ser castellanismo temprano (y raro) que por lo demás no ha cuajado en la lengua. Asombradizo; asombrador; asombramiento; asombro; asombroso. Ensombrecer. Cultismos. Umbráculo. Umbrático. Umbrátil. Umbroso. Umbela, tomado del lat. umbella ‘sombrilla’.
CPT.
Zurumbático [mediados del S. XVIII, en el salmantino Torres Villarroel], hoy sólo colombiano ‘lelo, pasmado’, ‘trastornado, atronado, aturdido’ (también soromb-), probablemente tomado del port. sorumbático ‘sombrío, melancólico’ [S. XIX, Almeida Garrett, en CortesƟo; D. Vieira; no en Moraes; pero zurumbático parece estar ya en calidad de voz portuguesa en Quiñones de B., † 1651], que parece resultar de una metátesis de *soombrático, derivado del antiguo soombra por sombra; formas emparentadas son el mej. zurumato ‘lelo’ (en Nochistlán, Malaret, Supl.), costarriq., hond., guat., tabasqueño azurumbado ‘aturdido, atarantado, trastornado’, Tabasco sorumbo, hond. zurumbo; para bibliografía, detalles y crítica de la etimología, V. mi nota en RFH VI, 157-8. Umbelífero. Penumbra [1708, Tosca, Aut.], de paene umbra ‘casi sombra’.
1 En Mil., 743a se dice que Teófilo en habiendo firmado la venta de su alma al diablo «perdió la sombra, siempre fué dessombrado», que el glosario de Sánchez y Janer quiere explicar por ‘semblante, hermosura’, ‘perder la sombra, el semblante, la hermosura’; claro que no hay nada de esto: se trata de la vieja creencia de que el cuerpo del condenado no hacía sombra.― ↩
2 Suele citarse un verbo cast. sombrar ‘asombrar’ u ‘oscurecer’, que figura en Acad., pero es un mero postulado para explicar sombra; la única prueba que se ha aducido de este verbo estaría en los versos de J. Ruiz: «amigos apercibidvos e fazed buena obra, / que desque viene la muerte a toda cosa sonbra» 1533d, pero está en rima con obra, çocobra y cobra, y así no cabe dudar de que sólo la lectura sobra del ms. T es buena: se trata de la conocidísima palabra sobrar ‘vencer’ (V. ejs. en mi artículo SOBRE). En cuanto al verbo asombrar ‘espantar’, no es SUBUMBRARE, sino derivado cast. del sustantivo sombra: es evidente por el sentido.― ↩
3 Aquí no cabe partir del verbo SUBUMBRARE. Una combinación latina SOLIS UMBRA ‘sombra del sol’, como suponen Covarr. y R. Cabrera, sería muy extraño que se hubiese conservado en romance, y además como la -S del genitivo no se pierde, habría debido dar *solsombra. Partir de so l’ombra ‘bajo la sombra’, como sugieren Diez, Leite de V. y acabó por aceptar Brüch, no deja de ser ilógico, pues se está a la sombra o bien so el árbol, pero no ‘bajo la sombra’; he aquí por qué el propio Brüch buscaba una complicada explicación por cruce con SUBLUSTRIS y SUB LUMEN, desde luego inaceptable; por otra parte, habiendo artículo esperaríamos *soaombra en portugués y *sorombra en el gascón pirenaico, puesto que en estos lenguajes el artículo es a o era y no la; y finalmente: ¿por qué una combinación adverbial como so l’ombra había de sustantivarse?― ↩
4 Acerca del fr. sombre se presentan dos ideas, que otros habrán de estudiar más a fondo. Si Littré tiene razón al tomar como punto de partida essombre en Rutebeuf (S. XIII), el pasaje de este autor sugiere un sentido de condena moral (en relación con la lujuria): ¿se tratará del lat. de glosas EXŬMBRIS, que traduce ıσκιος ‘sin sombra’ (CGL V, 591.43), en el sentido señalado arriba en Berceo, de ‘condenado al infierno’? De ahí se concibe el paso a ‘malhumorado’. Por otra parte hay varios caminos para relacionar con sombre ‘barbecho’, de origen céltico: la coupe sombre es la ‘corta de todos los árboles de un bosque’ y se opone a la coupe réglée; por una parte esto es casi lo mismo que ‘roturar’, muy análogo a ‘barbechar’, y por la otra sombre es así lo mismo que déréglé ‘desordenado’: los ejs. arriba citados de sombrement y sombreux, aunque no tienen contexto claro, parecen sugerir una ac. como ‘bravío, salvaje’, de donde también se podía pasar a ‘malhumorado’; Calvino escribió «quand une terre sombrera, les autres seront cultivées», y también el hombre de carácter sombre se porta a la inversa del hombre cultivado. Sea como quiera me parece muy probable que la ac. ‘malhumorado’ sea más antigua que ‘tenebroso’: ésta se deberá al influjo del casi homófono ombre.― ↩
5 Sombrero está también en los Aranceles santanderinos del S. XIII (RFE VIII, 13); šumrâru en escritura mozárabe toledana; de ahí al árabe afric. šombríru, šemrír, vid. Simonet. En portugués penetró en fecha posterior el galicismo chapeu: en la India portuguesa se conservó sombreiro en el sentido de ‘paraguas’ y ‘sombrilla’, mientras que en Portugal con estos sentidos se dice también chapeu de chuva o guarda-chuva y chapeu de sol o guarda-sol (RL XXVII, 290). En Alex. solombrero y solombrera por ‘sombrero’ (245, 1713); también en Torres Naharro (V. índice de la ed. Gillet).― ↩
6 En la frase de la Crónica de Corral (h. 1430) «tanta era la sombra que tenía en el cuerpo» (M. P., Floresta I, 245.2) sombra vale también ‘espanto’. El fr. ombrageux se aplica a los animales asombradizos. ↩